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Trump regresa de una visita sorpresa a Afganistán, afirma que los talibanes quieren un acuerdo

AERÓDROMO DE BAGRAM, Afganistán - El presidente Donald Trump realizó una sorprendente visita de Acción de Gracias a Afganistán, donde anunció que Estados Unidos y los talibanes han participado en conversaciones de paz y afirmó que cree que los talibanes quieren un alto al fuego.

Trump llegó al Aeródromo de Bagram poco después de las 8:30 p.m. hora local del jueves y pasó tres y media horas en tierra durante su primer viaje al sitio de la guerra más grande de Estados Unidos. Sirvió pavo y dio las gracias a las tropas, pronunció un discurso y se sentó con el presidente afgano Ashraf Ghani antes de marcharse justo después de la medianoche. Regresó a Florida, donde pasará el fin de semana festivo, el viernes por la mañana temprano, hora local.

Como es tradición, los reporteros tenían instrucciones estrictas de mantener el viaje en secreto para garantizar la seguridad del presidente en el país. Alrededor de 12 mil soldados estadounidenses permanecen en Afganistán.

Viajando con el senador republicano John Barrasso de Wyoming y un pequeño grupo de ayudantes, incluyendo su jefe de personal en funciones, secretario de prensa y asesor de seguridad nacional, Trump apareció de buen humor mientras era escoltado alrededor de la base por soldados fuertemente armados, mientras el olor a combustible quemado y basura invadía el frío aire. A diferencia de la visita post-navideña del año pasado a Irak (la primera en una zona de combate activo), la primera dama, Melania Trump, no hizo el viaje.

La primera parada de Trump fue un comedor, donde la multitud estalló en vítores cuando llegó. Allí sirvió pavo a los soldados fatigados y se sentó a comer. Pero dijo que sólo probó el puré de papas antes de que lo sacaran para sacar fotos.

“No pude comer pavo”

“Nunca pude saborear el pavo”, les dijo a las tropas. “Un hermoso pedazo de pavo”.

Durante su visita, Trump anunció que Estados Unidos y los talibanes han participado en conversaciones de paz e insistió en que los talibanes quieren llegar a un acuerdo después del fuerte fuego estadounidense de los últimos meses.

“Nos reuniremos con ellos”, anunció. “Y nosotros decimos que debe haber un alto al fuego, ellos no querían un alto al fuego, pero ahora sí quieren, creo…veremos qué pasa”.

El viaje se produjo después de que Trump interrumpiera abruptamente las conversaciones de paz con los talibanes en septiembre, cancelando una reunión secreta con ellos y los líderes afganos en el retiro presidencial de Camp David después de una ola de violencia particularmente mortífera, coronada por un bombardeo en Kabul en el que murieron 12 personas, entre ellas un soldado estadounidense.

Eso puso fin a un esfuerzo de casi un año por parte de Estados Unidos para llegar a un acuerdo político con los talibanes, el grupo que protegió a los extremistas de Al Qaeda en Afganistán, lo que provocó la acción militar estadounidense después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. Desde entonces, las fuerzas estadounidenses e internacionales han estado en el terreno.

No quedó claro de inmediato cuánto tiempo o cuán importante ha sido el nuevo compromiso de Estados Unidos con los talibanes.

Trump llevó a cabo su campaña de 2016 prometiendo poner fin a las “guerras interminables” de la nación y ha estado presionando para que se retiren las tropas de Afganistán y Oriente Medio a pesar de las protestas de altos funcionarios estadounidenses, de los aliados republicanos de Trump en Washington y de muchos aliados de Estados Unidos en el extranjero. Durante meses, ha descrito a las fuerzas estadounidenses como “policías” y ha argumentado que las guerras de otros países deberían ser suyas.

18 años de guerra

Miles de civiles afganos y más de dos mil 400 miembros del servicio militar estadounidense han sido asesinados desde que comenzó la guerra hace 18 años.

La semana pasada, Trump voló a la Base de la Fuerza Aérea de Dover en Delaware para supervisar la transferencia de los restos de dos oficiales del Ejército que murieron cuando su helicóptero se estrelló mientras proporcionaban seguridad a las tropas sobre el terreno en la provincia de Logar al este de Afganistán. Los talibanes todavía controlan o dominan más de la mitad del país, lanzando ataques casi diarios contra las fuerzas afganas y los funcionarios del gobierno.

