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Mujer asesinada afuera de su casa de Las Vegas era una esposa dedicada y voluntaria

La mujer asesinada a balazos frente a su casa en el valle noroeste el miércoles, amaba a su esposo, sus perros y a los que la gente no quería.

Cuando Sheri Aoyagi, de 60 años, no trabajaba como auxiliar de vuelos, cuidaba a su esposo enfermo y a los muchos caninos en su vida, informó su hermana Karen Hasting en una conversación telefónica el jueves por la noche.

“Era puro trabajo y hogar”, comentó Hasting, quien vive en Cincinnati.

Aoyagi fue asesinada a tiros por uno de los dos hombres que robaron su casa en la cuadra 6400 de la Avenida Morley, cerca de Torrey Pines Drive y Smoke Ranch Road. Y ahora que se fue, no está claro quién dedicará el tiempo que le dedicaba a su esposo Stan de una relación de casi 20 años.

La pareja había regresado del almorzar alrededor de las 3:30 p.m. cuando vieron un vehículo estacionado en el camino de su entrada, reportó el Departamento de la Policía Metropolitana. Mientras salía de su automóvil, dos hombres que habían saqueado su casa salieron. Uno de ellos abrió fuego contra ella, matando a Aoyagi.

“Ella era una persona muy cariñosa y dulce que no se merecía esto en absoluto”, señaló Hasting.

El esposo le dijo a Hasting el jueves que Aoyagi se cayó a sus pies.

“Tuvo que verlos ponerla en una bolsa para cadáveres”, detalló.

Otro empleo

Aoyagi viajó por el mundo como azafata durante aproximadamente 20 años, relató su hermana. Su empleador, United Airlines, emitió una declaración sobre su muerte.

“Toda la familia United está profundamente triste por el fallecimiento de la azafata Sheri Aoyagi, y nuestros pensamientos están con sus seres queridos”, anunció la portavoz, Maddie King en el comunicado.

Aoyagi disfrutaba de los viajes, pero como su esposo necesitaba más cuidados para una enfermedad degenerativa, programaba vuelos más cortos para tener más tiempo para pasar con él, reveló Hasting.

“Era su otro trabajo”, agregó.

La pareja se mudó a Las Vegas hace más de una década. Se conocieron mientras vivían en Chicago y se casaron en 1999. El hijo mayor de Hasting, Eric Schott, llevó a su tía por el pasillo, ya que su padre había muerto a principios de ese año.

Aoyagi a menudo regresaba a su ciudad natal de Cincinnati para visitar a su familia. Hasting dijo que espera que su hermana regrese por última vez para que la dejen descansar “por mis hijos a los que adoraba”.

El hijo mayor de Hasting murió en 2006 durante un tiroteo doméstico, y su hija murió en 2012 como resultado de un accidente por un conductor ebrio, argumentó.

Y el miércoles, Hasting, de 64 años, estaba celebrando el cumpleaños de su hijo menor cuando recibió la llamada de que mataron a su hermana.

“Es una gran pérdida”

Los Aoyagis nunca tuvieron hijos propios, pero Sheri Aoyagi trató a sus dos perros como la realeza.

Max, un pit bull, obtendría filet mignon en su cumpleaños. Buddy era un perro de rescate, señaló Hasting.

“Sé que la están extrañando”, admitió.

Ella afirmó que su hermana gravitaba hacia los perros grandes, que cuidó durante los aproximadamente dos años que se ofreció como voluntaria en el refugio A Home 4 Spot en Las Vegas. Los perros parecían sentir su bondad y su preocupación, explicó Hasting.

La fundadora de Shelter, Diana England, recordó el compromiso de Aoyagi de ayudar a los perros mientras equilibraba su trabajo y pasaba tiempo con su esposo. Aoyagi los acompañaba o los traía a su casa en un esfuerzo por sacarlos del abordaje, aunque solo fuera por un corto tiempo. Ella los llevaba en su auto si hacía demasiado calor para caminar.

“Es una gran pérdida”, destacó England. “Dependíamos mucho de ella”.

El refugio ha hablado con Stan Aoyagi para determinar qué pasará con Buddy y Max, ya que no puede cuidarlos por sí mismo, indicó England.

Se ha creado un GoFundMe en su memoria, con ganancias para su marido. El hermano de Stan Aoyagi estaba volando hacia Las Vegas para reunirse con él, dijo Hasting.

Mientras tanto, Hasting y su familia se quedan con preguntas sin respuesta.

Ambos ladrones huyeron en un Chrysler 300 blanco, y la policía tenía descripciones limitadas de los dos. No se habían realizado arrestos hasta el jueves por la mañana, pero los investigadores encontraron el Chrysler en la cuadra 6600 de West Washington Avenue.

“Oh, Dios mío, espero que los atrapen”, exclamó Hasting suspirando.

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