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El DUI, enemigo de los “soñadores”

Cientos de jóvenes indocumentados han perdido el amparo que les ofrecía la Acción Diferida (DACA) por manejar bajo la influencia del alcohol o drogas (DUI, en inglés) o casos de violencia doméstica, lo que les pone en peligro de ser deportados, alertan expertos.

“El DUI es uno de los delitos más comunes que hemos visto en jóvenes que no pueden renovar el estatus, y es una ofensa que no puedes borrar del expediente”, advierte Salvador Sanabria, director de El Rescate.

Cuando María Isabel Hernández se enteró de que su hijo Oscar, de 26 años, fue multado por manejar bajo la influencia del alcohol a principios del año pasado no se imaginó todo lo que el perdería.

“Son chamacos, y él dice que sólo se había tomado una cerveza. El mayor problema es que los amigos que venían en el carro sí estaban borrachos y eso enojó más al policía”, relata la inmigrante.

Oscar, que estaba amparado por DACA desde 2013, no pudo renovar su permiso de residencia y trabajo temporal en octubre pasado, perdió el trabajo y ahora vive con la angustia de que un día los agentes del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) toquen su puerta.

“Con estas nuevas prioridades de las autoridades de Inmigración todos están en riesgo, el ICE lo ha puesto de manifiesto con mensajes, incluso en las redes sociales”, advierte Fernando Romo, abogado de inmigración.

Romo se refiere a los mensajes que ICE publicó la pasada semana en su cuenta de Twitter en los que deja claro que “DACA no es un estatus legal protegido”.

“Es una clara advertencia para decir no crean que son intocables”, insiste Romo.

Aunque los mensajes aclaran que los destinatarios activos de DACA están en un nivel más bajo de prioridad de cumplimiento, no exime a los portadores del beneficio de estar bajo la lupa de las autoridades.

Junto al DUI, delitos relacionados con la violencia doméstica son las causas más comunes que anulan el amparo, asegura Sanabria, mientras ICE indica que sus prioridades están en inmigrantes que hagan parte de pandillas, que cometan un crimen o sean una amenaza para la seguridad pública.

“Una persona manejando en estado de ebriedad puede ser considerada como amenaza a la seguridad pública y es importante que los jóvenes lo entiendan, esto no es un juego”, insistió Sanabria.

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