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Se aprueban las reglas del juicio político y se rechazan las enmiendas de los demócratas

WASHINGTON — Una pelea partidaria estalló en el juicio político del presidente Donald Trump el martes cuando los demócratas acusaron al líder republicano del Senado de intentar comprimir los procedimientos y los legisladores votaron por líneas partidarias para retrasar la decisión sobre los testigos.

El líder de la mayoría del Senado, el republicano Mitch McConnell, presentó una resolución que establece las reglas del juicio, extendiendo el tiempo para la apertura de los argumentos de dos a tres días y permitiendo que los legisladores hagan preguntas antes de que se vote sobre la cuestión de si se debe convocar a los testigos.

La resolución de McConnell fue aprobada 53 a 47 un poco antes de las 2 a.m. EST. Después de eso, el Senado levantó la sesión y se fijó la reanudación del juicio a la 1 p.m. EST del miércoles.

Pese a que McConnell modificó la resolución para apaciguar a los republicanos (quienes no se sintieron cómodos con el acelerado programa), los demócratas se vieron indignados por el retraso en la presentación de testigos y documentos que el presidente bloqueó para que la Cámara de Representantes recibiera.

Aún así, los demócratas dijeron que las reglas fueron manipuladas por McConnell para proteger a Trump.

El representante Adam Schiff, demócrata por California, le imploró al Senado, controlado por los republicanos, que permitiera más pruebas para dar un veredicto justo.

“Ustedes hicieron un juramento de hacer la justicia imparcial,” le recordó Schiff al Senado. “Ese juramento los obliga, ese juramento requiere un juicio justo”.

Enmiendas rechazadas

Los demócratas ofrecieron una oleada de enmiendas para citar documentos de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y otras agencias federales, y para escuchar el testimonio de testigos como el ex asesor de seguridad nacional, John Bolton y el jefe de gabinete en funciones de la Casa Blanca, Mick Mulvaney.

El Senado votó siguiendo estrictas líneas partidistas, 53 a 47, para presentarlas.

Las senadoras Catherine Cortez Masto y Jacky Rosen, ambas demócratas por Nevada, apoyaron las enmiendas.

Bajo las reglas establecidas en la resolución, el Senado retomará el tema de los testigos una vez que los gerentes de la Cámara de Representantes y el equipo de defensa del presidente completen sus argumentos iniciales.

También se podría llevar a cabo una votación para desestimar los cargos, aunque varios legisladores republicanos dijeron que era poco probable que se aprobara.

Las peticiones de los legisladores deben ser presentadas antes del miércoles.

El juicio fue puesto en sesión por el Presidente de la Corte Suprema, John Roberts, ya que los demócratas y los republicanos ya estaban en desacuerdo sobre la resolución McConnell, presentada el lunes por la noche.

“Establece una estructura que es justa, imparcial y que sigue de cerca los precedentes del pasado”, enunció McConnell.

Durante las acaloradas discusiones del martes, Roberts amonestó tanto a los gerentes de la Cámara de Representantes como a los abogados del presidente por hablar de una manera no conducente “al discurso civil”.

El momento más oscuro

El líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, demócrata por Nueva York, comentó que la resolución se consideraría “uno de los momentos más oscuros de la historia del Senado”.

“La verdad es que el líder McConnell está provocando que el juicio político sea el más apresurado, el menos minucioso y el más injusto de la historia moderna, y comienza hoy”, expresó Schumer.

El equipo de defensa de Trump habló en apoyo de la resolución. Sus abogados argumentaron que él no cometió ninguna falta y que el intento de impugnación (impeachment) demócrata en la Cámara de Representantes es una “peligrosa perversión de la Constitución”.

El abogado de la Casa Blanca, Pat Cipollone, le comunicó al Senado que la resolución era una manera justa de proceder, e instó a la conveniencia después de que los demócratas retrasaran la presentación de los artículos de impugnación al Senado durante 33 días.

