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Memorias de un motociclista Tres veces campeón nacional de Cuba.

Félix Peña es especialista en intentos de fuga de la isla. Muy a pesar, de ser mecánico de lanchas rápidas y buzo profesional, su último y exitoso intento lo consiguió en una balsa.

“La primera vez se hundió el bote y regresamos nadando, la segunda llegó la policía, y tuvimos que tirarnos, y abandonar el intento, pero al final armamos una balsa con un motor de 6 cilindros, navegamos por más de 12 horas, y fuimos rescatados por la guardia costera de los Estados Unidos en Islas Moradas, cerca de Cayo Hueso”, cuenta Peña. Mientras recorre con la mirada, cada uno de los recortes de diarios de su época de motociclista, donde se puede leer en un desgastado blanco y negro. La imagen muestra a Félix Peña, campeón nacional por tercera vez, donde se le puede ver encima de una moto alemana de alto cilindraje. Cuando le preguntamos por sus orígenes, nos compartió: “mi infancia fue muy dura y difícil, cuando yo nací en marzo de 1962, ya mi padre había caído preso unos meses antes por el régimen castrista, por motivos políticos. Mi abuelo fue condenado a 30 años, mi padre a 20 años de prisión y a mi tío lo mataron adentro”, dice Félix, que cambia de tema, y nos lleva con su relato a sus días de motociclista. “Cuando tenía 14 años, un vecino me invitó a montar motos y miró que yo lo hacía bien. A partir de ahí, fui escalando en el equipo Ciudad Habana, y logré tres campeonatos nacionales y un sub campeonato. A pesar que los circuitos cortaban mucho la velocidad, nuestro promedio era de 220 kilómetros por hora. En el año 1992, al terminar una carrera de La Copa Cuba en El Malecón, me quedé con el primer puesto y abandoné el motociclismo para siempre”, recuerda Peña, que más adelante agrega “luego de la caída de La Unión Soviética, se acabaron los subsidios, y no teníamos ni combustible para entrenar”, dice mientras su esposa Inarvis nos endulza la entrevista con una limonada al mejor estilo caribeño.

Un poco más adelante nos enteramos que tanto sacrificio valió la pena. En la actualidad Félix Peña está casado con Inarvis por más de 15 años, al cual se le agregan dos niños de 8 y 5 años, que primero vivieron bajo el programa Foster Home y luego los Peña los adoptaron. Muy lejos quedaron aquellos días de pesca del coral negro en la playa de Guanabo, allá por La Habana. Tan cerca de su corazón que (de caer el régimen de los hermanos Castro) lo veríamos volver a inflar su balsa, tirarse al mar para regresar a su adolescencia, y montar aquella MZ alemana para dar una vuelta por El Malecón de La Habana, levantando los brazos festejando la libertad.

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