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Cuarenta millones de personas deben un préstamo educativo en EE.UU.

Para muchas personas parte del sueño americano es estudiar una carrera universitaria que les abra mayores oportunidades de trabajo en el mercado laboral y poder llevar una mejor calidad de vida. Los altos costos de asignaturas, libros, materiales educativos y otros gastos llevan a los estudiantes a enfrascarse en préstamos estudiantiles para financiar su educación superior; los cuales al final de su carrera se convierten en un dolor de cabeza. En Estados Unidos existen 40 millones de morosos que deben 1.2 billones de dólares en préstamos estudiantiles, 1 de cada 5 hogares del país se ve afectado por esta situación. Refinanciar la deuda sería un alivio para los deudores; señala un informe de Generation Progress.

Jimena Martínez es parte de los 154 mil endeudados con un préstamo en Nevada. A la fecha debe $36 mil dólares y manifestó que sin esta ayuda no hubiera podido financiar su educación universitaria. Los primeros dos semestres pudo solventar sus gastos con becas y con ayuda de su familia. Después fue insuficiente y recurrió a los préstamos educativos de gobierno y privados. “Me vi en la necesidad de pedir prestado para seguir estudiando y así logré terminar la universidad; pero mi sorpresa fue que tenía que empezar a pagar casi $40 mil dólares en préstamos que pedí”, dijo Martínez quien obtuvo un Título en Negocios y Hotelería. Los préstamos de Martínez tienen un interés entre 6 y 8 por ciento, esta es una de la mayores causas por la que creció el adeudo; según declaró la afectada.

“Estás desesperada por conseguir el dinero para tu carrera y no pones mucha atención en el interés que lo que al final te aumenta mucho la deuda. Un préstamo de $3 mil me subió a casi 5 mil, es algo exagerado”, expuso Martínez. “Al mes pago unos $750 por los préstamos, aparte los gastos personales y de mi casa; es algo muy alarmante. Aunque estoy trabajando, a veces no alcanzo a cubrir todo y me ayuda mi mamá… no hay nada que hacer sólo pagar; no hay más opción por ahora”, explicó en tono desesperanzado.

Además, Martínez adquirió un condominio con un préstamo menor al que pudo haber conseguido de no tener el adeudo estudiantil. “Con un interés mayor y menos dinero de préstamo “me embarque” con la mensualidad de un condominio. Tengo fe en que estas medidas para pagar las cambie el gobierno; para poder estar más desahogados con el resto de los pagos que tenemos”, indicó la afectada. “Es un lujo poder estudiar una carrera; pero todo sea por ser una persona mejor preparada”.

Para millones de personas como Martínez las esperanzas de refinanciar sus préstamos se esfumaron el martes 16 de septiembre, al ser rechazada por el Senado la propuesta de ley “Bank on Students Emergency Loan Refinancing Act”; elaborada por la senadora demócrata de Massachusetts, Elizabeth Warren. La propuesta permitiría que los deudores refinanciar sus préstamos estudiantiles a tasas de interés más bajas hasta del 4 por ciento.

Los republicanos se opusieron al proyecto de ley, ya que aumentaría los impuestos a los ricos. También acusaron a los demócratas de tratar de forzar la confirmación de votos antes de las elecciones de noviembre. Al respecto, el senador de Nevada y líder de la mayoría en el Senado; Harry Reid declaró en un comunicado de prensa emitido el 16 de septiembre que, “los republicanos también bloquearon un proyecto de ley permitiéndoles a los estadounidenses con deudas estudiantiles refinanciar sus préstamos con tasas de intereses más bajas. La deuda de préstamos estudiantiles en Estados Unidos actualmente llega a los $1,3 billones”, indica en uno de los párrafos.

Por su parte, la Directora de Progress Now Nevada y promotora de la ley, Jocelyn Torres expresó que de haberse ratificado la ley “sería un gran alivio para las personas que deben miles de dólares porque se conseguiría bajar los intereses. También ayudaría a la economía del estado porque el dinero que se ahorraría en pagar menos en la deuda lo invertiríamos en otras cosas. Cuando pasen las elecciones vamos a ver qué posibilidades hay de proponer una ley estatal en la próxima Legislatura”. Desafortunadamente, esta situación seguirá afectando el modo de vivir del deudor ya que millones de ellos no pueden comprar una casa, un auto nuevo e incluso pueden perjudicar su crédito.

“Estudios demuestran que esto afecta en la decisión de querer comprar una casa o un carro nuevo. Los bancos o prestamistas ven tu préstamo como una deuda, por eso tarda más tiempo en aprobarte un crédito para comprar una casa o simplemente te dan intereses más altos. Tu crédito se puede dañar si no saldas este adeudo o si te atrasas en los pagos”, aseguró Torres.

