Moratoria y desalojos, un dilema de justicia social

La crisis ocasionada por la pandemia que generó el coronavirus (COVID-19) ha puesto en evidencia el lado oscuro de mucha gente que, sin remordimientos, se aprovecha de la buena voluntad de muchos y de los programas que el gobierno ofrece a personas de bajos recursos económicos.

“Como muchos de los lectores de El Tiempo, soy una inmigrante que se siente orgullosa de mi nueva patria y de todas las oportunidades que ésta me ha brindado. Por eso, me duele ver como muchos de los programas de ayuda son mal usados por gente inescrupulosa, que han estudiado y dominado el manejo de estos recursos para beneficio propio. Es indudable que hay mucha necesidad, pero estos programas de ayuda no pueden ser permanentes o tan duraderos porque, de lo contrario, se convierten en fábricas de personas aprovechadoras que abusan del sistema”, comentó Rocío Vivanco, una inversionista afectada por las lagunas legales que tienen los contratos de arrendamiento.

Al respecto, la protección sobre los desalojos y ejecuciones hipotecarias residenciales que Nevada promulgó el 29 de marzo, en medio de la pérdida récord de empleos por despidos relacionados con COVID-19, se suspenderá por fases durante el verano, señaló el jueves 25 de junio el gobernador Steve Sisolak. La moratoria originalmente debía expirar el 30 de junio.

Sin embargo, las nuevas reglas para los inquilinos comerciales e hipotecas son menos indulgentes: los propietarios y los prestamistas hipotecarios pueden reanudar el cobro de tarifas atrasadas, iniciar bloqueos o iniciar acciones de desalojo por falta de pago del alquiler o procedimientos de ejecución hipotecaria a partir del 1 de julio.

La última directiva de emergencia del gobernador permite que los desalojos y ejecuciones hipotecarias residenciales se reanuden en su totalidad el 1 de septiembre por falta de pago de alquileres y desalojos sin causa. Los cargos por mora o multas por falta de pago de la renta o los pagos de la hipoteca no se pueden cobrar retroactivamente según la directiva.

“Junto a mi madre, hemos trabajado muy duro desde que inmigramos adquiriendo poco a poco, y con mucho esfuerzo, algunas propiedades de renta y hemos visto a mucha gente tomando ventaja del sistema. No obstante, todo ha sido manejable especialmente en Nevada gracias a sus políticas de desalojamiento rápido”, externó Vivanco agregando “desde que la pandemia empezó, todas estas políticas han sido detenidas, pero sin ningún plan establecido para evitar el abuso de estos programas. Muchos ya recibieron sus paquetes de estímulo, así como su aprobación de desempleo. Sin embargo, dueños de pequeñas empresas como la mía tenemos hipotecas o prestamos, estamos a merced de inquilino, a que tenga la compasión de cumplir con sus pagos.”

En efecto, los bancos están ofreciendo extensiones de pago. Sin embargo, estos pagos no desaparecen como algunas personas inescrupulosas lo están haciendo, quienes después de vivir varios meses sin pagar el alquiler, están moviéndose a otras propiedades para repetir la misma estrategia, dejando al dueño de la casa sin ninguna opción a reclamo, debido a las leyes actuales de no alojamiento o plan de pago en refuerzo, opinó.

“Hay veces que el sistema nos ata de las manos (a los arrendadores), el pequeño patrimonio que hemos edificado ha sido con mucho esfuerzo y sacrificios; nos ha tocado desde hacer limpieza hasta detallar las propiedades para que dignamente las habiten nuestros inquilinos. Y la verdad, es lamentable ver cómo toman ventaja de la situación”, aseveró explicando que “me gustaría compartir con los lectores de El Tiempo esta situación para extender un mensaje solidario para promover un buen comportamiento moral. Las malas acciones, a veces, ocasionan que al victimizarse perdamos de vista que, en esta gran nación, se pueden lograr muchas cosas. Hay que adaptarnos a esta cultura para progresar”.

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