59°F
weather icon Clear

Tres ejercicios que tu espalda necesita

Cuello y hombros

Además de estirarnos, este ejercicio nos mantiene flexibles y desaparece el estrés. Puedes realizarlo sobre una colchoneta (sentada con las piernas juntas y estiradas) o en una silla (ideal para hacer en los intervalos en la oficina). Lleva los brazos detrás de la espalda mientras entrelazas tus dedos.

Estira los codos, haz los hombros hacia atrás. Inclínate al frente y levanta los brazos hasta donde puedas, sin forzar ningún movimiento. Evita que el cuello se quiebre, éste debe seguir la línea de la columna.

Mantén estirados los músculos durante unos segundos y vuelve a la posición inicial muy despacio. Repítelo 5 veces.

Zona lumbar

Recostada sobre una colchoneta, con las piernas y los brazos estirados al costado del cuerpo. Inhala lentamente, dobla las rodillas y levántalas hacia el pecho. Mientras las abres un poco, continúa llevándolas lo más cerca que puedas de tu cuerpo, como cuando los bebés se toman de los pies.

Coloca un tobillo sobre la rodilla contraria, ayúdate con las manos para intentar traer la rodilla hacia tu torso, pero con el pie realiza la fuerza contraria (hacia abajo). Al mismo tiempo, el sacro (el hueso que está en la zona final de la espalda) debe quedar pegado al suelo y jamás dobles la cintura. Mantente así unos segundos mientras te relajas. Haz lo mismo con la otra pierna. Por último, en esa posición, junta las rodillas y abrázalas contra el pecho. Comienza a hacer un vaivén para los costados para masajear toda la zona lumbar.

Toda la espalda:

Esta postura suele hacerse en yoga y la llaman ‘gato contento’ o ‘gato enojado’ porque para ejercitarla hay que colocarse en cuatro patas sobre la colchoneta e imitar sus movimientos. Antes de comenzar debes saber que la única parte del cuerpo que se mueve es la espalda, ya que los brazos y las piernas deben permanecer quietos.

Las rodillas tienen que estar separadas en la línea de las caderas y las manos a lo ancho de los hombros. Inhala mientras levantas la cabeza, hunde la zona lumbar y saca las nalgas. Exhala al mismo tiempo que realizas el movimiento contrario, es decir, cuando metes la cabeza y los hombros hacia tu obligo (como si quisieras mirarlo) también hundes el abdomen, encorvas la zona lumbar y llevas las nalgas hacia abajo.

Repite estos movimientos alrededor de siete veces, recuerda coordinar tu respiración.

LO ÚLTIMO