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¡La misma historia!

“El último minuto también tiene sesenta segundos, México todavía puede revertir este marcador adverso”, comentó Román Mendoza, uno de los aficionados de la Selección Mexicana de Fútbol que acudió a presenciar el juego en el South Padre, dentro del Texas Station, el pasado lunes primero de julio.

A muchos no les importó la desvelada, jubilosos se aprestaron a llegar temprano al antro para asegurarse de tener un sitio preferencial, y observar el decisivo partido en el que, los dirigidos por el colombiano Juan “Cambios” Osorio, se jugaban su permanencia en el torneo más importante del orbe.

La participación mundialista el Tri, hasta ese momento de niveles históricos, fue borrada con dos goles de gran manufactura.

Las incidencias del encuentro fueron narradas por Andrés Cantor, que el sábado anterior tuvo que dar “pelos y señales” de la derrota de Argentina, ante un cuadro francés que luce favorito para coronarse en tierras rusas.

Algunos aficionados se pintaron los colores de la bandera de México en el rostro y salieron tristes con la derrota del Tri.

El ambiente familiar reinó en el South Padre, la bandera tricolor fue levantada con orgullo por los residentes locales que esperaban un triunfo histórico contra la “verde amarella” y avanzar a los cuartos de final. Y, como algunos bromean en redes sociales, avanzaron a cuartos, pero de su hotel para agarrar sus maletas e irse de Rusia “con la cola entre las patas”.

México jugó bien los primeros minutos del partido, Brasil parecía desconcertado ante la estrategia de Osorio. En el antro, los aficionados ahogaron en varias ocasiones el grito de gol, el dominio azteca permitió llegar a la portería rival con claridad, pero no lograron clavar el balón en el arco de Brasil. Fueron los mejores momentos del partido, algo similar al buen fútbol que mostraron cuando vencieron a Alemania.

El desborde de los mexicanos por las bandas fue letal los primeros 25 minutos. Pero poco a poco, el equipo carioca se asentó y Neymar empezó a “hacer de las suyas”, tirándose al piso a la menor provocación, causando la desesperación de los mexicanos, que perdieron la concentración y fueron superados en el juego individual.

En la segunda parte, Brasil demostró gran calidad ofensiva, es un equipo bien armado, con gran capacidad técnica, sin duda, uno de los favoritos para adjudicarse el ansiado trofeo, aunque en la fase de cuartos también brillará la “garra charrúa” y con seguridad veremos una final de alarido.

“Nos vamos contentos, hicimos lo mejor posible, México tuvo opciones de anotar, no las aprovechó y en esta ocasión ganó el mejor en la cancha”, destacó Santos un aficionado que llegó acompañado de su esposa Elizabeth al South Padre, agregando que “no me duele perder porque enfrentamos a un gran equipo, le jugamos con determinación, con fe, de hecho, reconozco la superioridad carioca y ahora quiero apoyar a Brasil para coronarse”.

Los “malinches” han inundado las redes sociales con comentarios viscerales sobre el Tri, sus jugadores, el técnico. La mayor de las veces sin conocimiento básico del juego, aunque ellos creen que son expertos, e incluso se atreven a señalar los errores de los demás. Algunos cronistas deportivos, sin embargo, destacaron una frase del colombiano Juan Carlos Osorio sobre la reacción del astro brasileño Neymar: “Es una vergüenza para el fútbol tanta payasada”. El entrenador destacó que “en varias situaciones de juego fue muy tardada la reanudación, hubo una jugada que se demoró cuatro minutos y eso no es un buen ejemplo para el mundo del futbol, sobre todo para los niños que lo estén viendo, porque debe de ser un juego con virilidad, determinación, de hombres, como se juega en otros deportes, y no con tanta payasada”.

Para los comentaristas deportivos allende la frontera, México demostró que es un equipo con trabajo táctico, con garra, pero le faltó precisión y efectividad en el área contraria.

En Rusia 2018, para el Tri, no hubo quinto partido.

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