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Víctima de puñetazo mortal había planeado hacer una excursión por Pacific Crest Trail

Thomas Driscoll estaba de visita en Las Vegas el domingo, dispuesto a pasar meses de excursión por la Costa Oeste, cuando fue golpeado por un desconocido.

Al final de una escalera mecánica cerca de Bally’s, a primera hora del domingo, un hombre de 33 años se enfadó y lanzó un puñetazo, tirando a Driscoll al suelo y causándole una herida mortal en la parte posterior del cráneo, según el informe de la detención. La oficina forense del Condado Clark dictaminó que la muerte del ex policía de Connecticut y ávido excursionista de 57 años fue un homicidio.

“Ha sido un final tan violento para una persona tan amable”, dijo Brian Hsia, de 28 años, que consideraba a Driscoll un padre para él y su hermano menor “en todos los sentidos importantes”.

La madre de Brian Hsia, Annie Chong, dijo que conocía a Driscoll desde hacía 20 años y que ambos salieron durante una década mientras Driscoll ayudaba a criar a sus hijos. La pareja tomó caminos distintos, pero Driscoll seguía siendo una parte importante de su familia, mencionó Chong en una entrevista telefónica el martes.

Driscoll pasó 22 años trabajando para la Policía Estatal de Connecticut, sobre todo como miembro del escuadrón antibombas, donde su labrador negro, Owen, patrullaba el Aeropuerto Internacional Bradley en Windsor Locks, Connecticut.

Se retiró de su trabajo como policía en 2009, según un comunicado de la Policía Estatal de Connecticut.

“Nos entristece saber que murió de esa forma”, declaró la agencia. “Nuestros pensamientos y oraciones están con su familia y amigos”.

Planeaba recorrer el Pacific Crest Trail

Desde que se retiró, Driscoll se centró en la crianza de Brian y Evan Hsia, y luego en viajar y hacer senderismo por todo el país, reveló Chong.

Cuando no viajaba, Driscoll, que se crió en Chicopee, Massachusetts, dividía su tiempo entre una cabaña en Maine y la familia de Chong en Connecticut, agregó el martes Brian Hsia.

A lo largo de los años había recorrido varios tramos del Pacific Crest Trail, que recorre más de dos mil 600 millas a través de California, Oregón y Washington. Pero este año estaba planeando una travesía, es decir, quería caminar desde el inicio del sendero en la frontera mexicana hasta la frontera canadiense, señaló Brian Hsia.

Viajar por el país para visitar a los amigos era algo típico para Driscoll, dijo Brian Hsia, pero el domingo, Driscoll sólo había planeado pasar unos días más en Las Vegas.

Poco antes de las 4:30 de la madrugada de ese día, Driscoll caminaba con una mujer, identificada por la policía como Nava Fuehrer, por un puente peatonal cuando se cruzaron con un grupo de hombres, según la policía.

Uno de los hombres, identificado por el Departamento de Policía Metropolitana como Brandon Leath, hizo un comentario sobre los dos que caminaban entre su grupo, escribieron los investigadores en el informe de detención de Leath. Leath corrió hacia Driscoll y Fuehrer, y luego bajó una serie de escaleras, donde los esperó al pie de una escalera mecánica.

“Leath dejó su mochila y adoptó una postura de pelea”, dicta el informe.

Driscoll caminó hacia Leath y éste le dio un puñetazo, según la policía. Driscoll no se movió después del puñetazo.

Leath fue detenido cerca de The Mirage, y durante una entrevista con la policía reconoció haber estado en el lugar donde Driscoll fue herido, pero negó haberle dado un puñetazo, según el informe.

Fue fichado en el Centro de Detención del Condado Clark por un cargo de asesinato y estaba detenido sin derecho a fianza desde el martes, según los registros judiciales. Está previsto que comparezca ante el tribunal el miércoles.

“El mejor hombre que he conocido”

Chong mencionó que ella y sus hijos han tenido el corazón destrozado desde la muerte de Driscoll. Han recibido poca información de la policía de Las Vegas.

“Él sigue siendo una gran parte de la vida de mi familia”, agregó la mujer de 50 años. “Llamaba a mi madre cada dos semanas y enviaba mensajes de texto a mis hijos cada viernes”.

Los dos se conocieron hace 20 años, cuando Chong trabajaba como camarera en el restaurante de sus padres en Windsor Locks, Connecticut. Todos los días, Driscoll entraba en el restaurante, se sentaba tranquilamente en un rincón y pedía el mismo plato principal: pollo y brócoli.

Le costó dos meses de almuerzos diarios encontrar el valor para preguntarle a Chong su nombre, recordó.

“No es un tipo muy coqueto, y parecía tener los pies en la tierra, relajado”, dijo Chong al recordar su primera cita. “También me pareció muy simpático”.

Driscoll pasaba su tiempo libre disfrutando del béisbol, fútbol y trabajando al aire libre, mencionó. Llevaba a los chicos a su cabaña de Maine, donde les enseñaba a pescar, a encender fogatas y a hacer s’mores, dijo Brian Hsia. Estuvo presente en sus partidos de lacrosse y en los torneos de karate, y animó a Brian Hsia cuando estudió medicina.

“Era el mejor hombre que he conocido”, afirmó Brian Hsia. “No estuvo obligado a criarme, ni a ayudar a mi madre a criarnos a mí y a mi hermano, de ninguna manera. En todos los sentidos, era nuestro padre”.

Ahora tiene que adaptarse a una vida sin que Driscoll esté a un mensaje de texto de distancia.

“Es injusto que le hayan robado la vida de la forma en que lo hicieron”, concluyó. “Se merecía algo mejor”.

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