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Las regulaciones de la industria de los juegos sofocan su innovación, afirman algunos

Kent Young comenzó Spin Games en 2013, desde entonces, la compañía de juegos digitales con sede en Reno se ha expandido a Nueva Jersey, Pensilvania, Canadá, Reino Unido y Europa, y continúa entrando en nuevos mercados.

El crecimiento ha costado, Spin Games y sus ejecutivos deben obtener una licencia de juego en cada nueva jurisdicción, un proceso que cuesta cientos de miles de dólares a lo largo del tiempo. Otras compañías han pagado más de un millón para obtener licencias.

Algunos ejecutivos dicen que las regulaciones y los procedimientos de licencia obsoletos están sofocando nuevas empresas que podrían aportar la innovación que tanto necesita una industria estancada.

“No es una industria a la cual sea fácil entrar y comenzar a ganar dinero”, advirtió Young, quien anteriormente ocupó cargos ejecutivos en Aristocrat Technologies y Aruze Gaming. “El lado empresarial no es tan frecuente como otras industrias debido a nuestro entorno regulatorio”.

“Un gran desafío”

John Acres, fundador de la compañía de tecnología de juegos Acres 4.0 con sede en Las Vegas, informó que opera en aproximadamente 20 mercados diferentes, lo que significa que tuvo que completar formularios, pagar tarifas y someterse a investigaciones para obtener licencias de juegos 20 veces.

Es un proceso largo, destacó, con algunas investigaciones que demoran más de un año en completarse.

“Las licencias son un gran desafío”, anunció Acres. “No proporcionamos un mercado bueno y atractivo para jóvenes brillantes”.

El proceso requiere que los solicitantes presenten información personal y financiera detallada, seguida de una verificación de antecedentes y una entrevista en persona. Las empresas pueden pasar horas completando formularios para el proceso. Young indica que algunos pueden tardar meses en completarse si la información necesita ser rastreada, esos obstáculos podrían frenar la innovación de la industria, recalcó.

“Es justo decir que el lado empresarial no es tan frecuente como otras industrias debido al entorno regulatorio”, agregó Young. “En términos generales, la industria es conservadora en lo que respecta a la innovación”.

Barth Aaron, fundador de la compañía de software de aplicación de licencias Innovum Technologies, argumentó que la falta de innovación impide que la industria del juego y sus clientes crezcan.

“Si observas quiénes están en las salas de juegos hoy, no ves a muchos millennials”, mencionó Aaron. “Las personas mayores están comenzando a desaparecer y no hay un cliente por ahí que los reemplace. Debe haber innovación, es necesario que haya cosas en los casinos que atraigan a los millennials”.

Un estudio de 2012 de la Oregon State University encontró que el perfil más común de un jugador de máquinas tragamonedas eran mujeres y de entre 55 y 60 años. El año pasado, la edad promedio de los visitantes de Las Vegas fue de 45 años, según la Autoridad de Convenciones y Visitantes de Las Vegas (LVCVA, por su sigla en inglés).

Financiamiento de capital de riesgo

Cuando Young comenzó a buscar fondos de capitalistas de riesgo, comentó que era afortunado de conocer a personas dentro de la industria del juego que estaban dispuestas a invertir.

Otras startups no tienen tanta suerte.

Los fondos de capital de riesgo son el alma de muchas startups. Los inversores suelen proporcionar esta financiación en las primeras etapas del ciclo de vida de una empresa, cuando solo puede haber una idea o un prototipo, estos fondos suelen tener una participación significativa en el inicio.

Pero Acres añadió que algunos fondos de capital de riesgo obstaculizan el dar dinero a los empresarios de juegos. Estas nuevas empresas gastan una gran parte de los fondos en aplicaciones y exhaustivas verificaciones de antecedentes, dinero que podría gastarse en contratar talentos y desarrollar productos.

“El tema de las licencias ahuyenta a muchos inversores”, agregó. “La falta de crecimiento en el mercado ahuyenta al resto”.

Eso está creando un círculo vicioso de inversión, según Blaine Graboyes, fundador de GameCo, el primer fabricante estadounidense de máquinas de juego de videojuegos.

“Hay una falta absoluta de capital en la etapa inicial en la industria. Por lo tanto, hay una falta de innovación. Por lo tanto, hay una falta de crecimiento. Por lo tanto, hay una falta de capital en la etapa inicial”, expuso.

Las regulaciones de licencia varían de estado a estado. En Nevada, cualquier persona con una participación de más del cinco por ciento en una empresa privada de juegos debe contar con una licencia. Los inversores pasivos que poseen un cinco por ciento o menos pueden registrarse en la Junta de Control de Juegos de Nevada en lugar de obtener una licencia.

Para las empresas públicas, los accionistas con más del 10 por ciento deben pasar por un proceso de investigación. Los inversores institucionales calificados pasivos que poseen un 25 por ciento o menos pueden solicitar una exención.

