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Más de 20 años en prisión

El Tiempo presenta en exclusiva la historia de Marco Sánchez, un inmigrante originario de México que a temprana edad llegó a Estados Unidos en compañía de su madre y hermanos para buscar una mejor calidad de vida. Sin embargo, el destino le tendría preparadas algunas duras pruebas, primero evitar las malas influencias y posteriormente aprender a vivir en prisión por un delito que asegura no cometió.

En entrevista vía telefónica desde la prisión de Carson City, Nevada, Marco narró que fue arrestado en Las Vegas en agosto de 1997 por estar abordo de un vehículo con el cual previamente se había cometido un delito. Esta situación cambió su vida por completo, ya que ha estado por más de 20 años tras las rejas.

“En ese tiempo tenía 22 años de edad, fue por accidente. Estaba saliendo con unos amigos, por algún motivo llegaron en un carro nuevo, yo me subí y fuimos de ‘parranda’. Yo no sabía que habían cometido un crimen en ese carro. Nos persiguió la policía y después de que nos arrestaron me dieron cargos de secuestro y robo a mano armada, robo en domicilio y en carro. Me dieron cinco sentencias sumando desde 19 a 69 años de prisión”, describió Sánchez.

De acuerdo con la información brindada por el entrevistado, cuando él fue arrestado se encontraba en compañía de otro sujeto que presuntamente sí era culpable de dichos cargos, no obstante logró recuperar su libertad hace aproximadamente ocho años. Marco considera que el testimonio de la víctima fue lo que le impidió comprobar su inocencia.

“No estaba con ellos (durante el crimen), yo me subí después de que pasó todo. Fuimos a juicio y dejaron que la víctima cambiara su testimonio. El señor dijo que no podía identificar a nadie porque todos tenían máscaras puestas (al momento del crimen).

El juez mandó el caso a una corte más alta, cuando fui a juicio, él (la víctima) ya había cambiado su testimonio, dijo que era yo, que tenía parecido y el peso similar, de una corte a otra cambió todo su testimonio”, aseguró Sánchez, quien actualmente tiene 44 años de edad.

Durante el tiempo recluido, Marco logró estudiar para convertirse en dentista, además de dedicar parte de su tiempo a la escritura. Desde hace algunos años el entrevistado conoció a Amy, una mujer radicada en Reno con quien sostiene una relación sentimental, y ha sido un apoyo fundamental tratar de abandonar la prisión.

“Lo he vivido lo más positivo que puedo, he aprendido, estudié para ser técnico dentista. Me ha ayudado mucho a aprender a entender a la gente, aquí hay mucho racismo, hay mucha discriminación aquí dentro, especialmente con los hispanos”, mencionó Sánchez.

Se tenía previsto que Marco recuperara su libertad condicional el pasado 1 de marzo, sin embargo la fecha fue prolongada para este 7 de marzo. “Me escuchó Dios”, dijo el mexicano a El Tiempo.

La situación migratoria de Marco al momento de su detención era de residente permanente, por lo que se espera que a partir de ahora el caso sea tomado por el Departamento de Inmigración, aunque mantiene la esperanza de permanecer en Estados Unidos al lado de su familia.

“No había evidencia contra mí, estaba en el carro equivocado, fue la única evidencia que había, pero no tenía respaldo de nadie para pelear mi caso. Cuando ya se llega a prisión son casos olvidados, pero esta gente necesita ayuda, especialmente quienes son inocentes. En realidad ya son muchos años, hay mucha gente que pasa por esto, se necesita respaldo y a alguien que pueda hacer algo por nuestras familias”, agregó Sánchez.

Aflicción familiar

El arresto de una persona no solo afecta emocionalmente a una familia, también repercute significativamente en el aspecto económico, así lo expreso el medio hermano de Marco, Jaime Estrada, quien tuvo que invertir parte de sus ingresos en tratar de ayudar a su familiar.

“Marco era un chico tranquilo, pero lo afectaron las malas amistades en El Paso (Texas), vivíamos en barrios donde fácil te puedes involucrar con gente no deseable. Yo tenía tres negocios de alimentos, aparte trabajaba en un bar, me la pasaba trabajando. La abogada me cobró $3,000 dólares para la defensa que no ayudó en nada, después nos quería cobrar otros $8,000 y le dijimos que no”, informó Estrada.

Jaime añadió que en total tuvo la posibilidad de aportar alrededor de $8,000 dólares en el caso de Marco, pero esto no fue suficiente, ya que su hermano mayor ha tenido que gastar una importante cifra de dinero sin saber si esto será la solución que ellos han esperado por más de 20 años.

“Mi hermano Jesús gastó otros $11,000 dólares en otro abogado, creo que le regresaron un porcentaje de ese dinero. Siempre tratamos de ayudarlo. Fue algo muy triste que le dieran tanto tiempo de condena… Han sido como $40,000, ya que mi hermano mayor, siempre le ha estado ayudando todo este tiempo”, confesó Estrada.

Apoyo desde la Legislatura

Marco Sánchez dijo que en repetidas ocasiones buscó ayuda de distintas instituciones sin obtener respuesta favorable, fue entonces cuando le recomendaron exponer su caso ante Ciria Sosa, una trabajadora de la Legislatura de Nevada que refirió su caso al entonces asambleísta por el Distrito 6, Harvey Munford.

“Muchas veces la comunidad hispana no sabe del servicio que brinda la Legislatura de Nevada a todas las personas que viven en los diversos distritos. Claro, todos argumentan que fueron inocentes, pero no a todos se les da seguimiento, este caso en particular, lo tomó el señor Munford, siempre ha dado seguimiento a todos los casos que llegan a su distrito”, comentó Sosa y exhortó a la población a tomar en cuenta estos servicios, ya que considera que, “los legisladores están para responder a sus necesidades, acérquense a los legisladores y exíjanles”.

Munford formó parte del Comité de Justicia de la Legislatura de Nevada, donde se enfocó en los derechos de los prisioneros y casos específicos como el de Sánchez, el cual tomó en el 2013.

“Por tener más familiaridad con el sistema judicial, me empecé a involucrar con los prisioneros y dar asistencia en muchas áreas de las que me pedían información o apelar a favor de un prisionero, ese fue mi enfoque como legislador”, sentenció Munford.

El Tiempo confirmó que la versión del caso declarada por Sánchez y la información del ex-asambleísta coincidiera. Incluso Munford aseguró que anteriormente ya había solicitado una revisión al caso de este inmigrante mexicano, la cual le fue negada.

“Intervine porque supe cómo estaba el caso de Marco y quise hacerles saber que no había cargos justificables, él estaba injustamente en prisión”, acotó el ex-asambleísta.

Al preguntarle el motivo por el cuál considera que Sánchez ha pasado tanto tiempo en la cárcel, Munford respondió que, “considero que es una problemática social el hecho de que la mayoría de los prisioneros son minorías, gente de color, tanto hispanos como afroamericanos, los guardias de seguridad y la mayoría del personal son gente blanca. Me baso para decir que es una problemática de cuestión racial”.

De acuerdo con Munford, aproximadamente más del 65% de la población de las prisiones son gente de color, 40% afroamericanos y casi 30% hispanos.

“Conocí al juez en jefe de la Corte Suprema (Nevada), James Hardesty, una vez me dijo: ‘cuando te involucres con problemáticas de prisioneros, no creas todo lo que te dicen, tienes que verlos a los ojos para poder definir cuál es su personalidad, calidad humana y analizar la perspectiva’”, concretó Harvey Munford.

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