“El presidente no ha hecho absolutamente nada malo”, declaró Cipollone a la cámara. “No hay absolutamente ningún caso”.

Schiff, en su declaración de apertura ante el Senado, agregó que Trump solicitó la ayuda de un gobierno extranjero para ayudarle a hacer trampa para ganar la reelección, y luego obstruyó al Congreso en su supervisión constitucional.

Rehacer el trabajo de la Cámara de Representantes

En diciembre, la Cámara de Representantes votó en su mayoría de acuerdo con las líneas partidistas para aprobar los artículos de impugnación que acusan de abuso del cargo y obstrucción del Congreso. Ningún republicano apoyó los artículos, aunque algunos demócratas se unieron a los republicanos para votar en contra.

“Esta mala conducta establecida en esos artículos es la más grave que se ha acusado a un presidente”, enunció Schiff.

Los demócratas buscan correspondencia de Trump y del presidente ucraniano Volodymyr Zelenskiy, junto con documentos sobre la orden de la administración Trump de retener casi 400 millones de dólares en ayuda militar a Ucrania.

Los administradores de la Cámara de Representantes instaron a los senadores a buscar los documentos. La representante Zoe Lofgren, demócrata por California, les dijo que incluso el presidente Richard Nixon proporcionó materiales cuando el Comité Judicial investigó el robo del Watergate.

Pero el abogado de Trump, Patrick Philbin, señaló que los demócratas de la Cámara de Representantes no hicieron su trabajo cuando llevaron a cabo una investigación y votaron para impugnar al presidente sin la evidencia para presentar su caso al Senado.

“No es el papel del Senado hacer el trabajo de la Cámara de Representantes por ellos”, criticó Philbin.

Si la Cámara de Representantes no realizó una investigación para recolectar la evidencia necesaria, entonces no tiene un caso, argumentó.

Los demócratas necesitan convencer a varios senadores republicanos que se unan a ellos para lograr la mayoría simple necesaria para convocar a testigos, como Mulvaney y Bolton y otros dos funcionarios de la administración con conocimiento de la solicitud del presidente de una investigación y la retención de la ayuda militar.

Antes, varios republicanos se opusieron al calendario inicial del juicio propuesto por McConnell, quien lo modificó apenas unas horas antes de que comenzara el martes para mantener su conferencia republicana unida desde el principio, y varios se han mantenido abiertos sobre la necesidad de convocar a testigos más tarde.

La senadora Susan Collins, republicana por Maine, aseveró que “probablemente apoyaría una petición para citar testigos” después de los argumentos de apertura y las preguntas de los senadores de los gerentes de la Cámara de Representantes y del equipo legal del presidente.

Collins señaló que ella hizo lo mismo en 1999, cuando el Senado escuchó el caso de la Cámara de Representantes para impugnar al Presidente Bill Clinton.

Otros senadores republicanos que dijeron que considerarían el testimonio de testigos incluyen a Lamar Alexander de Tennessee, Mitt Romney de Utah y Lisa Murkowski de Alaska.

Alexander añadió que estaba satisfecho con la decisión de McConnell de posponer la votación sobre los testigos hasta más adelante en el juicio, apuntando que seguía el precedente, independientemente de los argumentos de la Cámara.

“Solo porque los procedimientos de la Cámara de Representantes fueron un circo no significa que el juicio del Senado tenga que serlo”, citó Alexander.

Incluso con el apoyo de los republicanos a los testigos, la Casa Blanca parece estar segura de que los republicanos apoyarán abrumadoramente al presidente y rechazarán el caso demócrata de la Cámara de Representantes para su impugnación.

Se necesitaría una mayoría de dos tercios, o sea 67 votos, para destituir al presidente de su cargo.

Esta es la tercera vez en la historia de la nación que el Senado ha celebrado un juicio político para un presidente. Andrew Johnson fue absuelto en 1868, y Clinton en 1999.

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