63°F
weather icon Clear

Los cazadores de vacunas se vuelven creativos para vacunarse

Angie McMeins se dirigió al Heritage Park Senior Facility de Henderson a las 7 a.m., con la esperanza de recibir su primera dosis de la vacuna contra COVID-19, aunque todavía no cumplía los requisitos para recibirla. Un trabajador le entregó un boleto con el número “19” y le pidió que volviera a la 1:40 p.m.

Cuando lo hizo, el personal empezó a llamar a los números y a admitir a cualquier persona de la lista (fuera o no miembro de los grupos con derecho a recibir la vacuna) para que se vacunara.

“Empezaron a dejarnos entrar a los 10 minutos de llegar”, mencionó. “Fue increíble”.

Con la demanda de vacunas de nuevo fuerte debido a la reciente ampliación de la elegibilidad para incluir a los trabajadores de la hostelería y los servicios de alimentación, así como a los nevadenses de 55 años o más con condiciones de salud subyacentes, los nevadenses del sur, ávidos de vacunas pero no elegibles, están siendo una vez más creativos para conseguir sus vacunas.

McMeins, de 50 años, consiguió la suya tras enterarse de la oportunidad en un grupo de Facebook llamado “Las Vegas Vaccine Hunters”. El grupo se creó el 1º de febrero y hasta el miércoles contaba con más de dos mil 400 miembros. Además de publicar sobre las posibles oportunidades para vacunarse, los miembros también intercambian información sobre las vacunas, los posibles efectos secundarios y otros temas relacionados.

Persiguiendo las “dosis de desecho”

La mayor parte de los debates giran en torno a las “dosis de desecho”, que el grupo describe como “vacunas que están a punto de caducar o de ser desechadas”, pero los miembros también comparten consejos sobre otras formas de vacunarse sin tener que pedir cita.

Los miembros publican información sobre los lugares en los que han tenido éxito, y otros publican preguntas o información adicional. Los mensajes dirigen a la gente a una amplia gama de sitios y clínicas, incluyendo lugares de Walmart o CVS.

También se habla mucho de la clínica de vacunación masiva en Cashman Center, donde un reportero del Review-Journal presenció el martes el proceso de eliminación de las dosis no utilizadas al final del día.

La gente empezó a llegar temprano, algunos a las 6 a.m. o antes. Alrededor de las 7:30 a.m., sus nombres fueron puestos en una lista, y se les notificó que regresaran por la tarde, después de lo cual se dispersaron. La pequeña multitud comenzó a reagruparse alrededor de las 3:15 p.m. para esperar a que todos los que tenían una cita se vacunaran.

Después, el sargento de la Guardia Nacional de Nevada, John Huss, les reveló cuántas dosis no utilizadas quedaban en los envases abiertos y comenzó a llamar a los nombres de la lista. Normalmente, se da prioridad a las personas mayores, pero casi todos los que están en la lista no pueden pedir cita.

El martes, solo quedaban ocho dosis al final del día. La mayoría de los mayores de 45 años acabaron con las manos vacías, pero algunos dijeron que pensaban seguir viniendo cada día hasta que el proceso diera frutos.

Se confirma la existencia de una lista de espera

El Distrito de Salud del Sur de Nevada ha confirmado que no había listas de espera que permitieran a los nevadenses que no cumplían los requisitos obtener la vacuna en Cashman.

Pero la portavoz Jennifer Sizemore reconoció el miércoles que esa práctica sí se da.

“Si hay dosis sobrantes al final del día, suele ser una cantidad pequeña”, escribió por correo electrónico. “Si hay personas esperando que no tienen cita se les da prioridad por edad. Si, después de asegurarnos de que todos los que reúnen los requisitos y los que están en las categorías de edad más altas la han recibido, todavía hay vacunas que deben utilizarse, se ofrecerá a todos los que puedan estar esperando para garantizar que no se desperdicien las dosis”.

Greg Cassell, comandante del equipo de gestión de incidentes del distrito de salud, declaró en una sesión informativa el miércoles que el distrito de salud no tiene un “proceso formal” para el desperdicio de dosis y deja tales decisiones a los operadores del sitio.

“Vamos a dejar su modo operativo en manos de ellos”, comentó. “Si eso es lo que deciden hacer, está bien”.

Huss dijo que él diseñó el sistema establecido en Cashman y señaló que la Guardia Nacional se encarga de las operaciones en la zona de espera y el estacionamiento.

“Como si hubiéramos sacado la lotería”

Katie Stein, de 37 años, y su marido, Jordan, de la misma edad, llevaban un tiempo buscando lugares donde vacunarse. A través del grupo de Facebook, se enteró de que Cashman estaba bastante ocupado, así que buscó otras opciones. Varios miembros habían publicado y dicho que habían tenido éxito en las sucursales de Walmart, así que añadió su nombre a la lista de una farmacia cercana y le dijeron que esperara una llamada.

Ese mismo día, sonó su teléfono y un trabajador de la farmacia Walmart le preguntó si podía estar allí en 20 minutos. Tanto ella como su marido aceptaron y pudieron vacunarse.

“Nos sentimos como si hubiéramos sacado la lotería o algo así”, expresó.

Cynthia Hemmer fue a Cashman con su marido, pero llegaron alrededor de las ocho de la mañana y les notificaron que la lista estaba llena. Volvieron por la tarde, pero nada había cambiado. Al día siguiente, se presentaron a las 7 a.m., se registraron en la lista y recibieron su primera dosis esa misma tarde. Fue un momento emotivo para Hemmer, de 40 años.

“Lloré por ver a mi marido vacunarse”, confesó. “Estaba moqueando, y el chico de la mesa me dijo: ‘¿Está enferma ahorita? Y yo le respondí: ‘Oh no, solo estoy llorando’”.

LO ÚLTIMO