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El candidato y el Presidente

El candidato López Obrador se presentó el 13 de marzo de 2017 en Nueva York, donde ofreció un discurso muy celebrado en México: “Es una canallada de Trump y sus asesores, es una canallada el que se expresen de los mexicanos como Hitler y los nazis se referían a los judíos, justo antes de emprender la infame persecución y el abominable exterminio de los hermanos judíos”.

A dos meses de haber asumido la Presidencia, López Obrador recibió los primeros ‘misiles’ de Trump a través de Twitter, en que comparó a México con Afganistán y que la cifra de asesinatos en nuestro país justificaba construir el muro, a la vez que anunció que enviaría más tropas a la frontera sur para impedir “la tentativa de ilegales, a través de grandes caravanas a nuestro país”.

Esas caravanas, dijo, ya habían sido detenidas recientemente “y la que viene en camino será detenida también”.

Cuál fue la respuesta del presidente López Obrador al ser consultado sobre esa amenaza de Trump:

-Respeto, yo respeto-, y cambio de tema.

Desde el Grand Theater de San Francisco, California, el candidato López Obrador dijo (comunicado de Morena) el 20 de marzo de 2017 que “Donald Trump ha caído en su popularidad y manifestó que con la campaña de odio que implementó no va a poder gobernar, ni podrá reelegirse”.

Continuó el candidato, de acuerdo con el boletín de Morena: “Ya presentó (AMLO) una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, suscrita por doce mil personas, en contra de la construcción del muro y por la orden arbitraria de Trump de perseguir a los migrantes en este país (EU)”.

¿Qué seguimiento le dio a esa denuncia contra Trump y a su ofensiva contra la fobia hacia los migrantes?

El presidente López Obrador dijo el seis de diciembre de 2019 en Tabasco: “Yo también respeto mucho al presidente Donald Trump, porque está demostrando con hechos que es respetuoso de México, respetuoso de nuestro pueblo y respetuoso de nuestra soberanía nacional”.

El candidato López Obrador visitó Tapachula, Chiapas, el 10 de junio de 2018, donde aseguró: “No se resuelve nada con la fuerza, ni construyendo muros, menos militarizando las fronteras”.

Al día de ayer, el presidente López Obrador tenía desplegados más de 20 mil integrantes de la Guardia Nacional (compuesta por militares, marinos y policías federales) en Tapachula y otros puntos fronterizos para frenar a los migrantes centroamericanos.

El candidato López Obrador anunció en Nueva York, en el Auditorio de Nuestra Señora de Guadalupe, el 13 de marzo de 2017, una serie de medidas que cayeron como bálsamo en las heridas y los temores de los migrantes:

“1.- Vamos a integrar comités cívicos de defensa de paisanos y extranjeros (tarea que le encomendó en California a Jaime Bonilla, hoy gobernador de Morena en BC). 2.- Se agrupará a abogados para ayudar en los procesos judiciales y deportaciones. 3.- La coordinación de acciones que emprenderá nuestro movimiento en los condados de esta zona de la Unión Americana (noreste) estará a cargo del embajador Héctor Vasconcelos”.

El presidente López Obrador, debido a su plan de ahorros para hacer una refinería y el Tren Maya, retiró a 42 de los 45 agregados que tenía la PGR para atender deportaciones, violaciones a derechos legales y abusos contra migrantes mexicanos en Estados Unidos. Sólo quedaron tres.

El presidente López Obrador mandó a la frontera norte 15 mil soldados y miembros de la Guardia Nacional (según El Financiero-Reuters, y 27 mil según Donald Trump) para evitar que migrantes mexicanos y centroamericanos crucen ilegalmente a Estados Unidos.

El presidente electo López Obrador fue a la frontera norte, Tamaulipas, a agradecer el voto y dijo, el 17 de octubre de 2018: “A partir del 1 de diciembre vamos a ofrecer empleo, trabajo a migrantes centroamericanos. No resolver el asunto (de la migración) con deportaciones o con medidas de fuerza”.

El presidente tiene razón al proteger la frontera sur, pero no en la forma en la que lo está haciendo. Los migrantes vienen porque el candidato ofreció lo contrario. Con sus seguidores en la academia, en los medios y en las redes sociales no hay problema: son humanistas de ocasión, de principios cambiantes y honorabilidad de utilería.

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