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La ‘afortunada y desafortunada’ mujer de Henderson que venció las adversidades del cáncer de páncreas

Cuando los doctores llevaron a Mary Kay Duda, de 75 años, a una cirugía por un tumor pancreático, volteó a ver a su hija, Katie, y le dijo: “Te veo al otro lado”.

Katie Duda, de 36 años, puso los ojos en blanco ante el recuerdo, humorística ahora que su madre se está acercando a los dos años sin cáncer. En ese momento, sin embargo, la idea de perder a su madre era insoportablemente real.

Mary Kay Duda destaca que es una afortunada de las desafortunadas. Mala suerte porque el tumor que crecía dentro de ella envolvió la cabeza de su páncreas. Desafortunadamente en ese caso, el cirujano de Las Vegas declinó operar porque el tumor era tan grande.

Pero la mujer de Henderson tuvo suerte, “con la gracia de Dios”, agrega, y atravesó la arriesgada y compleja cirugía de 10 horas conocida como procedimiento de Whipple que le salvó la vida.

El cáncer de páncreas ha aparecido en las noticias con la noticia la semana pasada de que el ex líder mayoritario del Senado, Harry Reid, de 78 años, se había sometido a una cirugía para extirpar un tumor de su páncreas. La declaración familiar no aseguraba si el tumor era canceroso, pero los expertos afirman que el hecho de que los médicos de Reid estén siguiendo la cirugía con quimioterapia, casi con certeza indica que sí fue.

La causa principal de muerte por cáncer

El cáncer de páncreas es la cuarta causa de muerte por cáncer en los Estados Unidos, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.

Incluso con una cirugía y quimioterapia exitosas, la tasa de supervivencia promedio es de entre 26 y 30 meses, señaló el Dr. Charles St. Hill, cirujano de Duda en el Centro Médico Universitario y oncólogo quirúrgico que enseña en la Facultad de Medicina de la UNLV.

“El año pasado, 43 mil personas fueron diagnosticadas con cáncer de páncreas en los Estados Unidos”, indicó St. Hill. “Y hubo 53 mil personas que vivían con cáncer de páncreas ese mismo año; lo que significa que cada año, solo unas pocas personas superan un año”.

St. Hill explicó que el cáncer de páncreas adopta muchas formas y enfatizó que no puede generalizar sobre el caso del senador Reid sin conocer los detalles.

En el caso de Duda, otro golpe de suerte le ayudó a vencer las probabilidades. Su cáncer se presentó de forma diferente a la mayoría: un día, mientras estaba en la iglesia, comenzó a sentir dolor en la parte inferior del abdomen que le recordó la patada de un bebé.

Usualmente, un tumor bloquearía el conducto biliar y causaría ictericia en las últimas etapas, pero no dolor. Pero después de visitar varios médicos y clínicas de atención de urgencia que diagnosticaron erróneamente su caso como diverticulitis, una tomografía axial computarizada (TAC) y una endoscopia mostraron que Duda vivía con un bulto enorme en el páncreas. En otras palabras, esas patadas en el estómago significaron que su cáncer fue diagnosticado mientras todavía estaba en la Etapa 1.

Katie Duda acudió a Internet para investigar las opciones de su madre.

“Soy muy persistente y seguí buscando e investigando, y descubrí que había un procedimiento llamado procedimiento Whipple”, relató.

Petición personal respondida

Llamó a la oficina de St. Hill, pero él estaba fuera de la ciudad. Después de que otro médico local se negó a aceptar el caso de su madre, ella volvió a llamar.

Más búsqueda en Internet descubrió el correo electrónico personal de St. Hill, por lo que Katie Duda formuló una declaración de culpabilidad.

“Me mudé aquí con el plan de que estaba enterrando a mi padre, no a mi madre”, escribió Katie Duda, quien perdió a su padre el año pasado debido a una enfermedad cardíaca. “No fue una respuesta negativa (de St. Hill)”.

Accedió a tomar el caso.

Dejando a un lado el tumor, Duda estaba sana, lo que la convertía en una buena candidata para la cirugía, y el cáncer no se había diseminado tan lejos como para ser inoperable.

Pero el procedimiento de Whipple o la pancreaticoduodenectomía, en términos técnicos, no estuvo exenta de riesgos. Con un 5 por ciento de probabilidades de morir y un 40 por ciento de posibilidades de complicaciones, es una de las cirugías más peligrosas relacionadas con el cáncer, destacó St. Hill.

Eso no detuvo a Duda. Mientras los doctores la llevaban a la sala de operaciones, Duda mencionó que nunca pensó que no podría lograrlo. Ella tiene en mente asistir la primera Comunión Sagrada de una nieta.

“Ahora, tengo metas a largo plazo”, detalló, incluida la Sagrada Comunión de otra nieta en cuatro años.

Finalmente, los médicos le aseguran a Duda, el cáncer probablemente regrese. Si bien los tratamientos han mejorado en los últimos años, todavía no hay cura, comentó St. Hill.

“Así que hace 20 años, el cáncer de colon era así, donde la gente no vivía tanto tiempo después de la cirugía … pero la quimioterapia a lo largo de los años ha mejorado mucho”, agregó St. Hill. “Todavía tenemos un largo camino por recorrer en términos de tratamiento para el cáncer de páncreas”.

Esa perspectiva no asusta a Duda, que está profundamente enraizada en su fe católica. Cada paso positivo en el camino de la vida viene, nuevamente, “con la gracia de Dios”, afirma ella.

“La realidad es que esto debió de haberme matado hace dos años, y no fue así”, dijo. “Me han regalado la vida hasta aquí, y cualquier cosa que obtenga es un regalo”.

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