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“No es aceptable”: Sisolak critica la tasa de vacunación del personal penitenciario de Nevada

El gobernador Steve Sisolak declaró el martes que es “atroz” que solo el 41.9 por ciento de los empleados de las prisiones de Nevada estén completamente vacunados.

“Es simplemente inaceptable”, le expresó Sisolak a los funcionarios del Department of Corrections (NDOC) durante una reunión de la Board of Prison Commissioners.

Hasta el lunes, 1,005 empleados de prisiones estaban totalmente vacunados contra COVID-19, según el doctor Michael Minev, director médico del sistema penitenciario. Con un 41.9 por ciento, esto supone un aumento de 6.7 puntos porcentuales desde la última reunión de la Board of Prison Commissioners, celebrada hace más de tres meses.

El número total de funcionarios también disminuyó en 81 desde la reunión del 16 de abril, según las cifras publicadas el martes por el director del Department of Corrections, Charles Daniels.

En Nevada, el 47.19 por ciento de todos los residentes que cumplen los requisitos están totalmente vacunados, según los datos estatales, una cifra superior al porcentaje de personal penitenciario que está totalmente vacunado.

En comparación, el 51.7 por ciento de la población reclusa total del estado estaba vacunada hasta el lunes, comentó Minev. Eso supone 5,599 reclusos.

Durante la reunión de abril, los funcionarios informaron de que solo el 8.9 por ciento de los presos estaban totalmente vacunados en ese momento.

Dudas sobre las vacunas

Minev le dijo a los miembros de la junta el martes que las dudas sobre las vacunas parecen ser la principal razón por la que los funcionarios de prisiones y otros empleados no quieren vacunarse. Confirmó que el estado tiene suficientes vacunas para vacunar a todos los empleados del sistema penitenciario.

En diciembre, Christina Leathers, jefa de recursos humanos del sistema penitenciario, dijo a la Sentencing Commission del estado que algunos empleados preferirían renunciar a ser obligados a vacunarse. Leathers no comentó en ese momento la prevalencia de este sentimiento entre el personal.

Nevada está trabajando para poner en marcha un programa de vacunación/prueba de los empleados que comenzará a mediados de agosto, dijeron los funcionarios estatales la semana pasada. Los empleados estatales que no estén vacunados deberán someterse a pruebas semanales de COVID-19 y seguir usando cubrebocas en el trabajo.

El sitio web del Departamento de Salud y Servicios Humanos mostraba que 49 presos de Nevada habían muerto a causa del COVID-19 hasta el martes. Sin embargo, los datos de finales de marzo proporcionados por el Department of Corrections mostraban que 55 presos habían muerto tras dar positivo en las pruebas de COVID-19, y el sitio web del departamento de salud mostraba hasta el 9 de abril la muerte de 53 presos.

Ninguno de los dos organismos respondió el martes a la solicitud de comentarios sobre la discrepancia.

Muertes del personal

Hasta el martes, tres funcionarios habían muerto a causa del virus, según datos del departamento de salud. El sitio web mostraba 4,501 casos documentados de coronavirus entre los presos, lo que supone alrededor del 41.6 por ciento de la población reclusa actual.

Se registraron 1,030 casos entre los miembros del personal, lo que supone casi la mitad de los empleados actuales.

“Aunque el NDOC ha visto un descenso en los resultados positivos de COVID-19 entre el personal, estamos empezando a tener resultados positivos tanto en el personal no vacunado como en el vacunado”, anunció Daniels el martes.

Mientras tanto, el doctor Ihsan Azzam, director médico del sistema penitenciario, le notificó a los miembros de la junta que dos de las tres prisiones inspeccionadas en junio mostraron “violaciones críticas” de las políticas de salud.

Tres prisiones del Condado Clark fueron objeto de inspecciones de salud (la Prisión Estatal de High Desert, el Centro Correccional de Mujeres Florence McClure y el Centro Correccional de Southern Desert) pero solo la prisión de mujeres no tuvo “violaciones críticas”, según el informe emitido por Azzam.

En la Prisión Estatal de High Desert, dos fregaderos de la sección culinaria de la prisión no contaban con “desinfectante detectable”. En el Centro Correccional de Southern Desert se produjeron múltiples infracciones: los dispensadores de jabón de la cocina y la panadería no funcionaban; el personal culinario no podía lavarse las manos adecuadamente; tres fregaderos culinarios no tenían desinfectante; y dos “máquinas de platos de alta temperatura” estaban en mal estado.

Según Azzam, todas las deficiencias se solucionaron durante la inspección.

Azzam le anunció a los miembros de la junta que también ha estado presionando para que los presos y el personal se vacunen.

“La vacunación es la única manera de salir de esta pandemia”, aseveró.

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