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Los Padres: ¿tienen para dar el salto?

Si acaso dos horas de distancia separan a San Diego de Los Ángeles, pero la brecha financiera entre los Padres y los Dodgers es anchísima.

El costo de la nómina de los Dodgers apunta para ser la más cara de las mayores, superando los 220 millones de dólares. Los Padres, en cambio, están en la parte baja de la tabla, con un estimado que oscilaría entre los 65 y 75 millones.

Durante el receso, los Dodgers convirtieron a su as zurdo Clayton Kershaw en el pitcher mejor pagado de las Grandes Ligas con un contrato que le reportará un salario promedio de 30 millones cada año durante su extensión de siete campañas. La mayor inversión de los Padres fue un pacto de dos años y 15,5 millones por el agente libre dominicano Joaquín Benoit, un relevista que preparará la mesa para el cerrador.

Franquicias como los Padres tienen que operar así para poder competir. Pese a sus limitaciones y tras dos campañas sucesivas con idéntico récord de 76-86, San Diego arranca la temporada de 2014 con moderadas expectativas de poder clasificarse a los playoffs por primera vez desde 2006.

Eso está sujeto a varios factores, como la rodilla derecha del jardinero izquierdo Carlos Quentín, el impacto ofensivo del tercera base Chase Headley y el codo derecho del abridor Josh Johnson.

Alguien que necesitan tener el mayor tiempo posible es Quentín, dos veces seleccionado para el Juego de Estrellas. Sólo pudo actuar en 82 juegos, con 13 jonrones y 44 remolcadas en 276 turnos, hasta que la rodilla volvió a traicionarle.

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