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El futuro de los Aviators y del Las Vegas Ballpark se vincula a los planes de la MLB

Durante un reciente viaje a Las Vegas para anunciar que el Juego del Campeonato Nacional Triple-A se jugaría en Las Vegas Ballpark en 2020, el presidente de la Liga de la Costa del Pacífico, Branch Rickey III, notó la diferencia en el clima desde la última vez que estuvo en la ciudad.

Hacía calor y mucho sol, muy lejos de una rápida noche de inauguración de abril en el nuevo estadio cuando los fuertes vientos enviaron envoltorios de perros calientes a la piscina más allá de la cerca del jardín.

La nube que se cernía sobre el lugar del centro de Summerlin en la noche de apertura era literal.

Ahora es solo figurativo.

Se informó a principios de este verano que los funcionarios de Henderson intentaban en silencio atraer a los Diamondbacks de Arizona desde Phoenix, donde los esfuerzos para construir un nuevo estadio de Grandes Ligas se han estancado, y eso fue antes de que Las Vegas Ballpark fuera bautizado y los Aviators comenzaron a borrar los registros de asistencia.

Si los Diamondbacks o cualquier otro equipo de Grandes Ligas de Béisbol vinieran a Las Vegas, probablemente significaría el final del béisbol Triple-A en la región. Rickey describió que ve llegar ese día tan pronto como una bola rápida en práctica de bateo.

“La Major League Baseball (MLB) está interesada en cualquier mercado en el que el béisbol parezca ser un producto atractivo”, destacó.

“Sabíamos que esto iba a suceder antes de que sucediera”.

Varias preguntas

Hay ironía cuando a Rickey se le vuelve a preguntar sobre el futuro del béisbol Triple-A en Las Vegas: hace cuatro años, esta semana, un retrete detrás del refugio de primera base en Cashman Field se averió y arrojó aguas residuales en las instalaciones del equipo local.

Rickey, exasperado, le escribió una carta a la Autoridad de Convenciones y Visitantes de Las Vegas (LVCVA, por su sigla en inglés), y luego al propietario del equipo, expresando la necesidad de un nuevo estadio. Tres años más tarde, se abrió camino para el estadio de béisbol de Las Vegas.

Dado el aparente interés de la MLB en Las Vegas, algunos ahora se preguntan si fue la decisión correcta.

Otros no son tan escépticos.

“Este mercado no está listo para las grandes ligas de béisbol, (a menos que) haya un multimillonario que quiera construir un estadio de béisbol de mil millones de dólares”, criticó el comisionado del Condado de Clark, Larry Brown, quien presentó los planes para el primer juego de la Triple-A en Cashman Field como miembro de Las Vegas Stars y aún se desempeña como director de desarrollo comercial del equipo.

“La forma en que otros equipos que atraen a 10 mil personas por noche sobreviven, es a través de (una gran demanda de) derechos de televisión, a través de derechos de cable y nosotros no contamos con eso aquí”.

Eso no ha impedido que el comisionado de la MLB, Rob Manfred, mencione a Las Vegas en una breve lista de posibles ciudades para expansión.

¿Cuál sería el destino de los Aviators si los Diamondbacks u otro equipo estuvieran descontentos con su estadio de béisbol (o un equipo de expansión, ya que uno de los objetivos de Manfred es agregar dos franquicias para una configuración de 16 equipos de dos ligas cada una) y quisieran venir a Las Vegas?

“Hay un proceso por el cual la Major League Baseball adquiere un territorio”, describió Rickey sobre la Regla 52 del béisbol, que establece que un equipo de Grandes Ligas que desee reubicarse dentro de un radio de 15 millas de un club de ligas menores existente, debe adquirir esos derechos a través de una notificación de contrato formal.

Compras menores

Rickey todavía era presidente de la Asociación Estadounidense cuando los Diamondbacks se unieron a la Liga Nacional y mandaron a empacar a los Phoenix Firebirds de la PCL. Pero estuvo directamente involucrado en las negociaciones cuando la MLB se expandió a Colorado en 1993 y los Zephyrs de Denver Triple-A fueron reubicados en Nueva Orleans para dar cabida a los Rockies.

“Había un panel de siete miembros, y los resultados del arbitraje de Denver se aplicaron a la situación de Phoenix”, dijo.

Si bien los Tacoma Rainiers de la PCL y los Pawtucket Red Sox de la Liga Internacional continúan coexistiendo muy cerca de los equipos de las grandes ligas en Seattle y Boston, Las Vegas probablemente no tiene la base de fans para apoyar tanto las grandes ligas como al béisbol Triple-A, así como apoyan a los Raiders de la NFL y a los Golden Knights de la NHL.

Rickey señaló que ese es un punto discutible.

“Si un equipo Triple-A tiene éxito, restará parte del éxito de un club de grandes ligas”, advirtió. “Así que la Major League Baseball no quiere un equipo Triple-A dentro de la misma área metropolitana”.

Si eso sucediera, los 150 millones de dólares en Las Vegas Ballpark quedarían obsoletos. No fue construido con la infraestructura para expandirse a las especificaciones de las grandes ligas y está restringido por su ubicación en el centro de Summerlin. Obtener la tierra y la financiación de un nuevo estadio podría retrasar aún más la llegada del béisbol de las grandes ligas, puntualizó Rickey.

Pero cuando todos los patos están en el estanque (lo que les pasó invariablemente a Denver y Phoenix), es que el equipo Triple-A se muda a otra ciudad.

Dinero ahorrado y generado

Si los Aviators se mudaran, se eximiría la tarifa anual de cuatro millones de dólares pagada por la LVCVA a la Autoridad del Estadio del Condado de Clark por los derechos de nombre del Las Vegas Ballpark. El contrato establece que el acuerdo (que se extiende hasta 2038) puede ser rescindido por la LVCVA sin responsabilidad si el equipo se retira o se traslada, o si el estadio se convierte para otro uso.

En cuanto al ballclub en sí, San José y San Bernardino, que albergan equipos en la Liga de Clase A de California, y Tulsa, Oklahoma y Frisco, Texas, de la Liga de Texas Doble-A, podrían ser lugares de aterrizaje para los Aviators en caso de que llegaran las grandes ligas del béisbol a la ciudad. Rickey añadió que los Aviators incluso podrían intercambiar ciudades con un equipo de grandes ligas que se mudó a Las Vegas.

Howard Hughes Corporation, que compró el club junto con los propietarios del Play Ball por 20 millones de dólares en 2013 y luego adquirió el 50 por ciento de Play Ball, se beneficiaría de una compra territorial o incluso de vender el equipo. El valor de la franquicia antes de mudarse a un nuevo estadio y duplicar la asistencia se estimó en 30 millones de dólares.

Aún así, todavía hay muchos movimientos por hacer antes de que cambie el panorama, si es que cambia en absoluto.

Hasta entonces, el presidente de los Aviators, Don Logan, dice que nada cambia realmente, con la excepción de la alineación del equipo después las reuniones de septiembre.

“El cien por ciento de nuestra atención se centra en continuar el increíble primer año que hemos tenido”, concluyó Logan. “Tenemos que controlar y realizar lo mejor que podamos hacer. No nos podemos preocupar por todas las demás cosas que escuchan”.

Para más de los Aviators: Sigue toda nuestra cobertura en línea de los Aviators en espanol.reviewjournal.com/MásDeporte y en @RJ_Sports en Twitter.

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