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Muere Chuck Blazer: reveló y abusó de corrupción en FIFA

La farsa solo terminó en los últimos años de vida de Chuck Blazer.

Sin sus extravagancias, el avaro negociador y sociable figura del fútbol fue obligado a admitir la corrupción en la que estuvo involucrado durante años y luego fue confinado a un hospital de Nueva Jersey.

El excéntrico que se deleitaba en lujos y resaltó por el mundo por los cortejos de dirigentes políticos y deportivos que procuraban su voto para conseguir las sedes de mundiales murió deshonrado el miércoles 12 de julio a los 72 años.

Independientemente de cuanto elevó Blazer el estatus y la riqueza del fútbol en Norteamérica en las últimas décadas, cualquier logro fue corrompido por su voraz apetito de coimas y por robar dinero.

Blazer, a quien apodaban “Mr. Diez Por Ciento” debido a los sobornos que pedía, tuvo un papel central en el destape de la cultura corrupta en el fútbol, lo que llevó a que el presidente de la FIFA Joseph Blatter fuera removido de su puesto. Pero Blazer dijo que lo que sabía solo tras ser presionado y no tener más alternativa que cooperar como testigo.

Es incierto el efecto de la muerte de Blazer en los casos pendientes de la FIFA en Estados Unidos, donde tres funcionarios irán a juicio en noviembre. Varios de los personajes más prominentes que lo hubieran tenido que enfrentar como testigo estrella del gobierno ya se han declarado culpables.

Todas las grabaciones que se consiguieron después de que Blazer aceptó ser informante del FBI y grabar conversaciones de manera subrepticia todavía podrían ser usadas como evidencia sin su testimonio, dijo Timothy Heaphy, exfiscal federal que ahora trabaja en el sector privado.

?Incluso si es que Blazer no grabó a los acusados, la fiscalía lo hubiera podido llamar a testificar en general sobre los tejes y manejes de las prácticas corruptas, como experto en pseudo-corrupción”, dijo Heaphy. Pero la ausencia de Blazer, agregó, “es como cuando se saca un ladrillo de la pared. Esto no hará que la pared se venga abajo”.

En el 2011, Blazer estaba manejando su carrito para discapacitados o ancianos en una calle de Manhattan cuando agentes federales de Estados Unidos lo detuvieron y lo amenazaron con arrestarlo.

El Servicio Interno de Impuestos lo puso en su mira por no declarar sus impuestos a la renta durante años. Se convirtió en informante del gobierno en el 2011, usando su puesto en el comité ejecutivo de la FIFA, que ya estaba mancillado, para grabar en secreto conversaciones con asociados del grupo dirigente de la máxima organización mundial del fútbol.

Blazer recabó evidencias que formaron la base del caso del Departamento de Justicia en contra de ejecutivos del fútbol que malversaron dinero en efectivo de contratos comerciales y pidieron pagos a cambio por apoyar a países como anfitriones de la Copa Mundial de fútbol.

En una audiencia de corte en noviembre de 2013, cuando se reveló que tenía cáncer al recto, diabetes y una enfermedad cardiaca, Blazer se declaró culpable de 10 cargos. Admitió que fue parte de una conspiración para aceptar coimas por 10 millones de dólares para respaldar la propuesta de Sudáfrica como anfitrión de la Copa Mundial de 2010, y facilitar un soborno vinculado a la fallida propuesta de Marruecos como anfitrión para la Copa Mundial de 1998.

Una corte hizo públicas las declaraciones de culpabilidad de Blazer en julio del 2015, después de que la investigación estadounidense sobre la FIFA salió a la vista pública tras un allanamiento en un hotel de Zurich, antes de la reunión anual de la FIFA.

Desde entonces, fiscales estadounidenses han presentado cargos a más de 40 funcionarios, ejecutivos de mercadeo, asociados y empresas de fútbol, mientras que el ministro de Justicia de Suiza ha estado realizando investigaciones paralelas.

“Chuck quería ayudar a brindar transparencia, responsabilidad y juego limpio a la CONCACAF, FIFA y el fútbol en general”, dijeron los abogados de Blazer en un comunicado el miércoles. “Chuck también aceptó responsabilidad por su propia conducta al declararse culpable y aceptar sus errores. Chuck estuvo profundamente triste y arrepentido por sus acciones”.

