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“Crisis humanitaria”

WASHINGTON - La administración del presidente Joe Biden ha intentado durante semanas evitar que el público vea imágenes como las que aparecieron el lunes 22 de marzo en las que se ve a niños inmigrantes bajo custodia de Estados Unidos en la frontera, durmiendo en colchonetas bajo mantas de aluminio, separados en grupos por cortinas de plástico.

Los funcionarios de la administración se han negado rotundamente a calificar de crisis la detención de más de 15,000 niños bajo custodia estadounidense, o las condiciones en las que viven. Pero han obstaculizado la mayoría de los esfuerzos de los medios para decidir por sí mismos.

Los funcionarios prohibieron que los abogados -sin fines de lucro- que realizan la supervisión ingresen a una carpa de la Patrulla Fronteriza donde miles de niños y adolescentes están detenidos. Y las agencias federales han rechazado o ignorado docenas de solicitudes de los medios de comunicación para acceder a los lugares de detención. Dicho acceso fue otorgado varias veces por la administración del presidente Donald Trump, cuyo enfoque restrictivo de inmigración Biden prometió revertir.

El nuevo presidente enfrenta crecientes críticas por el aparente secreto en la frontera, incluso de parte de sus compañeros demócratas.

El asesor de seguridad nacional de Biden, Jake Sullivan, dijo que “la administración tiene un compromiso con la transparencia para asegurarse de que los medios de comunicación tengan la oportunidad de informar sobre todos los aspectos de lo que está sucediendo en la frontera”.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, agregó que la Casa Blanca estaba trabajando con funcionarios de seguridad nacional y el Departamento de Salud y Servicios Humanos para “ultimar los detalles” y que esperaba tener una actualización en los “próximos días”.

Axios publicó por primera vez una serie de fotos tomadas dentro del centro de detención más grande de la Patrulla Fronteriza, una extensa tienda de campaña en la ciudad de Donna, en el sur de Texas. Las fotos fueron publicadas por el representante Henry Cuellar, un demócrata de Texas de la ciudad fronteriza de Laredo.

Cuellar dijo que publicó las fotos en parte porque la administración se negó a que los medios de comunicación pudieran acceder a la carpa Donna. Dijo que también quería llamar la atención sobre los desafíos extremos que enfrentan los agentes fronterizos al vigilar a tantos niños, a veces durante una semana o más a pesar del límite de tres días de la Patrulla Fronteriza para detener a menores.

“Debemos cuidar a esos niños como si fueran nuestros propios hijos”, dijo Cuellar.

Thomas Sáenz, presidente del Fondo Educativo y de Defensa Legal México-Estadounidense, dijo que Estados Unidos debería permitir el acceso de los medios a las instalaciones fronterizas respetando la privacidad de los inmigrantes detenidos en el interior. Señaló el riesgo de compartir sin permiso imágenes de niños que ya han enfrentado traumas.

“Debemos estar al tanto de estas condiciones”, dijo Sáenz. “La gente tiene que verlos para poder evaluar la inhumanidad y, con suerte, embarcarse en políticas más humanas”.

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