Asciende a 69 la cifra de muertos tras erupción volcánica en Guatemala

EL RODEO, Guatemala – La gente de las aldeas que bordean el Volcán de Fuego de Guatemala han comenzado a llorar a los pocos muertos que pudieron ser identificados luego de que una erupción acabó con la vida de decenas de personas al envolverlos en cenizas abrasadoras y barro.

Los damnificados lloraron hacia los ataúdes alineados en una fila en el parque principal de San Juan Alotenango el lunes por la noche antes de que los rescatistas detuvieran su trabajo para otra noche.

No había electricidad en las zonas más afectadas de Los Lotes y El Rodeo, por lo que la mayoría de las búsquedas continuaron hasta la puesta del sol. Al amanecer del martes, el volcán continuó sonando, con lo que el instituto de vulcanología del país declaró que eran de ocho a 10 erupciones moderadas por hora, mucho menos intensas que las grandes explosiones del domingo.

 

Las autoridades guatemaltecas determinaron la cifra de muertos en 69, pero afirmaron que solo 17 habían sido identificados hasta ahora debido a que el intenso calor de los desechos volcánicos deja a la mayoría de los cuerpos irreconocibles.

“Es muy difícil para nosotros identificarlos porque algunos de los muertos perdieron sus características o sus huellas dactilares” de los flujos al rojo vivo, destacó Fanuel García, director del Instituto Nacional de Ciencias Forenses. “Vamos a tener que recurrir a otros métodos … y si es posible tomar muestras de ADN para identificarlos”.

Las autoridades aseguran que al menos 46 personas resultaron heridas. Doce refugios alojaban a mil 877 personas.

La erupción del domingo sorprendió a los residentes de las remotas aldeas montañosas con la guardia baja, con poco o ningún tiempo para huir a un lugar seguro.

Utilizando palas y retro-excavadoras, los trabajadores de emergencia excavaron a través de los escombros y el barro, el trabajo peligroso en un terreno ardiente aún lo suficientemente caliente como para derretir suelas de zapatos un día después de que el volcán explotó en una lluvia de ceniza, humo y roca fundida.

 

Los cuerpos estaban tan cubiertos densamente de cenizas que parecían estatuas. Los equipos de rescate utilizaron mazos para atravesar los techos de las casas enterradas en escombros hasta sus tejados para verificar si había alguien atrapado dentro.

Hilda López mencionó que su madre y su hermana seguían desaparecidas después de que la lechada de gas caliente, ceniza y roca llegara rugiendo a su aldea de San Miguel Los Lotes, justo debajo de los flancos de la montaña.

“Estábamos en una fiesta, celebrando el nacimiento de un bebé, cuando uno de los vecinos nos gritó que saliéramos a ver la lava que venía”, declaró la angustiada mujer. “No lo creíamos, y cuando salimos, el barro caliente ya venía por la calle”.

“Mi madre estaba atrapada allí, no podía salir”, dijo López, llorando y sosteniendo su cara entre sus manos.

Su esposo, Joel González, agregó que su padre tampoco había podido escapar y que se creía que estaba “enterrado allí, en la casa”.

El vocero de Conred, David de León, reportó que el volcán estalló por primera vez alrededor del mediodía del domingo, y arrojó humo y cenizas hacia el cielo. Luego, alrededor de las 2 p.m., llegó una nueva y más poderosa explosión.

Pronto, abrasadores flujos de lava, cenizas y rocas mezcladas con agua y escombros salieron a borbotones por los flancos del volcán, bloqueando carreteras y quemando casas.

“Viajó mucho más rápido, llegó a las comunidades justo cuando se enviaban las alertas de evacuación”, puntualizó de León.

Las autoridades se apresuraron a emitir una orden de evacuación. Algunas comunidades se vacearon de manera segura. Pero en lugares como Los Lotes y el pueblo de El Rodeo, a unas ocho millas (12 kilómetros) cuesta abajo del cráter, ya era demasiado tarde para muchos.

Los flujos de rápido movimiento alcanzaron a las personas en los hogares y las calles con temperaturas que llegaron a los mil 300 grados Fahrenheit (700 grados Celsius) y cenizas calientes y gases volcánicos que pueden causar una asfixia rápida.

“Tan pronto como recibimos la información alrededor de las 6 a.m. de que el volcán estaba en una fase eruptiva, el protocolo se inició para verificar con diferentes sectores y también hablar a las comunidades, a los líderes de la comunidad”, comunicó De León. “Teníamos la información de nuestro servicio científico, y nos dijeron que la tendencia era que la actividad estaba disminuyendo”.

En El Rodeo, el lunes, soldados fuertemente armados con máscaras azules para evitar la inhalación de cenizas montaban guardia detrás de una cinta amarilla que acordonaba la escena del desastre. Los trabajadores con casco llevaban los cadáveres en camillas, y el humo aún se elevaba de algunas partes del paisaje ceniciento cubierto de rocas y otros restos.

El presidente Jimmy Morales viajó para estudiar el área del desastre.

Los equipos de emergencia en helicópteros lograron sacar vivos a por lo menos 10 personas de las áreas cortadas por los flujos. Conred informó que 3 mil 271 personas habían sido evacuadas.

Salir de la versión móvil