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La pausa del gobernador deja a restaurantes luchando por el Día de Acción de Gracias

El tiempo lo es todo, y las nuevas restricciones a restaurantes no pudieron haber llegado en peor momento, afirman algunos empresarios locales que ahora deben ajustar sus reservaciones para la cena de Acción de Gracias.

“La gente está cancelando porque son fiestas de cinco o seis personas que han estado en los libros durante mucho tiempo”, dice la propietaria de Marche Bacchus, Rhonda Wyatt. “No quieren que los dividan en dos mesas, porque ¿cómo vas a dividir una familia? Toda esa gente dijo, ‘¡Olvídalo!’”

En Buddy V’s en The Venetian, Elizabeth Blau dice que dividir las mesas es sólo uno de los temas que está tratando de manejar con 300 reservaciones.

“Vamos a tener que ver si la gente tiene flexibilidad en sus horarios, para tratar de repartir las (reservas)”, dice.

En Henderson, el propietario de Todd’s Unique Dining, Todd Clore, está en el mismo barco.

“Estamos moviendo a quien necesitamos mover y ajustándonos según sea necesario”, explica. “Todas nuestras mesas vacías se han evaporado porque tuvimos que trasladar a la gente”.

Por muy malo que sea el negocio perdido, Blau dice que la naturaleza de último minuto del anuncio lo hace aún peor.

“Pedimos los pavos hace semanas”, explica. “Así que, que el gobernador nos diga el domingo por la noche que estas restricciones entrarán en vigor el lunes (por la noche), sabiendo que hay un día festivo, es completamente irresponsable. ¿Qué se supone que debo hacer con todos estos pavos que sobran? ¿Qué se supone que debo decirle a los vendedores, a nuestros panaderos, a nuestros granjeros? ¿Que ya no necesitamos este producto?”

Wyatt ha tratado de evitar ese desperdicio de comida ofreciéndola en otro formato a los clientes que llaman para cancelar.

“Mientras los tenemos al teléfono estamos ofreciendo la comida para llevar de Acción de Gracias, y bastantes han optado por eso. Estoy tratando de convencer a todos los que llaman”.

Sin embargo, un problema que no puede resolver a través del reenvasado son las fiestas que ha estado perdiendo porque exceden el nuevo límite de 50 personas del gobernador para los eventos.

“Casi todos los grupos para Navidad que habían reservado llamaron (el lunes) para cancelar”, dice Wyatt.

“Ya estábamos en una situación financiera terrible, y estas tres semanas nos llevan prácticamente a través de las fiestas”, dice Blau sobre la “pausa estatal” de Sisolak. “El gobernador está exigiendo reservaciones, está requiriendo mesas de cuatro, está requiriendo un 25 por ciento de ocupación, y ahora debes usar un tapabocas, incluso durante una comida. Es como, ¿quieres que nos cubramos los ojos también?”

En algunos aspectos, la situación actual es peor que el cierre original, cuando había al menos la posibilidad de alivio de la renta o alguna ayuda del gobierno, indica Wyatt.

“Con una capacidad del 25 por ciento y sin ayuda, honestamente no sé por cuánto tiempo eso es sostenible. ¿Dónde está la ayuda? Todos estamos sufriendo”.

Blau está de acuerdo.

“No entendemos porqué nuestra industria fue excluida, sin ningún tipo de plan para ayudarnos. Es enloquecedor. Somos como peones en este juego”.

Las Vegas Review-Journal / El Tiempo es propiedad de la familia del presidente y CEO de Las Vegas Sands Corp., Sheldon Adelson.

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