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Residentes en desacuerdo por la nueva puerta del refugio para personas sin hogar administrado por Las Vegas

Cuando Norton Burton trató de pasar por una puerta trasera en el Courtyard para Personas sin Hogar de Las Vegas el miércoles por la mañana para tomar un autobús, un trabajador le bloqueó el camino.

“No puedes pasar por aquí”, le dijo a Burton. “Tienes que dar la vuelta”.

Cuando Burton insistió, el trabajador llamó a seguridad, dándole al hombre mayor que llevaba un sombrero de veterano del Ejército la oportunidad de correr y cruzar la calle a tiempo para tomar un autobús de la Comisión de Transporte Regional en la intersección con Foremaster Lane.

“No iban a dejarme ir y estoy discapacitado”, dijo mientras se apresuraba a cruzar la calle, levantando su camisa para mostrar una bolsa de colostomía. “Tenía cáncer, me quitaron el colon. Tenía que irme, así que pensé: ‘Voy a ir de todos modos’”.

Puerta en Foremaster. (Las Vegas Review-Journal)
Puerta en Foremaster. (Las Vegas Review-Journal)

Burton fue una de las cientas de personas que se quedaron en el albergue para personas sin hogar administrado por la ciudad sin inconvenientes esta semana cuando los trabajadores comenzaron a instalar una puerta que bloquea Foremaster en Las Vegas Boulevard North, un proyecto de 175 mil dólares financiado a través de una subvención de desarrollo comunitario que se espera que se complete a mediados de Noviembre.

La puerta, que no tiene acceso para peatones, obliga a los residentes del Courtyard que normalmente caminan unos 250 pies a las paradas de autobús adyacentes, a caminar alrededor de la cuadra en Main Street y regresar en círculo a Las Vegas Boulevard. Ahora el viaje es de casi media milla y dura entre 10 y 15 minutos.

Preocupación por “cuestiones de seguridad”

La puerta se instaló debido a “problemas de seguridad con las personas sin hogar que abarrotan Las Vegas Boulevard desde las aceras”, mencionó el vocero de la ciudad, Jace Radke. “Esto ha creado condiciones inseguras”.

También tiene la intención de impedir que los vehículos transiten a lo largo de Foremaster a través del área congestionada, una ruta utilizada por un promedio de 550 vehículos entre semana, según un estudio de la ciudad sobre el tránsito en el área.

Para los residentes discapacitados como Jesús Murillo, quien usa una silla de ruedas, subir por la pendiente en Foremaster hasta las paradas de autobús es más que un inconveniente menor.

“Si subo por allí solo, tengo que tomar descansos”, comentó Murillo, de 35 años, quien indicó que debe levantarse a las 4 a.m. para tomar el autobús a sus citas de diálisis.

Mientras Murillo hablaba, un hombre con una prótesis de titanio en la pierna derecha y usando un andador, cojeaba al subir la colina. Otro, con botas de yeso en ambas piernas, no estaba demasiado lejos. Cerca de allí, los agentes de policía de Las Vegas en patrulla dirigieron una camioneta blanca que intentaba atravesar la calle para dar la vuelta.

“Le preguntamos a los guardias de seguridad si podíamos usar la puerta de allí porque estoy en una silla de ruedas”, relató Murillo, señalando la entrada trasera del patio en North Las Vegas Boulevard. “Mi esposa les dijo que yo venía de diálisis y que estaba realmente cansado. No puedo hacer mucho esfuerzo, pero dijeron que no”.

“Un periodo de ajuste”

Radke atribuyó la negación a una falta de comunicación con la seguridad, ya que los clientes discapacitados y las familias pueden usar la puerta trasera, mientras que los residentes aptos deben usar la entrada de la calle principal y hacer la caminata.

“Este es un cambio, es nuevo para todos, habrá un periodo de ajuste para todos”, agregó.

La puerta fue aprobada por el Ayuntamiento en agosto de 2018 y es parte del plan maestro del desarrollo del Centro Courtyard de Recursos para Personas sin Hogar. Se espera que la construcción de las instalaciones de 15 millones de dólares al aire libre, 24/7, comience el próximo año.

Inicialmente, el proyecto tenía un presupuesto de 45 mil dólares, pero el costo casi se cuadruplicó ya que los proveedores de servicios de emergencia, que frecuentemente responden a las llamadas en el área del Courtyard, y las fuerzas del orden público, requerían la facilidad de abrir la puerta automáticamente, mencionó Radke.

Los proveedores de servicios cercanos están preocupados de que la puerta desaliente a las personas sin hogar a acceder a los servicios del Courtyard.

“Poner puertas y pastorearlos como ganado no es la respuesta”, criticó el Diácono Tom Roberts, director ejecutivo de Catholic Charities of Southern Nevada, que está al otro lado del Courtyard en Foremaster.

Añadió que le preocupa que la puerta provoque disturbios.

“Ya somos vulnerables a la violencia en esta parte de la ciudad. La puerta ya está agitando a las personas y están tratando de saltarse la cerca”, concluyó.

“Es un poco desconcertante para mí porque obviamente estamos aquí para llevar a las personas a donde necesitan estar y creo que se supone que el Courtyard debe hacer eso. Pero (la puerta) es un impedimento para las personas que intentan llevarse bien”.

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