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Tupamaro: Guerrillas urbanas

Luego de una década de haberse realizado, Tupamaro: Guerrillas urbanas se pone a disposición del público. El documental de origen venezolano, ganó siete premios cinematográficos y acaparó los reflectores de los especialistas.

El documental permite atisbar una cruda mirada al líder de uno de los colectivos Venezolanos, grupos armados que combaten a narcotraficantes, opositores políticos e incluso a otros grupos similares a ellos.

“Supe que esta era una historia importante para y contar, les di mi total apoyo desde el principio”, señaló en su oportunidad el productor ejecutivo y activista por los derechos humanos Ed Asner, abundando sobre el filme que “se trata de dar a la gente una plataforma para ser escuchados, estés o no de acuerdo con ellos”.

Por primera vez en cámara, un documental expone los lazos entre grupos armados de “vigilantes” y la administración del presidente NicolásMaduro. Los “colectivos” son considerados por algunos “Robin-Hoods” de la era moderna, pero para muchos otros, son poco más que criminales violentos que controlan los barrios sin ningún respeto por la ley.

Ellos dicen que son los únicos que pueden poner fin al crimen y el narcotráfico, porque la policía local es corrupta, pero muchos de éstos grupos se han visto involucrados en el tráfico de drogas, asesinatos e incluso actúan a veces como grupos paramilitares encargados de asesinar e intimidar a los oponentes del presidente Nicolás Maduro.

El documental fue dirigido por Martín Andrés Markovits y, de acuerdo con información compartida por la agencia Criteria Entertainment a El Tiempo, el director del filme describe la vida de Alberto “Chino” Carías, líder de los Tupamaros, un “colectivo” de los barrios del oriente de Caracas. Una vez acusado de robar bancos y matar policías; Chino cambió su reputación para convertirse en uno de los líderes de la policía de Caracas y posteriormente fue contratado dentro de la Asamblea Nacional Venezolana.

“Chino es un personaje fascinante”, aseveró Markovits, abundando sobre el personaje que “él dice que está protegiendo a los pobres, condena la violencia mientras confiesa asesinatos para proteger a su comunidad. Mi objetivo era contar una historia imparcial, brutal, sobre esta fuerza revolucionaria de justicia en los barrios venezolanos.”

Después de la muerte de Hugo Chávez, Nicolás Maduro asumió el poder y la economía del país colapsó empeorando el crimen. Ante la ausencia de ley y orden Chino se aferró a su rol contradictorio como santo y sicario.

Por su parte, el productor Matt Weinglass expresó “tener la confianza de Chino; permitirnos este tipo de acceso dentro de su vida y la de los demás Tupamaros es fuera de lo común,” explicando que, “somos afortunados, no sólo de haber capturado lo que tenemos en cámara, sino de haber vuelto a casa.”

La película toma lugar durante el tiempo de mayores cambios políticos, después de la elección de Chávez como presidente. Estos “vigilantes” al igual que millones de venezolanos, apoyaban su revolución socialista y la promesa de ayudar a los pobres. Pero en cuanto Chávez y Maduro tomaron el poder, muchos de estos grupos se convirtieron en los criminales que en un principio combatieron.

El filme ha ganado distintos premios. Las versiones oficiales en inglés y español están disponibles en Amazon Prime desde el 24 de abril de este año. Un excelente documental para disfrutarse en tiempos de confinamiento y distanciamiento social.

Contacte al periodista Frank Alejandre en: falejandre@espanol.reviewjournal.com, o siga la cuenta de Twitter de El Tiempo: @eltiempolv.

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