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Disminución de inscripciones en escuelas del CCSD provocan reorganización de personal y clases

Cuando Taylor Martin explicó a sus alumnos de cuarto grado el jueves por qué tenía que dejarlos, los niños le hicieron dos preguntas: ¿Por qué la escuela no puede conseguir más dinero para mantenerla? Y si no, ¿podían irse con ella?

Martin es una de los 65 maestros del Distrito Escolar del Condado Clark (CCSD) que, a partir del jueves, se enfrenta a un superávit: la práctica del distrito de contar las inscripciones de los estudiantes y reasignar los fondos para el personal de las escuelas en función de las proporciones de las clases.

Este otoño, la reducción de las inscripciones relacionada con familias que abandonaron el distrito durante la pandemia de COVID-19 ha dejado al distrito con casi 10 mil estudiantes y 61 millones de dólares menos de lo previsto, así como también ha golpeado con especial fuerza a la Primaria Tyrone Thompson, donde Martin enseña.

La oficina de zonificación del distrito esperaba que 606 estudiantes se presentaran cuando Thompson abrió sus puertas por primera vez para el año escolar 2020-21, pero sólo 408 se inscribieron realmente (alrededor del 66 por ciento de la proyección). En el campus, donde muchos miembros del personal también tienen niños que asisten a la escuela, eso significa que cinco profesores tendrán que buscar trabajo en otro lugar, el resto del personal será reorganizado, una cuarta parte del cuerpo estudiantil pasará a nuevas clases a las seis semanas del año escolar y cada aula crecerá en tamaño.

“Afecta a todos”, señaló el director Robert Hinchliffe en una reunión del equipo de organización de la escuela. “En última instancia, cada clase tiene más niños”.

¿Cómo se relacionan las inscripciones con la financiación?

“¿Y qué si los estudiantes desaparecidos regresan después de que las escuelas reabran?” preguntó un padre en la reunión. Es probable que la escuela tenga que lidiar con clases de mayor tamaño, respondió Hinchliffe, así como se espera que instituya el distanciamiento social dentro del aula. Los niveles de personal se ajustarán de nuevo en la primavera para el siguiente año escolar.

Es una idea errónea común que el distrito es financiado basado en el conteo de sus estudiantes en el llamado “Count Day”, explicó el director financiero Jason Goudie en un video reciente. Si bien eso era cierto hace años, el distrito ahora recibe pagos mensuales y trimestrales del estado basados en cálculos de asistencia diaria promedio. El Count Day interno se usa para determinar el personal de cada escuela para el año.

Las inscripciones bajaron este año, señaló Goudie, también los costos correspondientes.

Según datos obtenidos por el Review-Journal, 75 escuelas han inscrito menos del 90 por ciento de los estudiantes que esperaban este año, en comparación con sólo 22 escuelas el año pasado. En 2019-20, había 140 escuelas con el 100 por ciento de sus inscripciones proyectadas; este año, hay 82. The Nevada Learning Academy, la escuela en línea del distrito, está al 178 por ciento de su inscripción proyectada.

Sólo el área de North Las Vegas no tuvo una reducción de inscripciones de más de mil estudiantes, perdiendo alrededor de 112 estudiantes en comparación con el año pasado. Las áreas de Henderson y Summerlin tuvieron las mayores caídas, con mil 794 y mil 771 estudiantes respectivamente. El área suroeste en rápido desarrollo que incluye a Thompson, vio una caída de mil 456 estudiantes.

Hasta el jueves, había 65 profesionales licenciados enfrentando excedentes en el distrito, según el director ejecutivo de la Asociación de Educación del Condado Clark (CCEA), John Vellardita, y 387 vacantes en todo el distrito. Dijo que el sindicato no ha visto una caída de superávit en esta escala, pero que es probable que sea una aberración.

Si la escuela no tiene los estudiantes para justificar las posiciones, hay pocos recursos para salvarlos, señaló Vellardita. Una escuela que se enfrenta a un excedente buscará inicialmente voluntarios, dijo, y luego considerará quién tiene licencia y está disponible para qué puesto, antes de considerar finalmente la antigüedad.

Los profesores que se van verán entonces todas las vacantes para las que están calificados, con los puestos cubiertos en base a la antigüedad.

