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Desert Research Institute cambia su enfoque durante la pandemia

Cuando estalló la pandemia COVID-19, los científicos del Desert Research Institute (DRI) se dieron cuenta rápidamente de que sus proyectos podían ser modificados para ayudar a la investigación del coronavirus en Nevada.

El instituto es conocido por la investigación medioambiental que su nombre implica, pero también estudia la salud de la comunidad y los factores económicos y sociales que la vinculan.

Los científicos del instituto están recopilando datos sobre la pandemia, así como las reacciones de la gente y las percepciones del COVID-19.

“A veces la gente sospecha de este tipo de investigaciones del gobierno”, señaló Joe Grzymski, profesor de investigación asociado del Instituto. “Pero los científicos necesitan cientos de miles de participantes de todos los estados para poder manejar el COVID-19”.

DRI se asoció con el Renown Institute for Health Innovation hace tres años para iniciar el Healthy Nevada Project (HNP), un estudio comunitario pionero que combina una amplia variedad de factores de salud para identificar riesgos y proporcionar modelos que podrían mejorar la atención médica en todo el estado.

“El HNP inició, obviamente, bajo circunstancias muy diferentes”, dijo Grzymski, un microbiólogo y genetista que trabaja como investigador principal del proyecto. “Cuando se hizo evidente que (el COVID-19) sería un problema, reconocimos el valor del proyecto y nuestra base de datos de consentimiento”.

En general, los investigadores en el campo de la medicina esperan un bajo número de respuestas a las encuestas, expuso Grzymski, por lo que los miembros del personal se sorprendieron cuando el programa envió su primer cuestionario COVID-19 a 50 mil participantes y recibieron respuestas de más de 20 mil.

Las primeras respuestas a la primera encuesta, que se envió en marzo, proporcionaron datos sobre el historial de viajes recientes de los habitantes de Nevada, las posibles exposiciones y los síntomas. Una segunda encuesta se centró en los cambios de comportamiento como el distanciamiento social, los hábitos de higiene y el trabajo desde casa.

“Eventualmente, esto proporcionará una tremenda comprensión de los tipos de infraestructura que es necesaria para detener estas cosas cuando suceden”, detalló Grzymski.

‘Ciencia impulsada por el usuario’

Es difícil que el estudio acepte nuevos solicitantes en medio de la pandemia, pero Grzymski argumentó que los investigadores están trabajando en formas de abrir la encuesta a todos los nevadenses.

Otra iniciativa es alentar a la mayor cantidad posible de personas a participar compartiendo sus historias sobre COVID-19 en fragmentos que pueden ser tan cortos como un tuit.

“Mi viaje con COVID-19” es un proyecto que recopila historias sobre experiencias de las personas durante la pandemia junto con datos para ayudar a añadir contexto e interpretar patrones.

Se lanzó a finales de marzo como una colaboración entre los científicos sociales del Instituto, el Human System Dynamics Institute y la plataforma tecnológica Spryng.io.

El proyecto es un tipo de “ciencia impulsada por el usuario”, agregó Tamara Wall, socióloga y subdirectora del Centro Climático Regional del Oeste. “También es una forma de que la gente base su experiencia con COVID-19”.

La investigación habitual de Wall se centra en los desastres naturales y su efecto en las personas. El objetivo de este proyecto es identificar patrones más amplios y compartir esos datos con los responsables de la toma de decisiones, que pueden utilizarlos para hacer frente a las tendencias y amenazas.

Por ejemplo, Wall dijo que si las tasas de infección son altas y los datos muestran que la gente no está siguiendo las pautas, eso podría indicar que los funcionarios deben centrarse más en la mensajería pública.

Cuando el DRI esté listo para empezar a compartir los datos, éstos se publicarán en una “Ciudad Cognitiva COVID-19” en línea, alojada en Exaptive. Pero primero, el instituto necesita reunir suficiente información para trabajar con ella.

“Necesitamos obtener los números para poder encontrar los patrones”, señaló Wall. “Es un pequeño juego de números”.

El proyecto está abierto a cualquier persona del mundo, y se anima a la gente a contar todas las historias que quieran, para que los investigadores puedan seguir los cambios a lo largo del tiempo.

Profesores, estudiantes

El programa educativo Science Alive del Instituto tuvo que ser creativo para servir a una necesidad más inmediata y local: profesores y estudiantes atrapados en casa.

“Hay una gran necesidad de los maestros en este momento, y sabemos que hay una gran necesidad en Nevada”, estimó Craig Rosen, administrador de compromiso comunitario y desarrollo profesional de Science Alive.

El programa desarrolló varios módulos de aprendizaje sobre carreras en ciencias, vida silvestre en el desierto y temas ambientales, y adaptó su plan de estudios EnergySmart Education para el aprendizaje en casa.

La adaptación de los programas de proyectos tradicionalmente prácticos al aprendizaje en línea ha sido un desafío, expresó Rosen.

“Nuestra prioridad es ponerlo en manos de los maestros para que puedan seguir haciendo lo que mejor saben hacer”, exclamó.

Todos los recursos de Science Alive están disponibles en línea, y el programa actualiza frecuentemente su página de Facebook con videos y actividades.

Science Alive tiene como objetivo inspirar a la próxima generación de investigadores, y Grzymski espera que los proyectos actuales del instituto ayuden a hacer comprender la importancia de la investigación a gran escala.

“Cuando se hacen inversiones en este tipo de grandes estudios, la gente siempre se pregunta por qué”, concluyó. “Pero todo el tiempo, el esfuerzo y los recursos invertidos en ellos están demostrando ser extremadamente beneficiosos, especialmente en circunstancias imprevistas como ésta”.

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