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Acusados del movimiento Boogaloo a la corte por terrorismo

Los presuntos miembros del movimiento derechista “Boogaloo” serán procesados primero por autoridades federales por una supuesta conspiración para causar violencia durante las protestas de “Black Lives Matter”.

Stephen Parshall, de 36 años, Andrew Lynam, de 23, y William Loomis, de 40, serán juzgados el 8 de marzo de 2021 en un tribunal federal por los cargos de conspiración para causar destrucción por fuego y explosivos y posesión de un dispositivo destructivo no registrado, una bomba molotov.

Los tres hombres, que tienen antecedentes militares, se han declarado no culpables y están bajo custodia federal sin derecho a fianza.

También se enfrentarán a un juicio el 21 de junio en el Tribunal de Distrito del Condado Clark por cargos de terrorismo y explosivos.

Parshall también ha sido acusado en el Tribunal de Justicia de Las Vegas de agredir sexualmente a su hijastra adolescente y se enfrenta a cargos federales relacionados con la explotación sexual de menores, coacción, seducción y posesión de pornografía infantil.

No hay fecha de juicio en el caso del estado, que aún no ha pasado al Tribunal de Distrito. Pero se ha fijado un juicio federal para el 5 de enero.

“Estoy bastante seguro de que sus dos juicios federales se llevarán a cabo antes de los estatales”, comentó el jueves el abogado de Parshall, Robert Draskovich. “Hay un número sustancial de juicios atrasados en la corte estatal debido al COVID-19”.

Los tres miembros del grupo extremista fueron acusados el 17 de junio por el gran jurado federal y del condado en un raro esfuerzo coordinado por las autoridades de la ley para frenar la violencia de la protesta.

Se alega que el trío también ha planeado bombardear una subestación eléctrica y dañar edificios federales.

Los agentes del FBI arrestaron a los hombres el 30 de mayo después de que se enteraron de que los acusados estaban preparados para lanzar cócteles molotov a la policía durante una manifestación de “Black Lives Matter” esa noche.

El FBI, con la ayuda de un informante, se había infiltrado en el grupo y trabajaba en la investigación conjuntamente con la policía de Las Vegas y otros organismos de aplicación de la ley.

El fiscal de Nevada, Nicholas Trutanich, elogió el trabajo de los investigadores en ese momento.

“En pocos días, pudimos enviar un fuerte mensaje de que estábamos apoyando a los manifestantes y que la violencia en estas protestas pacíficas no sería tolerada”, dijo Trutanich.

El movimiento extremista “Boogaloo”, que está descentralizado sin líderes nacionales, cree en una inminente guerra civil y en el colapso final de la sociedad.

Las autoridades sostienen que los miembros del grupo intentaron llevar a cabo sus planes como si estuvieran llevando a cabo una operación militar.

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