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Defensores públicos del Condado Clark encabezan manifestación para dar fin a la brutalidad policial

Alrededor de 200 personas, incluyendo defensores públicos, se reunieron frente al Centro Regional de Justicia el lunes por la noche para exigir el fin de la brutalidad policial.

John Piro, jefe de la oficina de defensores públicos del Condado Clark, comentó que los defensores públicos de todo el país se reunieron en mítines similares el lunes por la noche.

“Nosotros somos los que estamos con ellos en los tribunales y tratamos de hacer que los jueces vean la humanidad de nuestros clientes”, subrayó Piro. “Es importante para nosotros decir que los consideramos y estamos aquí con ustedes”.

Austin Barnum, antes externo de la oficina del defensor público que ahora trabaja en la oficina del fiscal general, inició el evento con un poema sobre los aliados blancos en el movimiento “Black Lives Matter”.

“Necesitamos que digas tu verdad porque trataron de enterrarte pero no se dieron cuenta de que estaban plantando semillas”, declaró.

Barnum agregó que ha sido un poeta de palabra durante una década y la usa como una salida creativa.

“Cada vez que me apasiona algo, escribo un poema”, señaló Barnum.

“Sólo quiero que la gente de color sepa que tienen aliados blancos y que muchos de nosotros estamos listos para escuchar y aprender”, añadió.

Belinda Harris, defensora pública que se está postulando para un puesto en el Tribunal de Justicia, comenta que los defensores públicos argumentan en el tribunal que las vidas de los afroamericanos importan todos los días.

“Ya nos cansamos de hacer solo hashtags; ahora estamos planeando”, aseveró Harris. “No sólo estamos protestando en las calles, sino que estamos tomando estos asientos políticos”.

El grupo se sentó y arrodilló en las escaleras del juzgado durante ocho minutos y 46 segundos, mientras que la defensora pública Jessica Smith-Peterson recitó las últimas palabras que George Floyd dijo antes de morir mientras estaba bajo la custodia de la policía de Minneapolis el 25 de mayo. En esa fecha, un oficial sostuvo su rodilla en el cuello de Floyd durante casi nueve minutos después de que el hombre afroamericano desarmado fuera acusado de intentar comprar cigarrillos con un billete de 20 dólares falso.

La multitud se mostró sombría mientras se recitaban las palabras.

“No puedo respirar”, repitió Smith-Peterson.

Después del momento de silencio, Smith-Peterson dirigió al grupo en un canto gradual.

“Es nuestro deber luchar por nuestra libertad”, gritó el grupo. “No tenemos nada que perder más que nuestras cadenas”.

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