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El asesino condenado de un bebé se enfrentará a un cargo más de asesinato en Las Vegas de 1996

El 28 de septiembre de 1996, Timothy Owen salió del club de striptease Cheetahs Las Vegas y vio a un grupo de personas que intentaban robar llantas de un coche en un estacionamiento cercano.

Owen decidió intervenir y esa decisión le costó la vida.

“Salió y vio que estaban haciendo algo extraño, que estaban en contacto físico con el coche, y les preguntó: ‘Hey, ¿qué están haciendo? ” relató el detective veterano de homicidios de Las Vegas, Dean O’Kelley.

Estalló una pelea, Owen fue golpeado con una pata de mesa de madera y más tarde moriría por sus heridas. Fue un crimen vicioso y brutal que, durante dos décadas, parecía que nunca se resolvería.

Pero la persistencia de las fuerzas de la ley finalmente daría sus frutos. Gracias a la brigada de Casos sin resolver del Departamento de Policía Metropolitana, la evidencia de la escena del crimen se vinculó en 2016 con un asesino de niños convicto en Ohio llamado Toby Wilcox.

Esta semana, 23 años después de que Timothy Owen fue abandonado sobre un charco de su sangre en la cuadra 2100 de la Avenida Western, Wilcox, 41, fue traído al sur de Nevada para enfrentar la justicia.

Después del ataque, Owen fue llevado al Centro Médico Universitario con heridas graves. Murió a causa de esas lesiones en una instalación de cuidados extendidos el 27 de julio de 1997, según un informe de arresto de Wilcox.

Investigación de un caso sin resolver

Los antiguos detectives de homicidios de la policía, Dean O’Kelley y Ken Hefner, retomaron el caso sin resolver casi 20 años después del hecho. Los detectives ya están jubilados, pero trabajan medio tiempo en viejos casos que han estado sin resolver durante años. Cuando observaron el archivo del caso, se enteraron de que Owen era un músico divorciado y una especie de solitario. Una foto de Owen lo mostraba tocando la trompeta en una pequeña banda. Parecía que los músicos estaban tocando fuera de una iglesia.

Los detectives aprendieron algo más del archivo del caso, había evidencia de huellas digitales recuperadas de la escena del crimen. De hecho, la evidencia de huellas digitales fue encontrada en la pata de la mesa ensangrentada que fue abandonada. También en el archivo del caso había información que indicaba que, después del hecho, un informante confidencial dio a la policía los nombres de posibles sospechosos.

Los detectives se dieron cuenta de que la evidencia de las huellas dactilares nunca se cotejó con los nombres de los sospechosos proporcionados por el informante.

“Hicimos que otro tipo de detective revisara un poco el caso y vio que teníamos algunas huellas dactilares en el arma homicida”, detalló O’Kelley. “Una era una huella definitivamente identificable y otra parcial en lo que se creía que era el arma homicida. No se habían comparado con las de los individuos proporcionados por el informante confidencial”.

Los detectives comenzaron la laboriosa tarea de comparar las huellas. Llevó tiempo, pero consiguieron una coincidencia, las huellas coincidieron con las de Wilcox.

“Había sido condenado por un doble asesinato en Ohio”, comentó O’Kelley.

El asesinato de un niño

Los detectives se enteraron de que Wilcox estaba cumpliendo dos sentencias de cadena perpetua sin libertad condicional por un doble asesinato en el área de Columbus.

De acuerdo con los informes de noticias en línea, Wilcox fue condenado por el asesinato de Habu Westbrook y Alamar Wright en mayo de 2003. El Akron Legal News reportó que las autoridades de Ohio informaron que Westbrook vendía marihuana y que vivía con su prometida y su hijo pequeño, Wright. La mujer indicó que estaban en su casa cuando dos hombres se presentaron y los encañonaron, Westbrook fue asesinado a balazos.

El Columbus Dispatch informó que los pistoleros le dispararon a la prometida mientras ella sostenía a su bebé, una bala le dio al bebé.

Wilcox y un segundo acusado evitaron la pena de muerte y fueron sentenciados a cadena perpetua.

“Fue un robo de drogas dentro de un apartamento”, expuso O’Kelley. “Dos personas fueron asesinadas, una fue un niño, un bebé. Mató a un traficante de drogas; durante una transacción de narcóticos, y fue a dispararle a una mujer que sostenía a un bebé y la bala le atravesó la mano, le dio al bebé y lo mató”.

Los detectives de Las Vegas acudieron a una prisión de Ohio en 2016 para entrevistar a Wilcox.

“Durante nuestra entrevista admitió haber golpeado a nuestra víctima con la pata de una mesa, que es donde se encontró su huella”, reveló O’Kelley. “Admitió haberle golpeado una vez pero sabemos que tuvo que haberlo golpeado más de una, porque había sangre salpicada en la escena del crimen”.

Se obtuvo una orden de arresto contra Wilcox por asesinato. Llevó varios años traerlo de vuelta al sur de Nevada. El jueves por la mañana, Wilcox se presentó en la sala de la Jueza de Paz de Las Vegas, Diana Sullivan, cuando comenzó su proceso en Nevada.

Para aquellos que nunca se rindieron en el caso Owen, valió la pena la espera.

“No hay estatuto de limitación en un asesinato”, concluyó O’Kelley. “Si le quitas la vida a otra persona, vamos a llevarla tan lejos como sea posible para que se haga justicia y para su familia”.

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