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Inmigrante mexicano comparte historia de éxito como restaurantero en EE.UU.

El inmigrante mexicano Martín Cárdenas nunca imaginó que su primer trabajo en Estados Unidos como lavaplatos en una cocina, le serviría de experiencia para más tarde realizar su sueño de establecer su propia cadena de restaurantes.

Cárdenas, quien cruzó la frontera como indocumentado hace 30 años, pasó de ser lavaplatos a cocinero del restaurante “Torito”, en Texas, luego a chef regional, para después abrir tres restaurantes hasta llegar al Sheraton de Key Largo, en el sur de Florida, donde se desempeñó como chef ejecutivo tres años.

Desde hace más de dos décadas abrió su primer restaurante, “Cancún Grill”, en Miami Lakes, y ahora inauguró un nuevo local de esta cadena en la ciudad de Doral, y su plan es abrir otros dos más en los próximos años en el condado Miami-Dade.

Cárdenas, el mayor de cinco hermanos de una familia pobre de Sahuayo, en el estado mexicano de Michoacán, dijo a Notimex que ha sido una vida que jamás se hubiera imaginado, pero que la ha realizado a base de “muchísimo trabajo, esfuerzos y sueños”.

Ahora este inmigrante, en agradecimiento a su país, quiere regresar un poco de lo que ha logrado y por ello su nuevo restaurante, el cual inaugura este jueves, “tiene en cada rincón un pedacito de México”.

“Hicimos con mi familia un recorrido por Oaxaca, Jalisco, Michoacán, y parte de Yucatán y decidimos traer productos de los artesanos mexicanos para adornar este local”, afirmó Cárdenas.

La entrada, decorada con azulejos, da la bienvenida a los comensales al nuevo local con un dibujo de gran tamaño del tradicional juego mexicano de “Serpientes y Escaleras”, que da un tono lúdico al ingreso.

Los pisos de baldosa turquesa fueron hechos en Guadalajara, Jalisco, y conducen a un amplio bar, situado bajo auténticas banderas mexicanas de madera que cubren el techo de todo el restaurante.

Las baldosas color turquesa se transforman en azul cobalto que indican la entrada al comedor abierto, con capacidad para 200 comensales en donde las mesas de madera y sillas fueron traídas de Tonalá, Jalisco.

Los manteles individuales y las cerámicas fueron hechos a mano en los pueblos más pequeños de Oaxaca, mientras que el maíz es comprado a productores de ese estado.

Las paredes del comedor están revestidas con adornos mexicanos pintados a mano y a lo largo de todo el muro posterior hay un enorme mural colorido pintado por la joven artista de Guadalajara, Olga Zuno.

El mural progresivo cuenta la historia de un “campesino” mexicano que cuida magistralmente su cosecha de maíz, preparando una “masa” perfecta para las tortillas.

El menú es realizado de manera conjunta por el chef asesor, Gustavo, quien es de Uruapan, Michoacán, y ambos le dan un tono más contemporáneo al menú, cuyos platillos ”bandera” son los tacos al pastor, quesadillas, ceviches, guacamole de chicharrón, sin faltar los tequilas y mezcales y las mundialmente famosas margaritas.

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