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Seminario sobre seguridad en la frontera

La inseguridad en la frontera, los cárteles mexicanos de droga y la amenaza que estos representan para Estados Unidos, fue el tema en que un grupo de panelistas expertos abordó recientemente en un evento traído por The Mob Museum. Entre los panelistas estuvieron Chris Blatchford, periodista de Los Ángeles, California conocido por su trabajo periodístico en temas de los cárteles de la droga mexicanos y colombianos, Sylvia Longmire, ex oficial de la Fuerza Aérea, analista y autora sobre la violencia fronteriza y Timothy Pratt, conocido periodista en temas hispanos.

Desde que el gobierno mexicano declaró la guerra contra las drogas en el año 2006 durante el mandato de Felipe Calderón, más de 60,000 personas han muerto desde el 2006 hasta el 2012 de acuerdo a Human Rights Watch.

Uno de los grupos más violentos es el de Los Zetas. Compuesto por ex miembros del ejército mexicano, inicialmente trabajaron como sicarios del Cartel del Golfo, antes de convertirse en un grupo independiente. Desde el 2004 luchan por tener el control de Tamaulipas y Nuevo León.

En una industria en donde los cárteles de la droga mexicanos reciben entre $19 y $29 mil millones de dólares anualmente de la venta de drogas en Estados Unidos, aproximadamente el noventa por ciento de la cocaína que entra a los EE.UU. transita por México. México es también un proveedor principal de la marihuana y metanfetaminas en los EE.UU.

Durante la presentación, los panelistas mostraron una parte del testimonio de uno de los líderes de los carteles de la droga del programa de National Geographic ‘Drugs Inc’, en donde bajo anonimato menciona el proceso de traficar las drogas de México a nuestra ciudad. Metanfetaminas y cocaína es entre lo que más se trafica según el informante, con un valor aproximado de 3 millones de dólares.

Sylvia Longmire, ex oficial de la Fuerza Aérea, analista y autora sobre la violencia fronteriza, en entrevista exclusiva para el periódico El Tiempo, comentó sobre la falta de estrategia y prioridades por parte del gobierno estadounidense para controlar el flujo del tráfico de drogas en la frontera. “Cada año, estos grupos criminales tienen una presencia más fuerte en diferentes partes de los Estados Unidos, se mezclan entre las comunidades inmigrantes y muchas veces pasan desapercibidos, expandiendo así sus actividades ilícitas por debajo del radar”, dijo Longmire.

Los panelistas estuvieron de acuerdo de que a pesar de no contar con una solución que pueda resolver el problema de inseguridad en la frontera y detener el tráfico de drogas y de personas, es importante entender que esta situación seguirá creciendo. De acuerdo a estos expertos, el gobierno estadounidense necesita concentrar sus esfuerzos en frenar el acceso de estos grupos delictivos y traficantes de drogas al país.

“El problema fundamental radica en que la seguridad en la frontera no es una prioridad nacional a pesar de que nuestras autoridades digan lo contrario”, concluyó la analista.

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