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Phil Villapiano, nunca dejó de causar un gran impacto

Phil Villapiano no estaba completamente seguro de su transición a la NFL a pesar de una carrera estelar como ala defensiva en Bowling Green.

Luego vino el Senior Bowl de 1971 y una actuación que lo llevó al Salón de la Fama del legendario juego.

“Me invitaron a venir a Mobile, Alabama”, dijo durante su inducción. “Ni siquiera sabía dónde estaba Mobile, Alabama. Vine aquí y atendí a todos. No me importaba si eras un chico en la calle, conversé con todos”.

Hizo suficientes méritos para obtener un reconocimiento de “buen juego” de parte del dueño de los Raiders, Al Davis, en el vestuario.

No fue solo un “cumplido”, o unas palabras de cortesía. Davis tomó a Villapiano en la segunda ronda del draft y pasaría a una de las mejores carreras de cualquier apoyador externo en la historia de la franquicia.

“Después de ese juego, sentí que podría llegar a la NFL”, dijo Villapiano. “Todos los principales prospectos estaban allí y estaba haciendo más tacleadas que ninguno de ellos. Y el borrador fue como dos semanas después. Llegué 13 años en la NFL, y si no hubiera venido al Senior Bowl, no habría tenido ninguno de ellos “.

Incluso entonces, no estaba tan seguro. Villapiano tenía una oferta lucrativa para jugar en la Liga de Fútbol Canadiense y estaba listo para aceptarla si caía fuera de las tres primeras rondas del draft de la NFL de 1971.

Los Raiders se encargaron de eso, y Villapiano pasó a ser nombrado el novato defensivo del año.

Fue el comienzo de una carrera estelar de nueve años como apoyador externo para una de las defensas más feroces que la liga haya visto.

El nativo de Nueva Jersey era conocido por sus tacleadas de “abridor de botellas”, que consistían en quitarse el casco del portador de la pelota apretando alrededor del cuello. También solía detener a los corredores en seco al levantarlos del suelo y golpearlos contra el suelo.

En una ocasión, forzó un balón suelto en la línea de gol en la victoria del Súper Bowl XI de los Raiders sobre los Vikings en 1976, coronando su cuarta temporada consecutiva en el Pro Bowl.

“Cuando juegas para los Raiders, juegas para ganar y juegas duro”, dijo Villapiano en su ceremonia de inducción del Salón de la Fama del Deporte Nacional Italoamericano. “No es algo de lo que los entrenadores enseñan o hablan. Está justo ahí, como en el aire. Es una actitud: vas a golpear a la gente y aplastarla si eres un Raider”.

Pero él no era todo poder.

La velocidad de Villapiano lo convirtió en uno de los mejores apoyadores de cobertura en la liga.

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