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El jaripeo, una fiesta con tradición

Los toros “pura lumbre” del rancho Mendoza, protagonizaron un peligroso duelo contra los valientes jinetes que se atrevieron a montarlos durante el primer jaripeo baile de verano, realizado el pasado sábado 14 de abril en el Horseman’s Park de esta ciudad.

El evento organizado por Rocío Carrasco y su grupo de profesionales colaboradores en Carrasco Entertainment, hicieron posible elevar la adrenalina del público al máximo, que con entusiasmo disfrutó las montas y amenidades que caracterizan al jaripeo en Las Vegas.

El elenco musical estuvo estelarizado por la Banda Los Sebastianes de Mazatlán, Sinaloa, Pepe Tovar y sus Chacales, la banda Arkangel R-15 y, por los artistas locales, sacaron la casta: La Proyección de Durango, Los Hermanos Padilla y la banda Corazón Sinaloense.

“Tú que fuiste el apocalipsis de la vida, esta vida que quieres que vivamos, con el único fin de ganarnos el pan de cada día y divertir a tus hijos; Señor, queremos pedirte humildemente que, llegado el día de nuestra última monta, cuando nuestras piernas se aflojen y nuestras manos no soporten el pretal, el chicoteo del reparo nos derribará y nos enviará ante tu presencia, en ese instante deseamos escuchar que nuestro boleto a la gloria está pagado”, manifestó el coordinador de los duelos al presentar en una emotiva ceremonia a los jinetes.

Y es que la fiesta del jaripeo, desde principios del siglo XIX, cobra color y se consolida como una de las manifestaciones de la cultura mexicana más representativa de su gente.

Para muchos, como Martín Robles, es “un deporte extremo”.

Precisamente, “para celebrar el histórico hecho de la legalización de la mariguana, se tiene programado un evento similar en el Silver Nugget, con Jesús Mendoza y sus corridos chacalosos”, comentó Robles, una de las personas con mayor trayectoria en esta ciudad, respecto a la organización de eventos masivos del género regional mexicano.

“Para la raza, el jaripeo es una fiesta tipo rancho, tipo pueblo, de la sierra, de donde venimos muchos, que nos gustan los caballos, las kermés, para comprar comida y bebida a discreción”, afirmó.

A diferencia de la charrería y el rodeo, el jaripeo permite la mezcla de entretenimiento con comida y actividades para toda la familia, quizá por eso se ha ido consolidando en el gusto popular.

El toro Mil Amores fue montado por Jessie Flores, en el inicio de las actividades. Posteriormente se fueron alternando las montas con la música, para beneplácito del público asistente.

“Ella es enfermera y sus amigas –muchas mexicanas- le dijeron que se pone bonita la fiesta, por eso se animó a venir esta tarde”, comentó a El Tiempo, Edgar Romero, conocido en círculos sociales como DJ Papi Chulo. Su acompañante Sandra estuvo pendiente de los atractivos del jaripeo baile.

En Las Vegas hay gente que tiene caballos como afición, pasión o gusto que trajo de México, como José, quien es oriundo de Nayarit, tiene 4 años viviendo en esta ciudad y El Bandido, es su caballo consentido. Invierte miles de dólares en su mantenimiento, además paga hotel para que se lo cuiden, ya que no tiene espacio suficiente en su casa para tenerlo. En las tardes, en el noreste de la ciudad, es común verlo cabalgando su corcel, con la satisfacción que eso le ocasiona.

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