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Desabasto, caos, y ‘los enanos del tapanco’

La declaración del presidente es para enmarcarla, tal y como hizo La Jornada en su titular principal de ayer: “Cayó 77.6 por ciento el robo de combustibles en 20 días: AMLO”.

Maravillosa fórmula: que no haya gasolina para que no se la roben.

La intención es buena, pero no lo podrían haber hecho peor.

Crearon desabasto y mandan el mensaje de que no saben gobernar.

De acuerdo con lo afirmado por el presidente el viernes 28 de diciembre, “sólo el 20 por ciento (del robo de combustible) se da en la ordeña de ductos, que es una especie de pantalla”.

Si la ordeña de ductos es pantalla, ¿por qué los cerraron y crearon una escasez absurda de gasolina?

El gobierno le da vueltas para evitar ponerle nombre a las cosas: el Cártel Jalisco Nueva Generación manda en el robo de gasolinas en la zona centro del país.

Son los grandes grupos criminales los que se disputan a balazos y someten a poblaciones enteras para controlar el negocio de la ordeña de ductos.

Hasta ahora no sabemos de un solo detenido por las fuerzas federales por los homicidios causados en la lucha que se da en torno al huachicol.

El gobierno no los menciona. Esquiva el tema y se va por las ramas.

Dice el presidente que el 80 por ciento del robo de gasolinas se da al interior de Pemex. Entonces, ¿para qué cierra ductos?

“Con el huachicoleo nos hacían creer que era por la ordeña de ductos. Fue una cortina de humo, una farsa, porque en realidad el robo de gasolina se permitía desde el gobierno”, dijo este domingo el presidente López Obrador.

Si es así de sencillo el tema, la solución también es muy fácil ahora que son gobierno: ya no se lo roben, sin necesidad de cerrar ductos y crear desabasto.

“Están ahí presionando, pensando que nos van a vencer. Que no quieran jugar a las vencidas porque va a triunfar la ley y la justicia”.

¿Quiénes presionan? Según él, los medios de comunicación.

Los medios le llaman desabasto al desabasto, y eso molesta al presidente.

No hay que olvidar que los populistas siempre necesitan un enemigo al cual echarle la culpa de los problemas.

Y es más fácil cargar contra periodistas y medios de comunicación que hacerlo contra poderosos cárteles de las drogas, incrustados en el negocio del huachicol, que tienen capacidad hasta para tirar helicópteros.

El presidente ataca verbalmente a los críticos, a los que el martes llamó “fifís”, “malintencionados”, “tendenciosos” y “reverendos hipócritas”, porque dicen lo que hay y ven: desabasto de gasolina.

Si las gasolineras están cerradas es porque no tienen producto para vender.

Y si los automovilistas se surten de gasolina aun cuando tengan medio tanque, es porque el gobierno no ha dicho cuándo se va a restablecer el suministro.

Ah!, pero la culpa es de los medios, de los fantasmales aliados del huachicol.

Volvemos al lenguaje críptico del ex-presidente José López Portillo: la culpa es de “los enanos del tapanco”.

¿Por qué no cerraron la refinería de Minatitlán ni los ductos que abastecen Veracruz, que tienen muchos más puntos de tomas clandestinas que los de Michoacán?

Un misterio. El presidente habla, pero los funcionarios no explican.

Los ductos cerrados, quiero entender, es porque se están reparando, pues se encuentran agujereados como pichanchas por los huachicoleros.

¿Qué va a pasar cuando los reabran? Volverán las perforaciones, salvo que pongan piquetes de soldados cada cincuenta metros a lo largo y ancho de la red nacional de 17 mil kilómetros de ductos que hay en el país. Imposible.

Los gobiernos anteriores combatieron con poco éxito ese fenómeno, y no faltó voluntad. También emplearon al Ejército, intervinieron en refinerías y detuvieron a personal de Pemex.

Los jueces los soltaban de inmediato, al amparo de que el robo de gasolinas no era delito grave. Eso desincentivó la captura.

A ninguna corporación policial le representa un aliciente detener personas que salen en libertad en automático.

Los medios dieron puntual cuenta del huachicoleo, hubo fotos, reportajes, cifras… y nadie los llamó fifís o hipócritas.

Ahora el Presidente se lanzó a su manera contra el huachicol y ha resultado peor el remedio que la enfermedad.

Y como es indispensable para el país que tenga éxito en frenar ese saqueo a las finanzas nacionales, debe corregir: ajustar leyes y usar inteligencia, como han hecho otros países (Colombia).

Además, y muy pronto, necesita prescindir de funcionarios que no tienen conocimientos ni capacidad. Sólo aportan ocurrencias… y miren nada más el tiradero.

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