El proceso de licencia puede ser desalentador para los capitalistas de riesgo, especialmente cuando compañías como GameCo apuntan a colocar sus máquinas en docenas, si no cientas, de jurisdicciones.

“A veces (los capitalistas de riesgo) no quieren obtener una licencia porque es muy costoso y requiere mucho tiempo”, relató Graboyes. “Hay muchos otros lugares donde pueden invertir que no ocupan una licencia”.

Graboyes y Acres apuntan que no conocen ningún fondo de capital de riesgo dirigido a la industria de juegos, pero Leith Martin, director ejecutivo del Centro Troesh de Emprendimiento e Innovación de la UNLV, reveló que muchos fondos encuentran una industria de nicho en la cual invertir, incluidos los juegos.

“Si bien puede ser cierto que a muchas compañías de capital de riesgo no les gusta invertir en juegos, la realidad es que también hay empresas de capital de riesgo que realmente les gusta invertir en ellos”, enfatizó.

Barreras difíciles

La presidenta de la Junta de Control, Sandra Morgan, citó que la industria del juego puede tener regulaciones más estrictas que otras industrias, pero eso se debe a que la industria tiene estándares diferentes. Los estatutos de Nevada requieren “regulaciones estrictas” en la industria del juego para infundir confianza pública.

“No es una licencia comercial normal, es una privilegiada”, confesó Morgan. “El estigma histórico contra los juegos ha exigido regulaciones estrictas, por lo que no hay personas que puedan aprovecharse de un cliente”.

Morgan admitió que no ve las regulaciones sofocando la innovación, señaló los avances en las máquinas tragamonedas en los últimos años, como el movimiento en pagos de entradas y salidas, y los avances en los juegos móviles y de internet.

“Creo que la industria del juego es un buen ejemplo de un nivel constante de innovación”, opinó. Pero “tenemos que asegurarnos de que si alguien está jugando un juego de casino, hay protecciones vigentes. Es diferente a (presentar productos como) la aplicación Candy Crush en tu iPhone. Hay dinero real involucrado, debes tener 21 años o más para jugar”.

Young puntualizó que las restricciones de licencia pueden ser un beneficio en algunos aspectos, como mantener a raya la competencia.

“No es como abrir una cafetería donde cualquiera puede ir y hacerlo, e sto es algo que requiere capital y conocimientos para obtener una licencia, no es algo que cualquiera pueda hacer fácilmente”, replicó Young. “Existen barreras difíciles de entrada, pero es una buena industria una vez que ingresas”.

A.G.Burnett, quien presidió la Gaming Control Board de 2012 a 2017, subrayó que nunca había visto y nunca se había desanimado por la falta de inversión en la industria del juego.

Aún así, detalló que las regulaciones de la industria del juego podrían ser un poco impactantes para los inversores y las nuevas empresas que están acostumbradas a trabajar en otras industrias, como la tecnología.

“Están acostumbrados a un enfoque que funcione en Silicon Valley o en otro lugar”, contrastó Burnett, ahora socio de la firma de abogados McDonald Carano. “El juego es la industria más regulada del mundo y las empresas de tecnología en general, especialmente las nuevas, simplemente no lo están”.

Bill Lerner, un banquero de inversiones y cofundador de Union Gaming, acordó que las licencias son una barrera para recaudar dinero, pero mencionó que eso no impide que los empresarios que creen que tienen un modelo de negocio lucrativo lo intenten.

Y Marcus Prater, director ejecutivo de la Asociación de Fabricantes de Equipos de Juego (AGEM, por su sigla en inglés), indicó que está viendo un “flujo constante” de nuevas empresas que ayudan a innovar en la industria. Señaló que la membresía de AGEM ha crecido de 32 compañías en 2008 a más de 170 en la actualidad.

Directrices “importantes pero estrictas”

Los cambios regulatorios en los últimos años han ayudado a que nuevas innovaciones ingresen al mercado.

Por ejemplo, los reguladores de Nevada adoptaron enmiendas en 2016 que permitieron a las empresas colocar juegos en los casinos de Nevada en modo beta durante meses a la vez. Gamblit Gaming, un fabricante de juegos basado en habilidades, utilizó la ley beta para probar dos de sus productos en las propiedades del Strip en 2017 y 2018.

Sin embargo, hasta que se realicen más cambios, algunas nuevas empresas dicen que deben desplegar sus productos estratégicamente para evitar gastar dinero en cumplir con las regulaciones y las tarifas de licencias, según Adam Fritz, director de operaciones del fabricante de juegos de póquer electrónico con sede en Canadá, Jackpot Digital.

“Las pautas son importantes pero estrictas, y eso hace que sea muy difícil innovar, e innovar en una línea de tiempo en la que pueda tener un modelo de negocio que sea viable”, concluyó. “Crea obstáculos importantes para una empresa de nuestro tamaño”.

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