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Investigadores de la UNLV estrechan vínculo entre falta de educación y muertes infantiles

Los niños cuyos padres tienen niveles más bajos de educación tienen un riesgo significativamente mayor de morir jóvenes, según un nuevo estudio realizado por investigadores de la UNLV.

La investigación publicada en la edición de julio de la revista Mother and Child Health Journal encontró que los niños cuyos padres nunca se graduaron de la escuela secundaria tienen un riesgo 41 por ciento mayor de muerte antes de cumplir los 25 años en comparación con los hijos de padres que obtuvieron un título universitario.

La educación secundaria materna es una influencia casi equivalente: los hijos de madres que no terminaron la preparatoria tienen un 40 por ciento de probabilidades de morir antes de los 25, según datos recopilados durante un período de 16 años de 350 mil niños en todo el país.

Para los niños cuyas madres o padres asistieron a alguna universidad pero no la completaron, las tasas de riesgo cayeron a 28 por ciento y 23 por ciento, respectivamente, encontró el estudio.

Los investigadores escribieron que las disparidades se deben al hecho de que los padres con más educación pueden acceder mejor a “conocimientos institucionales y/o redes sociales” que pueden resultar en entornos infantiles más seguros o aprovecharse para mejorar la atención médica.

De acuerdo con Elizabeth Lawrence, profesora de sociología en la UNLV y coautora del estudio, es más probable que hagan preguntas a sus médicos o busquen la información más científica y actualizada sobre cosas como los hábitos de sueño seguros para bebés.

“También tienen los recursos financieros para comprar los productos más nuevos y seguros”, detalló Lawrence.

Según un informe estatal, accidentes como asfixia o ahogamiento fueron la causa principal de muertes infantiles no naturales en Nevada, con las 13 muertes por asfixia relacionadas con entornos de sueño inseguros.

Lawrence dijo que una mayor educación también podría ayudar a prevenir la mortalidad relacionada con lesiones, otra de las principales causas de muerte infantil en el estado. Nevada tuvo una tasa de graduación de preparatoria del 80.8 por ciento para la clase de 2017, un poco por debajo del promedio nacional del 84.6 por ciento.

La investigación también reforzó el vínculo entre la mortalidad y el nivel socioeconómico, y descubrió que los niños de familias que vivían por debajo del umbral de la pobreza tenían un riesgo 38 por ciento más alto de morir en el transcurso del estudio, que se realizó en conjunto con la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill y la Universidad de Colorado, Boulder.

La investigación anterior ha vinculado las tasas de mortalidad a las áreas de códigos postales, pero se ha realizado poco trabajo para explorar las disparidades socioeconómicas a nivel individual, según un comunicado de la UNLV.

“Incluso si vives en un área relativamente bien educada, eso no significa que tendrás los recursos para comprar los asientos de automóvil más actualizados, por ejemplo”, destacó Lawrence.

Lawrence incluyó que uno de los objetivos del estudio es estimular la investigación futura, así como las políticas que podrían ayudar a igualar las disparidades.

Sin embargo, las políticas por sí solas no pueden confirmarlo.

“Las personas con una ventaja socioenómica encontrarán una manera de proteger esa ventaja”, concluyó Lawrence. “Si se hacen políticas específicas, esos medios de éxito pueden cambiar. Es mejor crear políticas amplias que puedan abordar una serie de factores que afectan a las familias”.

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