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Fallece músico después de haber dado positivo en una prueba de COVID-19

Durante una semana, el repartidor de cartas de casino y aficionado al blues estuvo solo en la cama de un hospital, con un respirador que bombeaba oxígeno a sus pulmones.

Uno por uno, sus órganos comenzaron a fallar.

Primero fueron sus riñones, luego su hígado.

A finales del 24 de marzo, el coronavirus cobró su próxima víctima en Las Vegas: Howard Berman, de 66 años.

Con sus hermanos viviendo al otro lado del país, y su novia con la prohibición de entrar en su habitación de hospital, Berman murió solo en el Centro Médico del Hospital Summerlin, según su hermana, Gail Rosenthal.

“Su cuerpo ya no pudo soportar más”, dijo Rosenthal el lunes en una entrevista telefónica desde su casa de Nueva Jersey.

El 17 de marzo, Berman visitó a su médico, quejándose de una fiebre que rebotaba entre los 100 y 101 grados, se sentía cansado y no tenía apetito.

Desde allí, su médico lo llevó en ambulancia al hospital, donde le hicieron pruebas de COVID-19. Durante el viaje en ambulancia, Berman llamó a su hermana.

“Te quiero y cuídate”, le dijo Rosenthal.

Sería lo último que le diría a su hermano mayor.

Durante días, su familia esperó ansiosamente los resultados de las pruebas. Finalmente, en la mañana del 24 de marzo, el día que Berman murió, tuvieron noticias de su médico.

“Afirmaron que dio positivo”, recordó Rosenthal.

No se han dado a conocer más detalles sobre su muerte. La Oficina Forense del Condado Clark no realizó una autopsia a Berman pero confirmó el lunes que su muerte había sido comunicada a la oficina.

Berman, que sufría de enfermedad pulmonar obstructiva crónica, estaba entre la población de alto riesgo de la pandemia, definida por los funcionarios de salud como las personas de 65 años o más o individuos con condiciones médicas subyacentes.

“Ruidoso y feliz”

Aún así, a los 66 años, Berman estaba lleno de vida.

“Era ruidoso, feliz, divertido y sarcástico”, describió su mejor amiga, Diana Andriola.

Ambos compartían el amor por la música blues, se conocieron hace unos 11 años en una sesión jam local.

A lo largo de los años, relató ella, Berman no dejó que su edad le frenara; tocaba la batería, la armónica y el piano, y a menudo se presentaba en sesiones jam por todo el valle e incluso en el norte de Nevada.

“Era muy querido en la comunidad del blues”, agregó Andriola.

La afinidad de Berman con la música comenzó a una edad temprana, según su hermana, cuando tuvo su primer set de batería. Todo el día y toda la noche se la pasaba tocando.

“Era lo único que escuchábamos de niños”, recordó Rosenthal riéndose. “Recibíamos llamadas en medio de la noche quejándose del ruido, y la policía venía”.

Pero no le importó.

“La música lo era todo para él”, recalcó su hermana.

Un corazón bondadoso

Aparte de sus talentos musicales, Rosenthal señaló que su hermano era conocido por su buen corazón.

Cuando era más joven, añadió, repartía periódicos en su ciudad natal de Margate, Nueva Jersey.

Recibió “muchos” reportes por entregas tardías durante su tiempo trabajando en las rutas del periódico, porque durante el invierno, caminaba con cada periódico hasta la puerta de sus vecinos, tomándose el tiempo para quitar el hielo de sus entradas.

“Así de bondadoso era él”, apuntó su hermana. “Quería ayudar en todo lo que pudiera”.

Berman tuvo trabajos ocasionales durante toda su vida. Fue mecánico durante algún tiempo, y condujo taxis durante otro lapso.

Al momento de su muerte, Berman (quien había vivido en Las Vegas durante casi dos décadas) trabajó como repartidor de cartas en el Casino Aliante. Su hermana sospecha que estuvo expuesto al virus en el trabajo.

Aunque no estuvo rodeado por su familia cuando murió, Rosenthal dijo que encuentra consuelo en saber que los últimos cinco años de su vida los pasó “felizmente” con su novia, Bárbara Gibson.

“Era muy querido”, afirmó ella.

El cuerpo de Berman será incinerado y enviado de vuelta a su estado natal (de vuelta con sus hermanos). Sus padres murieron anteriormente, y además de su hermana, le sobrevive su hermano menor, Larry.

Nevada ha tenido 18 muertes atribuidas al COVID-19, y todas menos tres han ocurrido en el Condado Clark.

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