Si bien algunos ejecutivos deportivos tratan de ser el centro de atención, Blazer disfrutaba del estatus que tuvo a través de sus 16 años en el comité ejecutivo de la FIFA hasta el 2013.

Blazer, quien comenzó su carrera entrenando al equipo de su hijo en un área suburbana de Estados Unidos, obtuvo un acceso e influencia inimaginable. Catalogó en su sitio web personal sus viajes por todo el mundo que le mostraron el centro del poder, inspirados por Vladimir Putin durante una reunión que tuvo con el presidente ruso en el 2011.

Cuando no estaba viajando por el mundo, Blazer hacía tratos desde una oficina y un apartamento en Trump Tower, donde llevaba una vida caótica rodeado por gatos y un loro.

Blazer inició su vida en el fútbol como entrenador del club de su hijo en New Rochelle, Nueva York, y luego integró juntas de asociaciones locales y regionales de fútbol. De 1984 a 1986, fue el vicepresidente ejecutivo de la Federación de Fútbol de Estados Unidos. Ayudó a crear la Liga de Fútbol Estadounidense, precursor de la MLS, en 1998 antes de involucrarse en la política regional del fútbol.

Blazer exhortó a Jack Warner a que se postulara para presidente de la CONCACAF en 1990. Cuando el trinidense ganó, nombró a Blazer secretario general, puesto que tuvo hasta el 2011.

En 1991, Blazer creó la Copa de Oro de la CONCACAF, el campeonato de selecciones de la organización, que se juega cada dos años, y ascendió dentro de la FIFA para convertirse en presidente de su junta asesora de mercadeo y televisión.

Blazer se volcó contra su jefe, Warner, quien también sirvió con él en el comité ejecutivo de la FIFA.

Los rumores sobre la corrupción en el mundo del fútbol comenzaron varios años antes de que Blazer diera evidencias. Blazer acusó a Warner y Mohamed bin Hammam de ofrecer 40.000 dólares en coimas a votantes en la elección presidencial de la FIFA en el 2011. Bin Hammam, un catarí que dirigía la Confederación de Fútbol de Asia, había sido el único contendiente de Blatter, quien fue electo sin oposición a un cuarto período luego que Warner y Bin Hammam fueron suspendidos. Blatter fue electo a un quinto período en el 2015 para después renunciar tras el allanamiento en Zurich.

La conducta de Blazer fue tan corrupta como las acciones de la gente que acusó.

En el 2013, Blazer se declaró culpable de un cargo de conspiración de crimen organizado, conspiración para cometer fraude bancario, asociación ilícita para cometer lavado de dinero y de no presentar un Reporte de Cuentas Financieras y en Bancos Extranjeros. También se declaró culpable de seis cargos de evasión de impuestos.

En el 2013, un informe de una investigación de la CONCACAF dijo que Blazer “malversó fondos de la CONCACAF para financiar sus comodidades personales”, haciendo que la organización “subsidie la renta de su residencia en Trump Tower en Nueva York; compre apartamentos en el Mondrian, un hotel de lujo y vivienda en Miami; firme acuerdos de compra y haga pagos iniciales de apartamento en el complejo turístico Atlantis en las Bahamas”.

“Su conducta, por la que aceptó responsabilidad, no debe de oscurecer el efecto positivo que Chuck tuvo en el fútbol mundial”, dijeron sus abogados. “Bajo la dirección y liderazgo de Chuck, la CONCACAF se transformó, de empobrecida a rentable”.

En el 2015, la FIFA prohibió a Blazer que participara en el mundo del fútbol de por vida. Blazer murió mientras esperaba su sentencia.

La FIFA y CONCACAF no le rindieron homenaje público tras su muerte. El único reconocimiento en el fútbol estadounidense sobre la muerte de Blazer fue un comentario que el técnico de la selección nacional de Estados Unidos, Bruce Arena, hizo durante una conferencia de prensa.

“Conocí a Chuck durante muchos años. Hizo mucho por el deporte. Siento mucho todos los asuntos sobre la FIFA”, dijo Arena. “Pero él fue un buen hombre”.

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