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La fe en el Cristo Negro

Por tercer año consecutivo, decenas de personas se dieron cita en la iglesia de Santa Ana para la misa que se llevó a cabo el pasado 15 de enero en honor al Milagroso Señor de Esquipulas o Cristo Negro.

En una tradición que data desde hace más de 300 años, creyentes de toda latinoamérica, se reúnen para darle gracias por todos los milagros concedidos al cristo de color. El Cristo Negro de Esquipulas es una imagen de Jesús Crucificado venerada por millones de fieles de Centroamérica que se dan cita en la Basílica de Esquipulas, en la ciudad que conlleva el mismo nombre en Guatemala.

Según la historia, Quiro Cataño, fue el encargado de crear la figura del Cristo. La tradición cuenta que el escultor utilizó madera oscura para esculpir la imagen, para que ésta se pareciese más a la piel de los habitantes de Esquipulas. Sin embargo se cree que los años de exposición al humo de las veladoras y las manos de millones de fieles le proporcionaron su tono oscuro.

Venerar, adorar, agradecer y pedir, es lo que mueve a miles de peregrinos originarios de países latinoamericanos como El Salvador, Honduras, México, Guatemala, entre otros, a darse cita en una celebración que no distingue fronteras.

Angélica, es una devota fiel del Cristo Negro que cruzó la frontera con México y Estados Unidos hace 8 años. Angélica, originaria de Guatemala, se siente agradecida por todo lo que ella considera han sido bendiciones gracias al Señor de Esquipulas.

La jornada de Guatemala a Estados Unidos no es nada fácil. Son muchos los retos que enfrentan miles de inmigrantes cada año, pero sobre todo, los peligros. Por eso, Angélica pidió con fe el poder llegar a salvo a su destino y con sólo 18 años de edad, tomó la decisión de viajar y dejarlo todo atrás, en busca de una vida mejor.

“Yo pedí con mucha fe, y no dejaba de orarle a mi Señor de Esquipulas. Una vez que pudimos cruzar la frontera por el desierto, nos tocó quedarnos en una casa en el estado de Arizona. Estando ahí, pude ver que el coyote que nos cruzó era creyente de la santa muerte, pero en otro cuarto, tenía la imagen de la virgen, la verdad yo me asusté un poco pero él se acercó y me dijo: ‘si tu crees en la virgen o en otro santo, rézale; yo creo en la santa muerte y la venero, pero tu puedes rezar a quien tu quieras’, cuando me dijo eso, aún con más fervor yo le pedí a mi Cristo que nos cuidara a todos los que estábamos ahí”, expresó Angélica.

José Salazar, Director de la Organización Familias Unidas Guatemaltecas, se ha encargado de organizar en nuestra ciudad dicho evento cada 15 de enero, y en entrevista para el periódico El Tiempo, comentó que para él es un honor el poder reunir a no sólo a los connacionales de Guatemala, pero a la comunidad hispana en general.

“Me da muchisimo gusto ver que la respuesta de la gente es aún más grande que la del año pasado, aunque la emoción es un poco agridulce, ya que a pesar de que observé muchísimas caras nuevas, así también noté la ausencia de muchos creyentes que este año no se hicieron presentes”, aseguró Salazar.

María Mancía, agradece al Señor de Esquipulas por el milagro de su hijo Edgar. “Cuando yo estaba embarazada, estuve a punto de perder a mi hijo. Yo le pedí tanto a mi Cristo Negro que me dejara tenerlo y para mí es una gran bendición poder haber vivido el milagro de tener a mi hijo. Sé que con la fe que le pidas, así es como él te cumple”, expresó Mancía, originaria de la ciudad de Esquipulas, Chiquimula en Guatemala.

El próximo año, José Salazar espera poder contar con la presencia de aún más fieles y desde ahora mismo se empieza a planear la próxima ceremonia.

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