Comunidad salvadoreña celebró a su santo
El miércoles 16 de octubre, en la iglesia católica de Santa Ana en Las Vegas, se realizó la misa en honor al nuevo santo salvadoreño Óscar Arnulfo Romero, a un año de su beatificación en El Vaticano, que inscribió a este religioso centroamericano en la lista santoral del catolicismo, la comunidad de El Salvador en el valle llenó el recinto a su capacidad máxima de 700 asistentes.
La fecha exacta de la canonización, fue un 14 de octubre del 2018 en Roma, por el actual Papa Francisco quien firmó el decreto de reconocimiento a un milagro adjudicado al ahora conocido “Santo de América”.
Previamente ya había sido instaurada su beatificación en mayo del 2015. Cabe recordar que el monseñor Romero fue asesinado en plena misa por un francotirador en 1980, en la capilla de la Divina Providencia, de la capital San Salvador de su país natal. Se contabilizan más de mil campesinos y otros 6 sacerdotes asesinados durante la guerra civil salvadoreña.
El padre venezolano, Gregorio León, dedicó unas palabras en su sermón a su colega en vida de fe: “él es un ejemplo que no para, dio voz a los callados, a los pueblos que hoy protestan como Ecuador y Venezuela siguen esa lucha de una nación que sufre, nosotros admiramos a futbolistas, pero hay que fijarse en estos ejemplos como el que dio Romero”.
En plena guerra civil salvadoreña, fue cuando monseñor Romero tomó importancia con sus palabras en las misas, momento que recordó el cónsul general de El Salvador en Las Vegas, Tirso Sermeño, “eran momentos álgidos, el viene del pueblo de nuestras propias familias y los defendió, es considerado ‘la voz de los sin voz’ y ofertó su vida”.
Claramente para la comunidad católica de El Salvador localmente, este tipo de eventos los une, “uno asiste a la misa en honor de la celebración del año, nosotros como salvadoreños seguimos de cerca todo el proceso de beatificación, y es un personaje contemporáneo que vivió entre nosotros, eso une a nuestra comunidad aquí en Estados Unidos”, consideró Sermeño.
Asistente a la misa, Maybeline Escamilla, originaria de San Salvador, es un honor tener un evento dedicado completamente a su país y un santo de casa, “en mi país se vivió en grande el cumpleaños como santo, aquí tenemos un pedacito de eso mismo, en conjunto con nuestra gente que varios aún sobreviven de esa época”.
Para esta comunidad, que está en incertidumbre con temas como el TPS, y el día a día esperando noticias al respecto, un evento como este es un desahogo, de acuerdo con Escamilla, “él fue un mártir en nuestra tierra, y busco la paz en su momento, hoy estamos reunidos buscando un alivio para la comunidad salvadoreña, y dejar de lado esos temas por lo menos en esta noche”.
