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Los pequeños negocios de Las Vegas se quedan cortos de dinero y personal

La fundadora de Salt Room Las Vegas, Ava Mucikyan, afirma que puede manejar el cierre temporal de su negocio de spa, al menos por ahora.

“Pasé cerca de 24 horas estresada por eso”, confesó. “Lo voy tomando día a día. Voy a disfrutar de mi tiempo de tranquilidad, porque claramente cuando pienso en el negocio, sé que nada cambiará”.

Mucikyan y muchos otros propietarios de negocios antes prósperos del sur de Nevada, se sienten impotentes ante el brote de coronavirus que los ha puesto en riesgo de ruina financiera.

El gobernador Steve Sisolak ordenó el viernes que los negocios no esenciales como el Salt Room cerraran por 30 días en un esfuerzo por frenar la propagación del virus.

Muchas pequeñas empresas carecen de reservas de efectivo y el crédito típicamente disponibles para las empresas más grandes, haciéndolas más vulnerables a reveses inesperados como la pandemia de COVID-19. Algunos probablemente no sobrevivirán.

Se estima que entre 170 mil y 200 mil pequeñas empresas cerraron durante la Gran Recesión.

Randi Thompson, director del estado de Nevada para la Federación Nacional de Empresas Independientes, indicó que entiende las intenciones de Sisolak, pero un cierre de 30 días será devastador para las pequeñas empresas.

“Ya he recibido varios mensajes de texto y correos electrónicos de algunos de nuestros miembros diciendo que está matando a nuestra industria, que está lanzando a Nevada a una recesión y que está desempleando a miles de nevadenses”, enfatizó.

Un informe de la Administración de Pequeñas Empresas de Estados Unidos (SBA, por su sigla en inglés) encontró que había 270 mil 79 pequeñas empresas en Nevada con un total de 487 mil 407 empleados en 2018. En Estados Unidos, había casi 31 millones de pequeñas empresas, desde florerías y salones de uñas hasta pequeñas fábricas.

Mano amiga

Mary Beth Sewald, presidenta y directora general de la Cámara Metropolitana de Comercio de las Vegas, enunció que cuando la semana pasada se realizó una conferencia telefónica con la SBA sobre un nuevo préstamo para catástrofes, unas 650 empresas se unieron a la llamada.

“Fue la mayor llamada que hemos hecho nunca”, dijo. “Cuando se piensa en algunos de los desafíos para las empresas, cuyo sustento depende de sus trabajos y demás, habrá algunas dificultades. Es una época de miedo”.

La semana pasada, la SBA anunció un programa de préstamos de bajo interés para casos de desastre por daños económicos, que proporciona hasta dos millones de dólares para pequeñas empresas y organizaciones sin fines de lucro afectadas financieramente por el coronavirus.

Mucikyan compartió que está llenando una solicitud.

La dueña de Wicked Creative, Stephanie Wilson, dijo que ya había solicitado.

La firma de relaciones públicas de Wilson se enfoca principalmente en el sector de turismo y restaurantes, y comentó que sus clientes están batallando.

“Para cuando todo esté dicho y hecho, voy a pasar de 17 a cinco empleados”, argumentó. Ella y los empleados que contrató sufrieron un recorte salarial.

Wilson dijo que ya ha recortado agresivamente los gastos operativos. Incluso se puso en contacto con los propietarios de las oficinas de la empresa en Las Vegas y San Diego para que le dieran el mayor número de empleados posible.

“Una onda expansiva”

Brian Chapin, fundador y director ejecutivo de la compañía de eventos Production Theory, también tuvo que hacer recortes después de posponer el Gran Festival de la Cerveza de Las Vegas de abril al verano.

“El primer movimiento que tuvimos que hacer fue dejar ir a la gente, así que eso fue difícil”, comentó Chapin. “Y (después) les tuvimos que notificar a múltiples constituyentes: nuestro equipo, nuestros patrocinadores, nuestros vendedores, nuestros invitados, el municipio, todos nuestros vendedores que contratamos para hacer este evento. Es una gran onda expansiva. Piensas en ello por un minuto y piensas, ‘Wow, todo el mundo está pasando por esto’”.

Los propietarios de negocios no suelen tener el lujo de construir fondos para los periodos de crisis, ya que el flujo de efectivo se canaliza hacia la nómina y otros costos, como las renovaciones y ampliaciones.

Wilson y Mucikyan señalaron que los ingresos eran tan saludables que se sentían confiados para invertir en sus negocios en el último año.

Para Mucikyan, eso significaba gastar más en marketing y contratar una nueva compañía para ayudar a enviar promociones móviles.

“Trabajé muy duro para hacerla prosperar de nuevo, y aquí estamos un año y tres meses después”, concluyó. “Y nos iba tan bien..”

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