En promedio nacional los graduados deben $29.400 mil dólares; sin contar si adicionalmente estudió una maestría o posgrado. Toma en promedio entre 10 a 20 años saldar la deuda. Si mueres la deuda se traspasa a un familiar inmediato. “Estas deudas no son perdonadas nunca. No puedes eliminarlas si tienes bancarrota o simplemente si mueres; porque son “heredadas” a tus padres, hijos o pareja; nunca te libras de la deuda”, aseveró.

Torres se graduó en el año 2011 de la carrera de Relaciones Públicas y Ciencias Políticas de una universidad privada en California. Al terminar sus estudios debía un poco más de $50 mil dólares (arriba del promedio nacional en deuda). Aunque parte de su carrera fue financiada con becas y ayuda del gobierno, también tuvo que recurrir a préstamos. El costo de su carrera fue de $200 mil. “Te dan 5 años para pagar pero hice un acuerdo a 10 años porque tenía que pagar $1000 al mes y ahora pago $500 al mes; pero de todos modos sigue siendo pesado”.

“Cuando compramos casa nos calificaron para un préstamo menor porque tomaron en cuentan mi deuda. Es difícil porque pagas tu casa, el auto y el préstamo con los intereses”, insistió Torres.

Recientemente AARP publicó que los préstamos estudiantiles están impidiendo que una persona pueda ahorrar para su retiro. “El nivel medio de la deuda para un nuevo posgrado es un poco más de $ 29.000 y los estudios muestran que por cada dólar que adeuda, $4 se pierden durante toda la vida, debido a la incapacidad de ahorrar para la jubilación”, explicó Torres. “Eso significa que el promedio de graduados de la Universidad de Nevada Las Vegas en el 2012, estaba en deuda. Por una suma de $21,126, perderá $84,504, en el transcurso de su vida. Mientras que los graduados de la Universidad Nevada Reno les va un poco mejor, deben $19.500, y la pérdida de $78.000 en su vida”, acotó la Directora de Progress Now Nevada.

Pese a esta situación, Torres dijo que la educación sigue siendo la mejor opción para salir adelante en este país. “Tenemos que estudiar para tener una mejor vida, conseguir mejores puestos y salarios. Sólo tenemos que poner atención en el tipo de préstamo que solicitemos y conseguir el mayor número de becas que podamos; para cumplir nuestra meta”, precisó.

Un estudio realizado por Center for American Progress indica que el 67 por ciento de los estudiantes hispanos toman un préstamo en comparación con el 80 por ciento de los estudiantes negros y el 65 por ciento de los estudiantes blancos a nivel nacional. Los estudiantes hispanos deben en promedio nacional $22,886 en comparación con $28,692 con estudiantes negros y $24.742 estudiantes blancos. De hecho, el 74 por ciento de los jóvenes hispanos que no asistieron a la universidad dijeron que fue por razones financieras y la falta de conocimiento de las opciones de ayuda financiera, incluyendo préstamos a estudiantes, asevera el informe. En el lapso del 2011-2012, los centros de educación superior de este país recaudaron $154.000 millones de dólares por matrículas, mientras los estudiantes y sus familias financiaron esos gastos con préstamos por $106.000 millones de dólares de los programas públicos de ayuda estudiantil.

Los ingresos de los hogares se han visto estancados en los últimos 20 años. Los estudiantes y sus familias se han visto obligadas a recurrir a préstamos para cubrir los costos de la educación. Esto no es nuevo, han pasado 35 años desde que el gobierno federal empezó a intervenir en el negocio de los préstamos a estudiantes para financiar su educación superior universitaria. Las leyes sobre bancarrota que tienen a los estudiantes y sus familias con una deuda que supera los mil millones de dólares.

Estas regulaciones comenzaron en 1978 cuando se aprobó la Banckruptcy Reform Act que prohibía a los estudiantes deudores declararse en bancarrota durante cinco años inmediatamente después que hayan terminado su carrera. En 1990 esta cláusula aumentó a siete años. En 1998 el Presidente Bill Clinton firmó una ley que prohíbe a los estudiantes eliminar la deuda universitaria cuando se declaran en bancarrota.

En el año 2005 el senado elimina cinco protecciones para los estudiantes deudores, entre ellas el derecho a refinanciar la deuda. Con estas nuevas leyes los acreedores pueden quitar a los que deben un porcentaje del sueldo, o el seguro social, el suplemento para discapacitados, o hasta la casa. Aunque el Presidente Barack Obama ha introducido algunos cambios, ha bajado el tipo de interés, e instalado un plan para que se pague acorde a lo que se deba, esto es limitado a un cierto tiempo, después vuelven a subir los pagos mensuales. Ninguna de las protecciones que existían antes de la reforma de 2005 se ha vuelto a aplicar.

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