Estados Unidos y los talibanes habían estado cerca de un acuerdo en septiembre que podría haber permitido la retirada de las tropas estadounidenses.

Reducir el nivel de tropas

Sin embargo, Trump declaró el jueves que estaba procediendo con un plan para reducir los niveles de tropas de Estados Unidos a unos ocho mil 600, informándole a los periodistas que estará “reduciendo sustancialmente el número de tropas”.

Aún así, agregó, Estados Unidos se quedará en el país “hasta que tengamos un acuerdo o una victoria total”.

Trump hizo el anuncio cuando se reunió con Ghani, el presidente afgano. Ghani agradeció a los estadounidenses que han hecho el “mayor sacrificio” en Afganistán y le aseguró al presidente que las fuerzas de seguridad afganas están liderando cada vez más la lucha.

“¡En los próximos tres meses, todo será Afganistán!” expresó Ghani.

Ghani también elogió a Trump por la misión de octubre que asesinó al líder del Estado islámico, Abu Bakr al-Baghdadi. El líder afgano también indicó (al igual que el propio Trump) que la misión de al-Bagdadi fue incluso más importante que la misión de 2011 contra el fundador de al-Qaeda, Osama bin Laden. La misión contra Bin Laden fue ordenada por el entonces presidente Barack Obama.

“Presidente Trump, la gente hablaba mucho de bin Laden, pero lo que hizo usted para eliminar a al-Baghdadi, quien era un organizador y no un hablador, es un logro mucho mayor”, destacó Ghani, en declaraciones a las tropas de Estados Unidos antes de la partida de Trump.

El viaje se produjo una semana después de que los talibanes liberaran a un estadounidense y a un australiano que habían sido retenidos como rehenes desde 2016 a cambio de tres de las principales figuras de los talibanes, una medida que ha sido ampliamente considerada como una posible entrada para reavivar las conversaciones de paz.

Dificultades para mantener el viaje en secreto

La Casa Blanca se esforzó por mantener el viaje en secreto después de que el escondite de Trump fuera descubierto el año pasado cuando el Air Force One fue visto en ruta a Irak por un vigilante de vuelo amateur británico.

Los teléfonos celulares y otros dispositivos de transmisión fueron confiscados durante la mayor parte del viaje de todos los que viajaban a bordo del Air Force One, y los tuits temáticos del Día de Acción de Gracias se publicaron con anticipación en la cuenta de Trump para evitar que surgieran sospechas sobre el silencio del presidente.

A un pequeño grupo de reporteros se les ordenó que se reunieran el miércoles por la noche en el último piso de un estacionamiento en Maryland y fueron transportados en camionetas negras a la Base Andrews de la Fuerza Aérea. Nadie les confirmó a dónde iba. La única petición: Porten vestimenta casual y cálida. Mientras tanto, el presidente regresaba en secreto de Florida, donde a los periodistas se les había dicho que pasaría el Día de Acción de Gracias en su club de Mar-a-Lago.

El avión que había volado a Florida (el 747 modificado pintado con el icónico blanco y azul del Air Force One) permaneció estacionado en la pista del Aeropuerto de West Palm Beach para evitar revelar el traslado del presidente.

Alrededor de las 9:45 p.m. del miércoles, el presidente abordó un avión casi idéntico escondido en un hangar de la Base Andrews de la Fuerza Aérea, despegando y aterrizando bajo la cubierta de la oscuridad, con las luces de la cabina atenuadas y las persianas de las ventanas cerradas.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Stephanie Grisham, subrayó que los planes para la visita habían estado en marcha durante semanas.

“Es una zona peligrosa y quiere apoyar a las tropas”, aseveró Grisham a los periodistas antes de que aterrizara Trump. “Él y la señora Trump reconocen que hay mucha gente que está lejos de sus familias durante las fiestas, y pensamos que sería una agradable sorpresa”.

Poco después de la medianoche, Trump y su séquito partieron de Afganistán.

El presidente dijo a las tropas que se sentía honrado de pasar parte de sus vacaciones con ellos.

“No hay lugar donde prefiera celebrar este Día de Acción de Gracias que aquí mismo con los guerreros más rudos, más fuertes, mejores y más valientes de la faz de la tierra”, concluyó Trump.

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