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Previniendo el cáncer de seno

El cáncer de seno es el cáncer más común entre las mujeres en Estados Unidos. Aproximadamente 1 de cada 8 (12%) mujeres en este país desarrollará cáncer de seno durante su vida.

Según estadísticas de la Sociedad Americana del Cáncer, en el 2014 se diagnosticaron alrededor de 232,670 nuevos casos de cáncer de seno, y según estadisticas cerca de 40,000 mujeres morirán a causa de este tipo de cancer.

La detección temprana y el crear conciencia sobre esta enfermedad puede incrementar la tasa de supervivencia y la oportunidad de recibir un mejor tratamiento. En este momento hay más de 2.8 millones de sobrevivientes de cáncer de seno en los Estados Unidos. (Esto incluye a las mujeres que actualmente reciben tratamiento y a las que han completado el tratamiento).

Alicia García es una sobreviviente de cáncer de seno y hace tres años le diagnosticaron esta enfermedad a la edad de 33. “Nunca pensé que pudiera padecer de cáncer ya que regularmente me revisaba mis mamas; pero justamente por eso me di cuenta que algo no estaba bien al sentirme un bultito en un seno”, dijo García. “Cuando me dieron la noticia en lo primero que pensé fue en mi dos hijas de 4 y 6 años, qué iba a pasar si yo llegara a faltar; porque inconscientemente relacionas la enfermedad con la muerte”, manifestó.

Después de recibir órdenes del médico y hablar con su familia sobre la situación, García comenzó el extenuante tratamiento para la cura. “Es difícil explicarle a dos pequeñas sobre lo que me estaba pasando; pero comprendieron que mamá estaba enferma. Mi esposo y el resto de la familia fueron mi mayor apoyo para salir adelante; pero sobre todo la fe en Dios”, explicó.

Alicia fue operada y luego recibió cinco ciclos de quimioterapias las cuales le provocaron la pérdida del pelo. Posteriormente se le aplicaron 40 radioterapias. Ahora después de casi dos años y medio ya tiene controlado el cáncer y seguirá un tratamiento de por vida. “Fue un desgaste físico y emocional muy fuerte para mí y para mis seres queridos. Pero fueron ellos los que me dieron fortaleza para vencer esta horrible enfermedad”, reveló la afectada. Expresó que gracias a sus revisiones periódicas fue que se descubrió a tiempo el cáncer y pudo salvar su vida.

“Las visitas al médico, tus exámenes de rutina son la mejor prevención para cualquier enfermedad; eso me salvó la vida. Por eso las mujeres debemos darnos ese tiempo para nosotras, explorar nuestro cuerpo y hacer caso a las alertas que nos manda el organismo. Estoy feliz de ser una sobreviviente de cáncer”. Alicia y su familia hace un par de meses se mudaron a Las Vegas desde Houston; porque decidieron empezar una nueva vida.

“Increíblemente vinieron muchas bendiciones después de vivir momentos muy duros. Yo dejé mi trabajo porque no pude continuar en su momento; ahora a mi esposo y a mí nos ofrecieron un mejor empleo en esta ciudad. Mi madre se mudó con nosotros y estamos más unidos que nunca. Siempre estamos pendientes de nuestra salud; porque más vale prevenir que lamentar”, acotó García.

Gracias a los nuevos avances, hoy en día existen varios tratamientos para combatir el cáncer de seno. Actualmente es posible la detección temprana de casos de cáncer de seno mediante una mamografía. Ésto también ha significado que una mayor cantidad de mujeres que se encuentran en tratamiento por cáncer de seno puedan conservar sus mamas.

De acuerdo al Dr. John Martin, Ginecólogo/Obstetra y Director Ejecutivo de Women’s Health Associates of Southern Nevada, si el cáncer de seno se detecta en las etapas iniciales, este se puede extirpar sin necesidad de extirpar la mama (mastectomía). Desafortunadamente existen varios tipos de cáncer de seno que se manifiestan sin ningún síntoma. Por esta razón, es importante que las mujeres se hagan una autoexploración de mamas con regularidad, consultar a un profesional médico experimentado para que le realice un examen de seno y, en algunos casos, obtener también alguna otra forma de imágenes mamarias, tales como IRM o ecografías.

Según el Dr. Martin, algunas mujeres dudan acerca de los riesgos de la exposición a la radiación debido a una mamografía. “Hay pacientes que tienen miedo de hacerse una mamografía por el miedo a la radiación pero las mamografías son una de las herramientas más poderosas para la detección del cáncer de seno”, aseguró Martin. Las mamografías modernas sólo utilizan una cantidad minúscula de radiación, incluso menos que una radiografía tradicional de tórax.

Según cuenta Irene Verdin, sobreviviente de cáncer de seno, su caso fue agresivo. “La idea del cáncer del seno fue totalmente nueva para mí cuando sentí una pelotita en mi seno. No presenté síntomas, no había antecedentes familiares de esta enfermedad. Sólo descubrí un pequeño hundimiento en mi pezón izquierdo, noté que mi pecho estaba colgando un poco más de lo normal, se veía diferente al otro, fui hacerme la mamografía correspondiente y no arrojó resultado alguno”, manifestó.

Dos meses después del examen inicial y aún con el malestar de sentir un bulto en su seno, Irene decidió regresar al doctor y fue en ese momento en donde le confirmaron la presencia de algo anormal. “El doctor me dijo que tenía que intervenirme quirúrgicamente. Me extirparon la mama completa, acompañada de los ganglios linfáticos de la axila y el brazo”, explicó Verdin, sobreviviente de cáncer de seno.

Después de la cirugía, Irene recibió tratamiento de quimioterapias por un año, así como también ocho meses de sesiones diarias de radiación. Además de eso, recibía 10 vacunas regenerativas por medio de un catéter en su hombro que debilitaron y dilataron sus venas considerablemente.

“Es una operación muy fuerte que te deja molida. Debido a que retiran los ganglios no puedes mover las manos ni los brazos, además de que todo el tiempo te están drenando la herida. Para las personas que pasan por ello, el primer impacto es verse, y el segundo es no poder moverse”, aseguró Irene Verdin.

“Los grupos de ayuda son magníficos. En este arduo camino puedo decir que fueron de las mejores cosas que hemos experimentado. A la persona que está pasando por esta situación, le dan una perspectiva nueva de que se pueden curar y pueden vivir bien. Te enseñan que padecer cáncer de seno y te explican que esta enfermedad no necesariamente es sinónimo de que te vas a morir, pero además te enseñan que tienes la capacidad de vivir tu vida como tú quieras”, concluyó Irene.

El Dr. Martin recomienda que las mujeres se hagan una mamografía una vez por año, a partir de los 50 años de edad y cada dos años a partir de los 40 años de edad. Si existe un alto riesgo de cáncer de seno por antecedentes familiares de cáncer de mama u ovario, o si se ha recibido un tratamiento con radiación en el pecho anteriormente, es recomendable que se comiencen a hacer las mamografías anuales a una edad más temprana (por lo general alrededor de los 30 años). Sin embargo, esto es algo que se debe conversar con un profesional médico.

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