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Diacono en transición

El seminarista Rogelio Molina fue instalado en el punto previo al sacerdocio, en una emotiva ceremonia llevada a cabo, el miércoles 22 de mayo, en la parroquia católica Holy Spirit y oficiada por el obispo de la Diócesis de Las Vegas George Leo Thomas.

“Me siento feliz porque la vocación religiosa es un don de Dios, que no se otorga a una persona en sí, sino a la iglesia en general. Nosotros somos un regalo para la iglesia, he servido en el ministerio del diaconado y al sacerdocio, estoy muy contento y emocionado”, comentó a El Tiempo, Rogelio Molina quien, mediante una emotiva ceremonia religiosa, recibió el Diaconado en transición.

Para llegar a este punto, un paso previo a la ordenación sacerdotal, Molina cursó ocho años de estudios de formación, más uno de labor pastoral, nueve en total; “y todavía me falta un poco”, dijo.

Sobre la manera en que descubrió su vocación sacerdotal, “desde el instante en que hice mi primera comunión, desde niño, cuando tenía ocho años, en Sinaloa, supe que deseaba entregar mi vida al servicio de la Iglesia”, precisó.

La ceremonia enfatizó las palabras de la biblia, en Efesios 4:7 donde se lee: “pero la gracia fue dada a cada uno de nosotros según la medida del don de Cristo”. El don de Rogelio Molina, sin duda, es el sacerdocio.

La primera lectura, en la liturgia de la palabra, durante la celebración de ordenación fue Hechos 6:1-7. La segunda lectura fue Efesios 4:1-7 y 11-13: La unidad del Espíritu. Yo pues, preso en el Señor, les ruego que anden como es digno de la vocación con que fueron llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándose con paciencia los unos a los otros con amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como fueron también llamados en una misma esperanza de su vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos. Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo.

Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.

El evangelio versó sobre Juan 15:9-17 que destaca: Así como el Padre me ha amado a mí, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor. Si obedecen mis mandamientos, permanecerán en mi amor, así como yo he obedecido los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que tengan mi alegría y así su alegría sea completa. Y este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros, como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos. Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no está al tanto de lo que hace su amo; los he llamado amigos, porque todo lo que a mi Padre le oí decir se lo he dado a conocer a ustedes. No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre. Este es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros.

El rito de ordenación inició con la presentación del candidato, Rogelio Molina, efectuado por el director de vocaciones, el Padre Ron Zanoni. Posteriormente se realizó la homilía, en el preludio de la exaltación del servicio ejemplar que Molina ha desarrollado, así como la proclamación de la fe y el compromiso de mantenerse en celibato y oración constante.

El obispo de la Diócesis George Leo Thomas, pidió la intersección de los Santos y que Dios derrame sus bendiciones sobre Rogelio Molina para que desempeñe el cargo con amor al prójimo.

El nuevo ordenado está investido con la estola y la dalmática, que son vestimentas litúrgicas utilizadas en el ministerio del diaconado. Con la vestimenta, se arrodilló ante Thomas quien le presenta la palabra de Cristo, que en lo sucesivo Molina se encargara de predicar con palabras y ejemplos.

Entre las personalidades presentes en la ordenación destacó el Reverendo Obispo auxiliar de la Diócesis de Phoenix, Eduardo Nevárez, el Padre Miguel Corral y Bruno Maurici, de la parroquia San Francisco de Sales.

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