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Cinco años después del atentado de Panaca, aún no está claro el motivo del ataque

PANACA — Cinco años después de que un par de bombas sacudieran la ciudad de Panaca, en el Condado Lincoln, el motivo del ataque sigue sin estar claro.

En respuesta a una reciente solicitud de registros, el Departamento de Seguridad Pública de Nevada dijo que la investigación de su división sobre el atentado del 13 de julio de 2016 sigue abierta. El caso del FBI también sigue abierto, dijo la portavoz de la agencia Sandra Breault.

Y si alguna de esas agencias tiene alguna idea de por qué Glenn Franklin Jones llevó un Ford Flex rentado cargado de bombas a la casa de su amigo y ex compañero de trabajo y activó los explosivos, esa información nunca ha sido compartida con el alguacil del Condado Lincoln, Kerry Lee.

Lee dijo que no ha tenido noticias del FBI desde meses después del atentado, pero tampoco ha pedido una actualización. Y por lo que sabe, los investigadores estatales nunca han averiguado por qué Jones apuntó a la casa de Joshua y Tiffany Cluff ese día.

“No creo que esto haya ido a ninguna parte”, dijo Lee.

Las explosiones

Joshua Cluff no estaba en casa cuando Jones llegó con las bombas, pero su esposa e hijos sí. Escaparon momentos antes de las explosiones.

“Dijo que su coche estaba lleno de explosivos y que iba a volar mi casa”, le mencionó Tiffany Cluff sin aliento a un operador del 911.

Jones encendió una bomba en la parte trasera de la casa, luego llevó el coche rentado a la parte delantera de la vivienda, encendió una segunda bomba y se disparó antes de que las explosiones sacudieran la pequeña ciudad.

En el audio de la llamada al 911 se escuchan gritos desgarradores cuando estalla la primera bomba. La segunda explosión se produjo 30 segundos después.

Jones fue la única persona que murió en el ataque. El único atendido fue un niño en bicicleta que fue golpeado con un trozo de escombro que no penetró su piel.

Al otro lado de la calle de la casa de los Cluff, las explosiones rompieron las ventanas de Brent Hansen y desajustaron su taller.

“Ya no está cuadrado, pero nadie resultó herido, así que eso es lo único que cuenta”, dijo.

Antiguos compañeros de trabajo

Jones y Joshua Cluff trabajaron juntos en el Centro Médico Grover C. Dils de Caliente y siguieron siendo amigos después de que Jones dejara voluntariamente su trabajo de enfermero en el hospital menos de un año antes del ataque.

Cuando Jones se mudó a un parque de casas rodantes en Arizona, incluyó a Cluff como su contacto de emergencia.

En marzo de 2016, el estado retiró la licencia de enfermería de Jones por el mal manejo de la morfina en el hospital de Caliente. Estaba sin trabajo al momento del atentado.

La última vez que Cluff vio a Jones fue unas dos semanas antes del ataque, le reveló Cluff a la policía. Jones actuaba de forma extraña y tenía un nuevo tatuaje.

En la parte superior izquierda de su pecho estaban las letras “DNR”, que significa “no resucitar” o en inglés “Do Not Resuscitate”. El número de teléfono de Cluff aparecía arriba.

En 2017, el ex fiscal del Condado Lincoln, Daniel Hooge, le dijo al Review-Journal que sospechaba que el atentado era el resultado de una rencilla personal entre Jones y Cluff. En algún momento, Jones supuestamente le dio dinero a Cluff, y hubo una disputa sobre si era un préstamo o un regalo, comentó Hooge.

Y horas antes del atentado, dijo Hooge, Jones le indicó a dos hombres, entre ellos un obispo de la iglesia local, que Cluff le debía dinero y que quería recuperarlo.

Este mes, Tyler Heaton, un antiguo obispo de la iglesia de Panaca, dijo que recibió un mensaje de Jones el día antes del atentado, pero que estaba sin servicio de telefonía móvil y no escuchó la grabación hasta después de las explosiones.

Dijo que Jones había dejado su nombre y un mensaje diciendo que tenía un problema con Cluff, y que quería ver qué podía hacer Heaton. Los detalles, dijo Heaton, no fueron divulgados en el mensaje.

Contactado por teléfono el jueves, Cluff dijo que ya había respondido a las preguntas sobre por qué creía que se había producido el atentado, y que no tenía ninguna información nueva. Semanas después del atentado, le informó al Review-Journal que no tenía ni idea de por qué su casa era el objetivo.

“Nos encantaría que no volviéramos a escuchar hablar de ello, la verdad”, dijo el jueves.

Al día siguiente del atentado, las autoridades de Kingman, Arizona, evacuaron el parque de casas rodantes donde Jones vivía desde febrero. Encontraron más de una docena de explosivos en la autocaravana de Jones.

Puede que las respuestas nunca surjan

La casa de los Cluff fue demolida poco después del atentado, y la familia se mudó a Idaho. El terreno donde se encontraba la casa sigue vacío.

Algunas de las cicatrices de las explosiones aún son visibles. Las explosiones abrieron la puerta trasera de Chouquer, partiendo la madera del marco de la puerta. Y al final de la calle, la cochera de una casa todavía tiene un agujero por el impacto de los escombros.

Hansen, el vecino que vive al otro lado de la calle del solar ahora vacío, dijo que la gente de Panaca habló del bombardeo durante un año, pero, por lo que él sabe, ya no se habla de ello.

“Es algo que sucedió y la gente trata de superarlo”, mencionó.

Sin embargo, el alguacil del Condado Lincoln sigue pensando en las explosiones que sacudieron Panaca cuando ve dos trozos de metralla que están en su oficina.

Pero en los años transcurridos desde el atentado, no ha tenido más remedio que seguir adelante sin cerrarlo. No cree que nadie sepa nunca con seguridad por qué Jones encendió las bombas.

“Estoy seguro de que nunca lo sabremos”, dijo Lee. “Porque creo que se llevó algo de eso con él. No sé si Glenn sabía del todo por qué hizo lo que hizo”.

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