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Ebrard se dice perseguido

Marcelo Ebrard ¿está de vacaciones o anda en fuga?

Para vacaciones, son bastante largas: casi 60 días lleva entre Francia, Suiza, Washington y Nueva York.

Ni siquiera vino a votar el 7 de junio, después de habernos invitado a hacerlo por el partido de Dante Delgado, Movimiento Ciudadano.

¿Qué pasó? Todo indica que el exjefe de gobierno del Distrito Federal ha huido para no enfrentar a la justicia en México, o forzar una extradición que quién sabe si se concedería.

En caso de encontrarse en Europa, su ascendencia le permite tener la nacionalidad francesa y pasaporte comunitario.

Nosotros no sabemos a ciencia cierta si cometió algún o varios delitos, como se menciona. Pero él sí lo sabe, y está en fuga.

Lo que llama la atención es que en algunos medios de comunicación, donde todos los días se exige un combate severo a la corrupción, se diga de antemano que se trata de “una persecución política” la investigación que hay sobre el exmandatario capitalino.

Ahora resulta que Marcelo Ebrard es víctima de una persecución porque trianguló la propiedad de una casa que era del GDF, pasó a una empresa de su hermano y a fin de cuentas la habita él.

Los medios y los partidos que trinan contra la corrupción, salen a defender a Ebrard con el capote de que se trata de una “marranada” envuelta en una venganza política.

¿En qué quedamos? ¿Deben rendir cuentas los gobernantes cuando hay negocios turbios en su gestión? ¿Sí o no?

Congruencia, camaradas. Y Ebrard tiene mucho que explicar, además de la casa que era del GDF y paró a manos de su hermano.

A cualquier gobernante que haya gastado 45 mil millones de pesos en una obra sin resultados, como hizo Ebrard con la Línea 12 del Metro, se le deben hacer preguntas.

Un desastre de esas dimensiones tendría ante un juez al gobernante que sea, menos a Ebrard. Tiene que explicar ese atraco a las finanzas de la ciudad y de la Federación.

Pero si le echan el capote de la venganza política, para protegerlo, entonces estamos perdidos. Que nadie rinda cuentas y tan-tan.

Ebrard tiene que explicar por qué adquirió 30 trenes, mediante adjudicación directa, que no sirven para las vías que se construyeron.

Tiene que explicar qué le hizo pensar que la empresa CAF era la única que podía proveer trenes adecuados, y omitió el concurso.

Estamos hablando de muchos miles de millones de pesos tirados a la basura. ¿No debe rendir cuentas por ello? ¿Es persecución política insinuar que se le investiga?

Que diga por qué permitió que se construyeran 22 curvas menores a 300 metros, si están prohibidas. Y por qué encargó el Proyecto Metro al hermano del constructor privado que lo hizo.

Todo eso se debe investigar, y al parecer algo se está haciendo. Y quizá por esa razón Marcelo Ebrard huyó del país.

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