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Afirman reclusas que tercer trabajadora dio positivo para COVID-19 en su prisión de Las Vegas

Mujeres encarceladas en el Centro Correccional Florence McClure han informado que una tercer miembro del personal de la prisión ha dado positivo para coronavirus, lo que causa temor entre las reclusas que afirman que la prisión no está tomando suficientes precauciones para protegerlas.

“Estamos amontonadas una encima de otra 24/7”, criticó Michelle Shepard, una de las cuatro reclusas que habló con el Las Vegas Review-Journal sobre las condiciones dentro de la prisión. “Es horrible, no hay ningún distanciamiento social aquí en absoluto”.

Las reclusas mencionaron en entrevistas telefónicas que una circular publicada en la prisión el miércoles anuncia que una miembro del personal “culinario” se ha convertido en el tercer caso positivo de coronavirus entre los empleados de la instalación.

Los datos más recientes, publicados a las 8:30 a.m. del jueves en el sitio web del Departamento de Salud y Servicios Humanos, solo mostraban dos casos en la prisión de mujeres en el noreste del Valle de Las Vegas. En un comunicado enviado por correo electrónico el jueves, el vocero del Departamento de Correccionales de Nevada (NDOC), Scott Kelley, no confirmó un tercer caso.

La única otra instalación con dos o más casos hasta el jueves es la Prisión Estatal High Desert en Indian Springs, a unas 45 millas al norte de Las Vegas, según datos del estado.

El personal de la prisión femenil se auto-aisló, y ocho reclusas que habían estado en estrecho contacto con esa miembro del personal fueron examinadas, según la circular que una reclusa leyó a un reportero del Review-Journal. Los resultados de esas pruebas dieron negativos, pero las ocho reclusas y sus compañeras de celda fueron puestas en cuarentena en una unidad separada, según el aviso.

Kelley escribió en un correo electrónico el jueves que “en este momento” el Departamento no ha revelado cuántas pruebas se han administrado.

“El NDOC emite pruebas de COVID-19 en cada institución dentro de las instalaciones médicas”, reportó. “El NDOC cuenta con una cantidad suficiente de kits de prueba en este momento para proteger adecuadamente nuestra comunidad. Si se necesitan más, usaremos todos los medios posibles para obtener más”.

Kelley dijo que las reclusas se hacen la prueba si muestran “uno de tres síntomas cardinales” del virus, reportan sentirse enfermas o han entrado en contacto con alguien que ha dado positivo.

Se negó a revelar si alguna reclusa había sido colocada en una unidad separada para propósitos de cuarentena, escribiendo que “el NDOC no informará sobre el movimiento de las reclusas en unidades específicas en nuestras instalaciones por razones de seguridad operacional”.

Política de uso de cubrebocas

Las mujeres dentro de Florence McClure dijeron que la mayoría de las guardias apenas empezaron a usar cubrebocas esta semana y que aún es inconsistente de guardia a guardia. Kelley agregó que desde el lunes, las guardias deben usar cubrebocas si se acercan a menos de seis pies de las reclusas.

Esa política entró en vigor seis días después de que John Witherow, presidente de la organización de defensa de los prisioneros NV CURE, envió una carta por correo electrónico al director del Departamento de Correccionales, Charles Daniels, preguntando si las guardias estaban obligadas a usar cubrebocas.

Monika Boutin, que también está encarcelada en la prisión, añadió el jueves que estaba frustrada por “la falta de la más mínima cantidad de esfuerzo por parte del personal de aquí”.

“No solo es exasperante, sino que me hace sentir triste por sus familias”, comentó la reclusa de 30 años acerca de las guardias que no usan cubrebocas constantemente.

Boutin afirmó que el personal tomó la temperatura de todas las reclusas por primera vez el jueves por la mañana. Agregó que otras mujeres no se sienten bien y que sus temperaturas alcanzaban los 99.8 grados el jueves.

Tina Megason, madre de Boutin y enfermera en Carson City, también cuestionó por qué las guardias no usaron cubrebocas desde antes. Megason, que es de Texas y señaló que está acostumbrada a “generar un caos” con los administradores de las prisiones, asegura que vive “con el terror absoluto” de que su hija se enferme.

Boutin sufre de asma y se le diagnosticó una enfermedad pulmonar después de años de consumo de drogas, reveló Megason. Las “malas decisiones” de su hija no deberían equivaler a una sentencia de muerte, aseveró.

“Sé que si mi hija contrae este virus, hay muchas posibilidades de que pierda la vida”, sollozó Megason el jueves.

Samantha Lee, una reclusa de 53 años, mencionó el miércoles que las mujeres siguen comiendo juntas en grupos de unas 200 personas a la vez.

“La gente tiene miedo de toser, tiene miedo de estornudar porque sienten que van a ser excluidas”, enfatizó.

Las reclusas comentaron que tienen que acercarse a un metro y medio de las guardias varias veces al día, incluso cuando reciben comida en la cafetería, lavan la ropa, recogen el correo o piden que se firmen sus papeles. Cuando se le preguntó por qué las guardias no están obligadas a portar cubrebocas en todo momento, Kelley contestó: “El Gobernador de Nevada no ha ordenado que todos los nevadenses lleven cubrebocas en todo momento”.

Mientras que los reclusos del Centro de Detención del Condado Clark están obligados a usar cubrebocas fuera de sus celdas, las mujeres de Florence McClure dijeron que no se les permite usar o hacer cubrebocas. Kelley añadió que a las reclusas se les permite usar cubrebocas si se lo ordena el personal médico y el alcaide lo aprueba.

Kelley escribió en la declaración enviada por correo electrónico que los reclusos no pueden portar cubrebocas por razones de seguridad, incluida la necesidad de “identificar a los delincuentes por su cara en todo momento”, las mayores posibilidades de fuga si los reclusos se mezclan con el personal de custodia que lleva cubrebocas y la necesidad de que los reclusos “sean identificados inmediatamente” si agreden a un miembro del personal.

“Esta es su salud, esto es diferente”

Cuando se anunció el 26 de marzo que el primer empleado de High Desert había dado positivo, el Departamento de Correccionales declaró que uno de los procedimientos para contener el virus era mantener a los reclusos “aislados en sus celdas” en la prisión de Indian Springs.

Kelley dijo el jueves que Florence McClure estaba aislando a las reclusas “en algunas secciones como medida de precaución”, pero no parecía que hubiera un bloqueo en toda la instalación o uno modificado.

“Las instalaciones del NDOC son puestas en encierro siempre que hay un incidente grave, escasez de personal o un evento (escape, rehenes, disturbios, etc.) que requiere que el personal se concentre en el incidente o evento”, detalló Kelley en el comunicado enviado por correo electrónico. “(Florence McClure) no ha experimentado un incidente grave reciente, escasez de personal o evento”.

Valentina Knight, una reclusa de 30 años, reveló que está embarazada de siete meses y que está preocupada por ella misma y por las mujeres mayores de la prisión. También informó que las guardias no llevaban cubrebocas hasta esta semana.

“Espero que al menos si no se preocupan por mí, al menos protejan a mi hijo no nacido”, pidió Knight.

Megason enfatizó que quiere que el Departamento de Correccionales proteja a su hija y a las demás reclusas, pero le preocupa que sea demasiado tarde si tres miembros del personal ya dieron positivo.

“Esta es su salud, esto es diferente”, concluyó. “Esto no tiene nada que ver con su sentencia y con el motivo por el que está allí. Esto tiene que ver con que ellos cumplan con sus malditas responsabilidades de cuidar de estas personas”.

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