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Detienen envíos de pruebas rápidas de COVID-19 a Nevada

El gobierno federal está deteniendo los envíos de pruebas rápidas de COVID-19 a Nevada y otros siete estados hasta que utilicen los suministros ya recibidos.

En una llamada a periodistas el lunes, el zar de las pruebas federales, Brett Giroir, canceló más envíos a los estados por no distribuir las pruebas Abbott BinaxNOW que les fueron enviadas, incluyendo Nevada, Hawái, Massachusetts, Nuevo México, Dakota del Norte, Vermont, Virginia y West Virginia, según el sitio web de tecnología médica MedTech Dive.

“No queremos que las pruebas se queden en un almacén”, dijo Giroir, secretario asistente de salud.

Una vocera de Nevada declaró que un representante del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos se había puesto en contacto con la oficina del gobernador y “explicó que Nevada fue sacado de la fila de distribución porque no había distribuido todas las pruebas recibidas hasta la fecha”.

“Se indicó que Nevada se pondría de nuevo en la fila una vez que se distribuyeran las pruebas en mano”, comentó la vocera Shannon Litz.

Problemas de licenciatarios, afirma Sisolak

En respuesta a una pregunta del Review-Journal, el gobernador Steve Sisolak respondió en una conferencia de prensa el martes por la noche que los retrasos en la distribución se debían a cuestiones relacionadas con los requisitos de los licenciatarios para las personas que distribuyen las pruebas.

Nevada planeaba suministrar las pruebas de BinaxNOW al Departamento de Correccionales a petición de la agencia que opera las prisiones del estado, mencionó Julia Peek, sub-administradora del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Nevada durante una rueda de prensa el lunes. También dijo que otro posible uso de las pruebas sería en las escuelas de Nevada, que en el Condado Clark están llevando a cabo clases en línea debido a la pandemia.

El estado ha recibido alrededor de 200 mil pruebas y se espera que para diciembre haya recibido 920 mil, indicó la semana pasada la funcionaria estatal Malinda Southard al Nevada COVID-19 Mitigation and Management Task Force.

La administración de Trump anunció a finales de agosto que había otorgado un contrato de 760 millones de dólares a Abbott para la entrega de 150 millones de pruebas rápidas.

“Las pruebas serán potencialmente desplegadas en las escuelas y para ayudar a servir a otras poblaciones con necesidades especiales”, señaló la administración en su anuncio.

El compromiso de la precisión

La prueba BinaxNOW, que recibió autorización de uso de emergencia de la Food and Drug Administration (FDA), no requiere equipo de laboratorio y puede entregar resultados en 15 minutos o menos. Esta y otras pruebas de antígenos detectan ciertas proteínas del coronavirus.

Estas pruebas son más rápidas y menos costosas que las pruebas de reacción en cadena de polimerasa, que detectan el material genético del virus. Como resultado, las pruebas rápidas pueden ser más eficientes para examinar a un gran número de personas.

Sin embargo, la prueba rápida no es tan precisa, con una mayor probabilidad de dar un resultado positivo falso.

“Ninguna prueba es perfecta, pero hay consecuencias en diversos grados de menos perfección”, explicó Mark Pandori, que dirige el Laboratorio de Salud Pública del Estado de Nevada en Reno.

“Si los falsos positivos son puestos en cuarentena junto con otras personas verdaderamente positivas, eso sería muy malo”, señaló.

¿Mejor que no hacer pruebas?

Sin embargo, algunos argumentan que las pruebas imperfectas son mejores que no hacerlas, y que las pruebas falsos negativos “pueden no ser fuertemente positivas y no son una amenaza infecciosa para la salud pública”, comentó Pandori.

Reconoció que es crítico con las pruebas, pero añadió: “Respeto estos contraargumentos”.

Funcionarios del Estado pueden no tener otra opción. A principios de octubre, las autoridades federales de salud le dijeron a Nevada que cambiara el curso de su decisión de prohibir dos tipos de pruebas rápidas de COVID-19 utilizadas en los asilos de ancianos.

Nevada prohibió las pruebas Quidel Sofia y BD Veritor el 2 de octubre, alegando que eran “precisas para detectar individuos con COVID-19, pero menos precisas para detectar correctamente cuando alguien no tiene COVID-19”.

Informes anecdóticos de 12 centros de enfermería del estado mostraron problemas con las pruebas, incluyendo un informe que encontró que el 60 por ciento de las pruebas de antígeno positivas eran falsas. Los funcionarios de salud del estado atribuyeron los problemas a la capacitación inadecuada de las personas que administraban las pruebas, a la falta de seguimiento de las instrucciones de los fabricantes o a la falta de confirmación del resultado con otra prueba dentro de las 48 horas.

Giroir declaró en octubre que la ley federal le prohibió a Nevada imponer la prohibición. Los falsos positivos son inevitables en las pruebas de detección de virus, señaló, y la identificación del 40 por ciento de los positivos reales salvaría vidas en asilos.

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