Citlali y Nelly, dos corazones de oro
Decenas de personas se dieron cita, el viernes 7 de agosto de 2020 en la intersección donde, un fatal accidente, privó de la vida a dos estudiantes hispanas de la escuela preparatoria Del Sol.
Los compañeros de las jóvenes, que eran miembros del grupo de mariachi de la escuela, interpretaron algunas piezas para ofrecerles una despedida honrosa. “Citlali está aquí, con perdón de todos ustedes, yo no perdí una hija, por el contrario, Nelly era como una hermana para ella; ambas están felices y contentas. Juntas como siempre, nos esperan en un lugar mejor, los tiempos de Dios son perfectos, hay que estar contentos, como a ellas les gustaría vernos”, dijo Ada Ramírez, la mamá de Nelly Amaya-Ramírez, durante la vigilia que se realizó en el sitio del trágico accidente. Tanto Nelly Amaya, como Citlali Mora eran hijas únicas, lo que hizo más dramático el fatal desenlace.
“Estoy tranquila porque sé que ella está en el cielo, también tengo confianza en que se hará justicia. La primera justicia es la de Dios, la humana no me importa, pero ya Dios se la llevó”, agregó la mamá de Nelly, al pedir solidaridad de la gente en estos momentos tan difíciles.
Por su parte, Anita Salas García, mamá de Citlali manifestó que “Nelly y mi hija eran como hermanas, siempre andaban juntas, hay que recordarlas con esa sonrisa que siempre llevaban en su corazón y su alma, su característica principal es que irradiaban amor. Sé que habrá justicia, estamos destrozadas, pero ya no queremos que haya más personas que sufran como nosotras, hay que exigir leyes severas para las personas que conducen bajo los efectos de la drogas o sustancias prohibidas”.
Janet Revere, una reconocida productora regiomontana asentada en el valle externó con tristeza que “las jóvenes eran unas niñas muy hermosas a quienes conocí desde que tenían ocho años de edad. Que esta tragedia sirva para que las leyes sean más severas, para las personas que ocasionan estos accidentes. Las niñas eran unos angelitos, 16 años de felicidad, alegría y bendiciones para toda la gente en el barrio. Descansen en paz”.
A las autoridades, la mayoría de presentes le pidieron justicia, para que el castigo sea ejemplar y haga reflexionar a todos aquellos que arriesgan su vida y la de otros cuando deciden conducir en estado inconveniente.
De acuerdo con un reporte de las autoridades sobre la conductora del vehículo utilitario que ocasionó el accidente, Ebone Whitaker, de 38 años de edad, le dijo a la policía que es consumidora diaria de heroína y que había tomado dos cervezas y fumado marihuana, antes de ponerse al volante para conducir a casa desde la casa de un amigo. Más temprano el día del accidente, agregó, ella y sus amigos también habían fumado un cigarrillo cubierto con PCP, según el informe.
Norma, una de las conocidas de las familias expresó un emotivo discurso, que hizo desbordar las lágrimas de todos los presentes. “Bendito seas Señor, Espíritu Santo, por reconfortar a estas almas sedientas de paz, derrama toda tu bondad y darles consuelo”.
El lunes 10 de agosto, la Jueza de Paz de Las Vegas, Cynthia Cruz, determinó que Ebone Whitaker representaba “un riesgo extremo para la comunidad” y le negó la posibilidad de salir bajo fianza.
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