Los niños son resistentes al coronavirus, pero los científicos no saben por qué
En medio de los crecientes temores que rodean al nuevo coronavirus, un elemento de buenas noticias: los niños, en su mayoría, no se están enfermando. Y aquellos que lo hacen, típicamente experimentan síntomas más leves.
Los menores de 18 años han constituido apenas el 2.4 por ciento de los casos de COVID-19 en todo el mundo, según un informe publicado a fines de febrero por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y un grupo de expertos internacionales del virus. De los niños que se enfermaron, una pequeña fracción, el 0.2 por ciento, se enfermó gravemente.
Los científicos no saben por qué es esto, aunque tienen teorías.
“Los niños no se enferman por esto, a menos que tengan una enfermedad subyacente”, señaló la doctora Amy Stone, inmunóloga y profesora asistente de la Universidad de Touro en Nevada, en Henderson.
“Uno de los pensamientos apunta a cómo el virus entra a nuestras células y a nuestros pulmones a medida que envejecemos”, explicó, y señaló que es posible que los niños no tengan receptores que permitan que el virus se desarrolle.
O los niños pueden tener un nivel de protección inmunológica contra el nuevo coronavirus debido a las recientes exposiciones a otros tipos de la familia del virus que producen los síntomas del resfriado.
Es posible que “desarrollen anticuerpos de otros virus, que sus cuerpos ya estén en un estado inmunológico elevado”, indicó la doctora Evelyn Montalvo Stanton, jefa de pediatría de la Facultad de Medicina de la UNLV.
Aunque es posible que los niños asintomáticos puedan transmitir la enfermedad, el informe de la OMS no identificó casos en los que la transmisión se haya producido de un niño a un adulto. Las autoridades de salud pública dicen que la evidencia hasta ahora es que el virus se propaga principalmente a través de gotas de la tos o el estornudo.
Adultos mayores en riesgo
Según el informe de la OMS, “las personas con mayor riesgo de enfermedades graves y muerte incluyen a las personas de más de 60 años y a las que padecen afecciones subyacentes como hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias crónicas y cáncer”.
Los Centros Chinos para el Control y la Prevención de Enfermedades comunicaron que hasta el 11 de febrero, el 87 por ciento de los casos confirmados en China, donde surgió el virus, eran en personas de 30 a 79 años. Los mayores índices de mortalidad se registraron en personas mayores de 80 años, con un estimado de 22 por ciento.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. (CDC, por su sigla en inglés), “informes limitados de niños con COVID-19 en China han descrito síntomas parecidos a los del resfriado, como fiebre, secreción nasal y tos”.
Los CDC de Estados Unidos aconsejan a los niños y a los miembros de sus familias que “tomen las medidas preventivas habituales para evitar la propagación de las infecciones respiratorias, como cubrirse la boca al toser con el antebrazo, lavarse las manos a menudo con agua y jabón o con un desinfectante para manos a base de alcohol y mantenerse al día con las vacunas, incluida la de la gripe”.
En cuanto a la gripe, no está perdonando a los niños; los índices de hospitalización en EE.UU. entre los niños menores de cuatro años es el más alto registrado en este momento de la temporada, según los CDC. Han habido 136 muertes de niños a causa de la gripe en todo el país, incluyendo una en el Condado Clark.
El índice general de hospitalización por la gripe en esta temporada es de 58 por cada 100 mil habitantes. La tasa es más alta en personas de 65 años o más, con 147.5 por cada 100 mil. El segundo grupo más alto es el de los niños menores de cinco años, con 85 por cada 100 mil.
Los CDC estiman que en lo que va de la temporada, ha habido al menos 34 millones de enfermedades de gripe, 350 mil hospitalizaciones y 20 mil muertes por gripe.
Ha habido más de 800 casos de COVID-19 en EE.UU., incluyendo cuatro en Nevada, y al menos 28 muertes en todo el país.
