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El frente que no se hizo

El gran frente que se debió haber formado es contra la delincuencia y por la seguridad, pero tiene más sex appeal hacerlo para una candidatura presidencial.

¿Qué se van a pelear en 2018? Gobernar un estado impotente para dar seguridad personal y patrimonial a su población.

Los partidos tuvieron en sus manos la creación de un gran acuerdo transexenal para abatir la criminalidad y les importó un comino.

Ellos arreglan la forma en que se van a disputar el poder, pero nos dejan a los ciudadanos con el problema vivo, sin resolver, agravándose.

Sólo les interesa ganar puestos públicos y no asumen la responsabilidad que tienen ante la población.

Lo hemos dicho hasta el cansancio: vamos a llegar a la elección presidencial y la pregunta a los candidatos será la misma que en 2006 y 2012: ¿cuál es su propuesta contra la inseguridad?

Fueron incapaces de formar este frente por la paz y la tranquilidad en México.

¿Es difícil? Claro que es difícil, pero para eso reciben miles de millones de pesos al año (sí, miles de millones). No sólo para hacer campaña denostando a los competidores, sino para pensar y servir a la sociedad.

Y ahí van las estadísticas, con la delincuencia para arriba y la confianza para abajo.

En mayo tuvimos el mes más violento en 20 años: dos mil 186 homicidios dolosos.

En 17 años han sido asesinados 128 periodistas y el denominador común ha sido la impunidad de los criminales. Tan sólo este año han matado a siete comunicadores. Uno por mes.

Los homicidios van al alza y a los partidos no les interesa. En 2016 subieron 22 por ciento los asesinatos dolosos con respecto a 2015. Y así nos vamos a seguir.

Nos ha fallado el gobierno. Éste y los pasados.

Han fallado porque no han tenido mano dura, ni política social ni ideas nuevas.

Mano dura contra la delincuencia, sí, pero también contra gobernadores que no han cumplido con profesionalizar a sus policías estatales. En una década han recibido 110 mil millones de pesos para realizar esas tareas y no las hicieron, salvo un par de ellos.

Con ese dinero era para tener policías equipadas y eficaces.

El PRD y el PAN le niegan al gobierno del PRI leyes que no son la solución total pero son avances: Ley de Seguridad Interior y Mando Único policial. ¿Por qué? Porque quieren que al gobierno le vaya mal y llegue debilitado lo más posible a la elección presidencial.

También se lo hicieron los priistas y perredistas al PAN cuando gobernó, en el sexenio pasado, al negarle el Mando Único y la Ley de Seguridad Interior.

Mientras más muertos haya, más robos y asaltos, más gente enojada, mejor para la oposición.

Sin embargo, cada muerto es una familia destrozada. Cada asalto es un ciudadano vejado. Cada derecho de piso es una empresa menos interesada en invertir.

¿Qué respuesta dan los partidos? ¿Qué dice el gobierno? ¿Los candidatos?

También la sociedad –y los medios de comunicación– tiene responsabilidad en el deterioro que vivimos. Si emboscan y matan a policías federales o a miembros de las Fuerzas Armadas, no hay protestas contra los criminales.

Cuando España fue atacada por la violencia terrorista, decenas y hasta cientos de miles salían a las calles a repudiar a los agresores y solidarizarse con las familias de las víctimas.

Aquí en México si la Policía o el Ejército doblegan a bandas de secuestradores, las protestas son contra las fuerzas del Estado y el gobierno. Por eso los partidos hacen mutis. Que se queme el gobierno.

Sin un acuerdo multipartidista sobre seguridad, estamos liquidados. Ahora y en el sexenio que viene.

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