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Hombre de 70 años asesinado en su hogar era un hombre de familia

La familia de un jubilado de Las Vegas asesinado a tiros en su casa en diciembre, declaró que están comprometidos a buscar justicia para los dos acusados de asesinato.

En la noche del 27 de diciembre, Alan Bondelid, de 70 años, llevó su coche a la entrada de su casa en el sudeste de Las Vegas, cerca de la calle Mountain Vista y la avenida East Tropicana, según la policía de Las Vegas. La policía comentó que un hombre salió de la oscuridad y exigió la cartera de Bondelid a punta de pistola. El pistolero le disparó a Bondelid antes de que pudiera salir de su auto o incluso entregar su billetera que contenía ocho dólares.

“Le pregunté a la policía: ‘No entiendo, si el asaltante pidió su billetera, y estaba parado ahí con el arma, ¿por qué Alan no le dio su billetera?’” preguntó la esposa de Bondelid, Tina. “Y el policía respondió: ‘No tuvo tiempo’”.

Detectives de homicidios alegan que parece que Bondelid fue seguido a casa desde un bar por dos personas que no conocía, y luego disparado sin razón en un intento de asalto. El 28 de diciembre, la policía arrestó a una pareja de Las Vegas, Otis Buchanan, de 36 años, y Dalana Smedley, de 31, ambos de Las Vegas, con cargos de asesinato.

El crimen inicialmente dejó a la familia de Bondelid buscando respuestas a por qué el pistolero fue tan cruel en un crimen tan absurdo. El hijo de Bondelid, Ethan, agregó que la familia ha elegido abandonar esa búsqueda, en lugar de buscar justicia mientras recuerda el maravilloso hombre que fue su padre.

“Estamos concentrados en celebrar su vida”, dijo Ethan Bondelid. “Si nos estancamos con la pregunta del por qué, no habrá solución. No hay manera de responderla”.

Pérdida de un hombre de familia

Tina Bondelid comentó que su esposo era nativo del estado de Washington y dueño retirado de un negocio de alfombras. Sus hijos dijeron que trabajó muchas horas para mantener a su familia cuando vivían en Idaho, luego Iowa, antes de retirarse a Las Vegas hace unos 10 años.

“Era una persona muy sociable”, describió su hija, Vanessa Doren, de 43 años. “Cada vez que había un festival, él quería ir. Le encantaba tener gente a su alrededor todo el tiempo. Conocía a todo el mundo”.

Tina, Ethan y Vanessa dijeron que Alan Bondelid era un hombre de familia comprometido. Cuando Ethan y su hermana eran niños, su padre los llevaba a esquiar, a acampar y a montar a caballo en las montañas de Idaho.

“Recuerdo cómo se esforzaba por llevarnos a tener experiencias en cuanto a todas las cosas que hacíamos al crecer”, dijo Ethan Bondelid. “Muy activo. Todas las cosas de montaña que hicimos durante nuestra infancia. Era muy, muy importante para él, era quien era”.

Al retirarse, Alan Bondelid se dedicó a disfrutar de la vida al máximo. A menudo se vestía con coloridas camisas y pantalones cortos hawaianos y usaba sandalias. Su patio trasero, con piscina, jacuzzi y banderas piratas, era un lugar donde los amigos eran siempre bienvenidos.

“Más tarde en la vida, especialmente aquí en Las Vegas, su vida era una gran fiesta”, comentó Ethan Bondelid. “Siempre social, siempre conociendo gente, cualquiera y todos los que lo conocían los hacía sus amigos. No había ningún tipo de pretensión para él en términos de quién era bienvenido. La nevera del garaje estaba llena de cervezas, y era territorio abierto para cualquiera que se acercara”.

Seguido a casa desde bar

La noche del asesinato, la policía reveló que Alan pasó la noche en el Stadium Saloon and Laundry, ubicado en 6016 Boulder Highway. Un informe policial del caso indica que se encontró con un hombre y una mujer en el bar y que pareció haber una breve discusión entre los tres. La familia de Bondelid comentó que Bondelid no había discutido con los extraños, en cambio, sospechan que la pareja con la que Bondelid habló buscaba un blanco fácil. El video de vigilancia recopilado por la policía del bar mostró a Bondelid saliendo del estacionamiento y dirigiéndose a su casa, seguido por un Scion púrpura con daños en el frente que contenía a los dos extraños que acababa de conocer en el bar.

El video de vigilancia de la residencia de Bondelid y otros en su calle mostraba a Bondelid entrando en su entrada, seguido de cerca por el Scion con notables daños en la parte delantera. Un pistolero con ropa distintiva se acercó y exigió su billetera, según el video. Bondelid comenzó a decir “Oh, tú eres el… tipo del…” cuando le dispararon fatalmente. El pistolero golpeó y pateó a Bondelid mientras yacía moribundo en su entrada.

La policía encontró un casquillo de nueve milímetros en la entrada y una bala en el asiento del conductor del auto de Bondelid. El Scion fue localizado más tarde por la policía en el estacionamiento del Stadium Saloon and Laundry alrededor de las 12:45 a.m. del día siguiente. La policía le hizo una detención de tránsito al vehículo y encontró cuatro personas dentro. Dos fueron identificadas como las personas con las que Bondelid interactuó previamente en el bar, Buchanan y Smedley. Buchanan, reportó la policía, vestía ropa similar a la del pistolero capturado en el video de vigilancia de la casa de Bondelid. Una pistola de nueve milímetros fue encontrada en el vehículo.

Comparecencia en el tribunal

Buchanan y Smedley comparecieron en el tribunal el martes por la mañana ante el juez de paz de Las Vegas, Joseph Sciscento. Múltiples veces a lo largo de la audiencia, Buchanan estiró su cuello tatuado hacia la izquierda, aparentemente para llamar la atención de Smedley, que nunca hizo contacto visual con él.

Cada uno de ellos renunció a su derecho a una audiencia preliminar en 15 días. La audiencia preliminar estaba programada para el 10 de febrero. En un momento dado, Smedley se emocionó cuando se dio cuenta de que tendría que esperar a otra audiencia para ver si la liberaban bajo fianza.

“Oh, Dios”, le dijo a Sciscento, llorando.

“Quiero que tengan un abogado listo y preparado para seguir adelante; apresurarse no les va a ayudar”, le dijo Sciscento a la pareja.

Tanto el abogado defensor de Buchanan, Clark Patrick, como el de Smedley, Patricia Erickson, se negaron a hacer comentarios sobre el caso pero dijeron que sus clientes se declararán no culpables. Buchanan y Smedley están acusados de asesinato abierto, asalto y conspiración para cometer asalto.

La familia de Bondelid, mientras tanto, ha estado enfrentando olas de dolor desde el tiroteo.

La familia celebró una reunión y una cena el fin de semana en la que los amigos y seres queridos de Alan volaron a la ciudad.

Tratar de darle sentido al tiroteo es imposible, comentó la familia.

“Fue literalmente una casualidad pasajera, y él les fue un blanco fácil”, agregó Doren. “Hay gente mala en todas partes. Así es como es”.

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