Pero han surgido problemas en el proceso, reveló Vellardita, como escuelas que rechazan candidatos calificados cuyo salario puede estar en el extremo superior del espectro. Tampoco afecta a todas las escuelas por igual: las que tienen mayores remanentes del año anterior (algunas de ellas de cientos de miles de dólares) a veces pueden salvar puestos.

Thompson, una escuela nueva, no tenía fondos remanentes. Hinchliffe dijo que la oficina de zonificación le dijo a la escuela que abriría con unos 500 estudiantes y luego crecería.

Pero cuando se dio cuenta durante el verano de que la escuela se enfrentaría a recortes, Hinchliffe dijo que pospuso la contratación de un profesor de música y un consejero. Algunos puestos tienen que ser ocupados incluso a expensas de salvar a los profesores, añadió.

Después de que el presupuesto se enfocó, dijo Hinchliffe, apeló a los recortes al superintendente Jesús Jara y a los líderes del distrito pero fue denegado.

Los efectos

Taylor Martin dijo que comenzó a decorar su aula a principios de julio, tan pronto como Hinchliffe permitió a su personal entrar en el edificio. Pasó incontables horas (según su estimación) revisando los estándares de contenido y el plan de estudios, así como las últimas seis semanas construyendo la confianza con sus estudiantes.

“Sentía que me estaba yendo bastante bien”, señaló. “Estaba agarrando buen ritmo con mis estudiantes y recibiendo comentarios positivos de las familias. Fue una experiencia muy positiva para las circunstancias en las que estamos”.

Pero como profesora de primer año, dijo, se había preparado para el proceso de excedentes. Aunque tendrá que empezar de nuevo en otra aula, comenta que su principal preocupación son los estudiantes, que tienen que aprender un nuevo horario de aprendizaje virtual, nuevos compañeros de clase y un nuevo profesor.

“Sólo espero que este proceso pueda ser evaluado, porque no es correcto que los estudiantes sean puestos en una clase durante dos meses para construir una relación con el maestro y comenzar a confiar en él o ella, especialmente este año durante el aprendizaje virtual, y que de repente les corten eso y tengan que empezar de nuevo, no está bien en cualquier año, pero especialmente este año”, señaló.

La maestra de jardín de niños de Thompson, Dannielle Carrion, también será trasladada de su clase de kínder a una nueva clase de primer grado como parte de la reorganización del proceso de excedentes. En la próxima semana, necesita replicar todo el trabajo que hizo para su clase durante el verano, incluyendo la creación de planes de lecciones, la conversión a Google Classroom, el escaneo y la realización de copias del material y conocer a los nuevos niños y familias.

“Puedo lidiar con ello; asumiré el desafío y haré mi trabajo, pero el problema son los niños”, apuntó. “Básicamente lo que va a pasar con estos niños es que van a perder otras dos semanas de instrucción debido a la transición”.

Nathalie Pormentira, madre de un estudiante con autismo en la clase de Carrion, dijo que el distrito no puede garantizar que su hijo prosperará con un nuevo maestro.

“Es como ganar un premio mayor el hecho de que un maestro pueda trabajar con nuestro hijo”, dijo. “Todos hemos trabajado duro para agarrar el ritmo aquí y familiarizarnos con las rutinas, y ahora van a cambiarlo… ¿Saben lo devastador que es el cambio de rutinas para los niños del espectro?”

A algunos estudiantes se les cambian los profesores durante los años escolares, comentó Tabitha Hugdahl, madre y profesora de Thompson. Su propio hijo está pasando de una clase de 15 a una de 25, dijo. Y con la adición de cuatro niños más a su clase, es probable que no tenga tiempo de hacer sesiones individuales con los estudiantes.

El proceso de excedentes es estresante para todos los involucrados, dijo Hugdahl, y necesita una excepción para las nuevas escuelas como Thompson, así como la responsabilidad desde arriba para los cálculos que se hagan.

Un periodo de gracia para una nueva escuela sería apropiado, sugirió Bronwen Mellinger, un estratega del aprendizaje, especialmente considerando que la escuela aún no tiene una calificación de estrellas que determine los fondos adicionales.

“Tenemos muchos profesores jóvenes en la escuela”, señaló Mellinger. “Como distrito, no tenemos un fuerte historial de apoyo a los jóvenes maestros, y tal vez es porque contratamos a gente y les dejamos que pongan su corazón en ello antes de hacerlos ir a otro lugar”.

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