El Aeropuerto Internacional McCarran podría ser rebautizado con el nombre de Harry Reid
La propuesta de cambiar el nombre del Aeropuerto Internacional McCarran por el del ex senador de Nevada, Harry Reid, está reavivándose.
Hace cuatro años, el esfuerzo se llevó a cabo en Carson City, cuando el proyecto de ley del entonces senador estatal Tick Segerblom no logró salir del comité. Ahora, Segerblom vuelve a intentarlo como comisionado del Condado Clark, y otros legisladores han manifestado su apoyo.
Segerblom planteó el martes la posibilidad de que uno de los aeropuertos más concurridos del país sea rebautizado con el nombre del veterano legislador demócrata y ex líder de la mayoría del Senado, sugiriendo que su actual nombre no está en consonancia con los esfuerzos del sur de Nevada por reinventarse.
“El senador (Pat) McCarran, que en su momento fue probablemente un buen hombre, ha pasado realmente a la historia”, declaró Segerblom durante la reunión de la comisión. “Si se mira su historial, no fue bueno. El nombre no representa la diversidad de nuestra comunidad”.
Segerblom trabajará con el asesor legal del condado en una ordenanza para proponer el cambio de nombre, que se espera que los comisionados discutan públicamente en dos semanas. Al menos dos colegas, los comisionados William McCurdy II y Justin Jones, expresaron su apoyo a la medida.
“No puedo pensar en nadie que haya hecho más por el estado de Nevada y también por nuestro país que el ex senador Harry Reid”, mencionó McCurdy.
Historia turbulenta
El verano pasado, los congresistas demócratas de Nevada enviaron una carta al gobernador Steve Sisolak y a los legisladores del estado solicitando que se cambiara el nombre del aeropuerto y se retirara una estatua de McCarran en el Capitolio de Estados Unidos.
Su carta decía que, aunque McCarran luchó por los derechos de los trabajadores y ayudó a dar forma a la industria moderna del transporte aéreo, también presionó para bloquear a los candidatos judiciales judíos nombrados por el presidente Franklin D. Roosevelt, revocar la ciudadanía, limitar la libertad de expresión y restringir la inmigración, incluida la de los judíos después del Holocausto.
En última instancia, el condado tiene la palabra para decidir si se produce un cambio de nombre, ya que el aeropuerto está gestionado por el Departamento de Aviación del condado. Sin embargo, la Administración Federal de Aviación tendría que dar su visto bueno.
Segerblom reconoció que este cambio es controvertido.
